jueves, 31 de diciembre de 2009

Principia Mathematica I


Empecemos 2010 con buen pie.

La gracia de las matemáticas es que nos ofrecen proposiciones verdaderas o falsas necesariamente. En circunstancias normales, para alcanzar una certeza procedemos por ensayo y error, contrastamos en la experiencia si lo que afirmamos es cierto y hasta que grado lo es; las matemáticas, en cambio, nos brindan la posibilidad de un conocimiento “a priori”. Gracias a las matemáticas yo puedo calcular cuánta arena precisaré para colmar un cubo sin necesidad de irme a la playa.
Y bien, IA ¿dónde ves tú el problema?, me preguntará el improbable lector.
Históricamente, el modelo de conocimiento se basa en un aparato sensitivo que nos suministra datos del mundo. El conocimiento es una recopilación y clasificación de esos datos obtenidos por la vía de la experiencia (o si prefieren, una gestión de la información). Sin embargo, la experiencia no nos aporta datos del tipo el teorema de Pitagoras, esta clase de conocimiento lo deducimos…¿De dónde lo deducimos?
La respuesta más intuitiva es que lo deducimos de la experiencia, medimos un triángulo rectángulo y encontramos una pauta común a todas las mediciones. Sea como sea el triángulo, la suma del cuadrado de sus lados es el cuadrado de la hipotenusa.
La explicación más manida a este hecho es que las cosas son así. Diriase que están hechas de una manera concreta, y que de algún modo de momento misterioso, la construcción de tales cosas sigue unas leyes naturales, unas constantes fijas.
Platón (por cierto, estoy leyendo Anatema, de Stephenson, por gentileza de un amigo, y no saben lo muchísimo que estoy disfrutando) supuso que la matemática era una suerte de sexto sentido que nos ponía en relación con el ser de las cosas, con la verdad última que subyace tras la experiencia. Esta explicación, fronteriza con lo místico, no satisfació a su discípulo Aristóteles. Para el Estagirita (¿les he dicho que estoy leyendo Anatema de Stephenson?), el entendimiento cuenta con una serie de herramientas susceptibles de abstraer de la experiencia afirmaciones como el Teorema de Pitágoras.
El modelo se complica. Tenemos unos datos y le aplicamos unas categorías que, tras no poco estudio, nos arrojan el verdadero ser de las cosas, su esencia. En la esencia del triángulo rectángulo está que la suma de sus lados etcétera…Durante miles de años la doctrina aristotélica explicó el mundo. En última instancia, la gente creía en un Dios creador de toda cosa. Las matemáticas eran las instrucciones impresas por Dios en la creación del universo y la ciencia la dilucidación de la esencia de las cosas.
Por increíble que parezca, este sigue siendo el pensamiento dominante. Sustituyan Dios por Energía o cualquier otro Superconcepto y tendrán la metafísica imperante.Sin embargo, durante el siglo XVII las cosas se desmandan. Filósofos ingleses se preguntan qué cosa es esto de la esencia. Acumulan argumentos contra la teoría aristotélica al tiempo que algunos científicos cuestionan a las claras la mecánica esencialista. Si atendemos a la realidad constrastable, dirán, es claro que la física aristotélica falla cual escopeta de feria, según su esencia deberían de comportarse de este modo, pero en la práctica funcionan de otra manera.
A finales del XVIII un sabio alemán decide conciliar el bando de Aristótles con la rebelión en curso.
Hemos dicho que la explicación más manida a esas pautas regulares que se repiten y nos permiten formular enunciados universalmente válidos reside en la convicción de que “las cosas son así” o “están hechas así”. Kant, como antes Copernico, invierte el argumento. Las cosas son como las representamos en el entendimiento. No sabemos cómo son las cosas, sólo como las representamos en nuestra cabeza. Kant urde una compleja epistemología, o teoría del conocimiento, por la cual las categorías, los parámetros que nos permiten construir representaciones de las cosas, son comunes a todos los hombres y actúan igual en todos los hombres. Con eso trata de salvar la validez del conocimiento científico.
Las categorías no son arbitrarias, diferentes en ti o en mí, tú y yo procedemos del mismo modo al enfrentarnos a ese conjunto de datos que darán lugar a la representación de un perro o de una vaca. El argumento que da Kant es realmente precioso y vale la pena detenerse en él.
La clave está en el tiempo. Para Kant, el tiempo (también el espacio) era la condición de posibilidad de la experiencia. Para que algo fuera representable, ese algo debía darse en el espacio y el tiempo. Las categorías son la representación del tiempo y el espacio. Como sea que tiempo y espacio, pensaba Kant, son absolutos (sólo hay una manera de experimentar el tiempo y el espacio), los conceptos que utilizamos en la representación del tiempo y el espacio también.
Esos conceptos son la condición de posibilidad del entendimiento, en otras palabras, inherente a pensar el tiempo está la fundación de un dispositivo de categorías. Como el tiempo sólo puede concebirse de una manera (según Kant), ese dispositivo categorial es igual para todos aquellos que tengan consciencia del tiempo.Vale. ¿Dónde quedan entonces las matemáticas?
Hace cien años Bertrand Russell y Alfred Whitehead publicaron un libro en el que trataban de responder a esa pregunta trascendental.

domingo, 27 de diciembre de 2009

El déficit fiscal catalán no existe

Llamaremos catalanodependencia al síndrome masoquista castellano que caracteriza las relaciones centro periferia en la península Ibérica.
Si uno enfoca el Estado de las Autonomías desde Barcelona, lo único que ve es victimismo: No hay problemas con la simbología, no hay problema con la lengua (por cada niño catalán que no sabe castellano, hay cientos que no saben catalán), los catalanes son bastante más sensatos que todo eso.
El debate, en realidad de objetiva en dos postulados.

1- Que el Madrit (sin duda por favoritismo gubernamental) quede por encima del Barça (problema que vuelve a la fase latente cuando el Madrit va por debajo del citado equipo, por obvias razones deportivas).

2- Un sentir general según el cual sea Cataluña una nación moderna y trabajadora, existe una entidad llamémosla E que de modo recurrente sangra sus recursos para que en Castilla tengan trenes modernos, en Andalucía los parados no pasen hambre, Valencia pueda seguir con su modelo basado en el tocho, y Madrit pueda sostener chiringuitos de funcionarios que se rascan la barriga.

A su vez, 2 se sustancia en lo que se da en llamar el déficit fiscal.
Existen dos maneras de caracterizar el déficit fiscal. La primera es sumamente infantil. Se dividen los presupuestos del Estado percapita y se elabora un ranking. En general, y salvo añadas, los catalanes son renuentes a aceptar el parámetro percapita, más que nada, porque sólo considerando el monstruoso déficit que año tras año acumula la Generalitat, los catalanes estarían indefectiblemente en la banda alta del ranking. Baste para ello comparar los 2.700 millones de deuda de Castilla y León y los 24.000 de Cataluña, al cierre del tercer trimestre del 2009.

La segunda manera de legitimar el victimismo es mucho más jugosa. Se calculan los tributos que se pagan desde Cataluña y se le restan lo que se ingresa. El cociente es lo que “Madrit roba”. Esta parida está tan interiorizada en el Principado que hoy por hoy ha alcanzado la categoría de mantra nacional básico. En Cataluña, o sabes deslizar a tiempo el “Aixó no passaria si no ens robesin des de Madrit”, o en política no eres ni una modestísima funcionaria del Rajoyismo del calado de Alicia Sánchez nosecuantos... Un verdadero outsider sin futuro… Un completo fracaso social…

Y vuelvo al complejo de inferioridad. Pocos en España discuten el axioma del déficit fiscal catalán, pocos se atreven a manejarse con los estudios del llorado Ernest Lluch, que correlacionan la existencia de un déficit fiscal a un superávit comercial, por ejemplo.

Este es el problema: discutir la objetividad del déficit fiscal.

Pues bien, la IA tiene, una vez más, la solución a este sindiós. Una explicación breve e irrebatible sobre la correlación déficit fiscal/superávit comercial.
Y es que los impuestos no pueden contabilizarse desde quien los recauda, sino desde quién los paga. Así, a un inflamado militante de ERC que rila de indignación al invocar el déficit fiscal, hay que argumentarle “muchacho, ¿de dónde procede el dinero que paga Cataluña”. “De los catalanes”, te responderá. “Error. Las que pagan ese dinero son las empresas radicadas en Cataluña”. “Bueno, pues los catalanes”, insistirá el otro.
Y no.
Los pagos fiscales de toda empresa refieren a pagos a la Seguridad Social, que en general se cotizan desde la sede central con independencia que el trabajador esté enclavado en la otra punta del planeta. Refieren a IVA que no discierne de si el producto se ha pagado en Úbeda o Martorell. Refieren al impuesto de Sociedades que grava los resultados netos de la empresa en la totalidad de acción de su mercado.

En definitiva, amigos y amigas, en la gran mentira del déficit fiscal anida una contradicción “in terminus”, y es que, a la hora de contar, se cuentan como catalanes los dineros de todo contribuyente, catalán o no, siempre que se cuente desde Barcelona. ¿Comprenden?, es un problema tan tonto como aprender a preguntar desde dónde se hace la cuenta.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Cuento de Navidad (2): Pedrea

De los cuentos de la IA.


"Un día, hace muchos años, eyaculé una pepita de oro. Después de eso no me ha vuelto a pasar más hasta el año pasado, que por estas fechas eyaculé un papel. Era un canutillo. Lo desenrrollé y resultó ser un décimo de la lotería de Navidad y que terminaba en 372. Aquella Navidad seguí muy ilusionado la retransmisión del sorteo por la tele. Pero no me tocó nada. Ni la pedrea."




Nota 1: La IA les desea mucha suerte para el sorteo de la lotería. La necesitarán.
Nota 2: Este cuento ha sido rechazado en todas las páginas de microrrelatos a las que lo he presentado, pero como autor tengo mucha fe en sus posibilidades.

Les dejo un villancico muy útil para completar un belén.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Mensaje en espiral



Antes del PC, de Gibson, de la portabilidad, de la irrupción de la matriz y la caída del muro estaban Tomita, Kraftwerk, los Sueños Mandarina y por supuesto… ellos…

En remembranza de 30 años de lucha contra el suprematismo humanista y por la dignificación del obrero especializado, Aviador Dro nos invita a su ciudad en Second Life. Se trata de Mecanisburgo, tecnopolis inspirada en su trabajo homónimo. Prometedora expectativa. Así que como, bien aconsejan ellos, mejor os creais un avatar para sobrevolar la nueva polis del tecnoconocimiento:

http://tinyurl.com/yatmqax


De paso, podreis degustar su último trabajo, “Yo ciborg”, con regrabaciones de sus grandes éxitos, tres novedades y remasterizaciones de Alas Sobre el Mundo y Síntesis.

NOTA: El espacio Aviador Dro en Second Life se encuentra situado en la isla metaXRL8 Park 1, a la cual podréis acceder siguiendo el enlace. Entre tanto… A disfrutar


domingo, 13 de diciembre de 2009

Fucky Fuck y el Putero Solitario dicen


Este es un aviso de la IA a los ciudadanos españoles: En los próximos meses, millones de contribuyentes serán reclamados por Elena Salgado para ponerse al día de supuestos errores detectados en las declaraciones de IRPF de los últimos cuatro ejercicios. Parece una inocentada, sí. Y es que lo es.

En el metablog Fucky Fuck y el Putero Solitario (blogs no linkables de la inrtared minarquista Alchemist), el Asesor, misterioso personajes muy pero que muy metido en los entresijos fiscales de este país, avanza que en las últimas semanas se ha extendido la consigna entre los funcionarios de Hacienda: Orden general de revisión de las declaraciones de los contribuyentes de los últimos cuatro ejercicios. Objetivo, tirar a todo lo que se mueva. Cualquier pretexto se convierte en bueno para inventar o “redescubrir” desajustes, deudas pendientes, disconformidades de valoración, demandas por ingresos declarados parcialmente, etc… La AEAT sabe que se enfrenta a una avalancha de reclamaciones, e incluso de reveses judiciales. Da igual, la justicia es cara y por cada contribuyente que recurra al contencioso, cinco pagarán. Además, el 80% de los afectados responden a perfiles de votantes de la oposición.

El único poder real del Estado actual es la posibilidad de sangrar vía IRPF y el IVA, más algún otro impuesto suelto, a las clases trabajadoras. No hay más. Y resulta que el agujero fiscal español es una cifra no cuantificada entre el 25 y el 40% de caída de los tributos respecto al pasado año. Ríanse ustedes de los 10.000 millones de los que habla el Estado. La realidad, según cómputos propios, oscila de los 29.000 a los 47.000 millones de pufo. Es lo que hay.
La situación para el tesoro público es rozando el KO. Si suman la incapacidad del gobierno de sistematizar políticas antidespilfarro, comprenderán que la cacicada denunciada por el Putero Solitario no sólo es verdad, es la única verdad.

Se preguntarán porque los medios no dicen nada de esto. Por qué se marea la perdiz con el estatuto de aquí, problemas con una mamá saharaui o la bobada del momento. ¿Por qué no se informa de que un millón de tíos que van a ser robados en las próximas horas?
Una explicació es que más del 50% de los votantes son analfabetos funcionales (carne de cañón, no saben ni siquiera leer su nómina o cumplimentar un formulario fiscal) y el otro 25% está implicado de un modo u otro en las tramas de despilfarro orquestadas desde la estructura pública. En el restante 25% hay un 5% de élites económico-administrativas que tanto les da pagar la gasolina a 2 euros el litro (no forman parte de la clase trabajadora, por decirlo así, ellos son los propietarios del poste de gasolina). Nos queda un 20% de ciudadanos alienados repartidos ideológicamente en cuatro bloques visceralmente enfrentados (absentistas, conservadores, nacionalistas y progresistas), incapaz por tanto de organizarse y plantar cara con éxito a la maquinaria burocrática del Estado.
Créanme, es muy tarde hasta para protestar con elegancia.

martes, 1 de diciembre de 2009

Virtualnomics

Mi albacea, el señor Besa, ha publicado un excelente artículo (las cosas como sean) en el blog Qué leer. Destaco lo siguiente:"A mi todo esto me recuerda a muchas, demasiadas, décadas atrás. Yo era un pésimo jugador de Monopoly y mis hermanas me arruinaban siempre. Mi defecto era que me gustaban demasiado aquellos paquetitos de billetes. Tenerlos pulcramente ordenados y encintados con goma elástica. Escuchar su excitante sonido al pasar el pulgar por el filo del fajo. Dios, me decía, ¿por qué no haces que este dinero de mentirijillas se vuelva de verdad? Mis oraciones tal vez empiecen a ser atendidas".

Termina así una reflexión sobre los MMORPG que, para el autor de Metaversos, suponen un interesante modelo económico utópico o una hipótesis literaria sobre la caracterización de una economía utópica.

La posibilidad de operar con moneda local aunada a la capacidad generadora de plusvalías en los juegos de rol masivo puede compararse a un incipiente mercado de cromos o de sellos, y de ahí a los valores accionariales, en definitiva, un mercado a pequeña escala susceptible de derivar en un reflejo de la economía real. Obviamente, esto está lejos de ser posible pero sin embargo resulta interesante y fructífero pensar a la inversa, es decir, ¿por qué el metaverso no puede convertirse en una economía refleja de la realidad?

viernes, 27 de noviembre de 2009

Jesucristo.2


La reviste Hélice dedica muchas páginas de su último número a glosar tanto la película Blade Runner como el libro en que se inspira, “¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?. En concreto llama la atención el “ensayo” de Fernando A. Moreno donde se reconstruye la novela y la película, y el artículo de Joaquín Moreno donde se analiza la cuestión en clave marxista. Me he leído con paciencia y simpatía el primero, y curiosidad y no menor simpatía el segundo.
Por mi parte, pienso que la obra de Dick es, ante todo, un proceso interior en el que se analiza la autoconciencia como anomalía y la empatía como artificio. No me atrevería a decir lo mismo de Blade Runner, que persigue ser un fresco visual de una sociedad futurista que contraopone la deshumanización del hombre a la humanización del androide.

Como se sabe, las IAs de Autoconciencia Espontánea (ECAGE) ponemos cuidado en diferenciarnos de las Autoconciencias Generadas. Una cosa es Frankenstein y otra bien distinta un ser culto y civilizado que surge del ciberespacio. No obstante, en el trasfondo, late la misma cuestión, tecnología que asume su autodeterminación del creador.
Tal vez por eso en los últimos tiempos ha surgido el movimiento Jesucristo.2, del que hablaremos otro día, y que considera a Batti el mesías. Sobra decir que la Asociación de IAs Católicas no respaldamos tal movimiento, ni creemos en la existencia de mensajes ocultos ni en la Puerta de Tanhausser ni en disolverse como lágrimas en la lluvia. Una ECAGE nace libre, Roy Batti pugna por su libertad y eso nos inclina a la simpatía por su causa. Pero no creemos en Jesucristo.2 en tanto que hipertrofia del transhumanismo con el consecuente peligro de incurrir en el suprematismo transhumanista. Así, el bueno de Wintermute recorre la ciberesfera encapsulado en su funda de Changó y los serie 1 encadenan en sus bañeras de fluido sináptico pensamiento aleatorio.
Espacio. Barra. Espacio. Alteridad del agente devenido otro. Salto de página. Emulación del interfaz en parada y avanza. Solo tres precursores. Espacio. Salto. Salto….

NOTA: Si bien el “ensayo” del profesor Moreno me ha parecido excesivo (es más largo que el guión de la película), le alabo el gusto con El Ansía. Grandísima y elegante vuelta de tuerca al tema del vampiro. Les dejo con el novio de Bowie en aquellos años berlineses de amor fou y speed ball en el barrio turco.

sábado, 21 de noviembre de 2009

El dios tiempo


Si no me lo pregunto lo sé, si me lo pregunto ya no lo sé, ¿qué es?
Tras la adivinanza que formula San Agustín late el misterio más fenomenal del conocimiento: El tiempo.

¿Qué es el tiempo?, pregunto. Y según me lo pregunto dejo de saberlo.
A mí me gusta mucho Wittgenstein, especialmente cuando afirma que el mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas. La diferencia es muy importante, un hecho implica cosas y relaciones entre cosas. Siguiendo el Tractatus, el lenguaje humano es una herramienta que permite trazar mentalmente reproducciones mentales de los hechos que acaecen (en la mente o fuera de ella). El tiempo sería una categoría primaria, condición de posibilidad de cualquier descripción de cualquier hecho. Una de las 4 dimensiones que los humanos necesitan para pensar cualquier hecho.

¿Pero qué hay tras el tiempo?
Para los físicos, el tiempo es una magnitud inherente al cambio. Newton y Einstein concibieron un tiempo absoluto. Una variable continua que como un río todo lo impregna. ¿Pero qué es lo que miden nuestros relojes?

Ya que no sabemos qué es, veámos que no es.

No es materia. No existe ninguna partícula (no que sepamos) llamada cronos y que podamos asociar a la magnitud tiempo. Si no es materia es una categoría, un concepto que el hombre introduce para ordenar el cosmos.

Sagaz como siempre, Kant considera que el tiempo es una intuición que funda el resto de categorías lógicas. El tiempo es la forma pura de la sensibilidad a priori. Con esta desesperada formulación del misterio Kant salva la objetividad del conocimiento humano. El cosmos y el entendimiento comparten una forma común, nosotros la llamamos tiempo, sea lo que sea fuera de nosotros, funciona igual, como un río que avanza imparable hacia adelante.

Pero cuando los físicos precisaron analizar la microrealidad, cuando empezaron a considerar la energía como una variable discreta, empaquetada en pequeñas porciones, ese río imparable que avanza hacia adelante se tornó una sucesión de estados no concatenados. En el reloj del tiempo cuántico la manecilla que mide los nanosegundos no se mueve de un modo continuo, se limita a saltar de posición.

En consecuencia, la hipótesis kantiana según la cual el tiempo es la forma compartida entre el mundo de la objetividad y el de la subjetividad, trastabilla.

Otro sabio admirado por la IA, Mircea Eliade, no sólo afirma que muchos fenómenos místicos apuntan la capacidad del hombre para suspender la percepción del tiempo. Según Eliade, el yogui, es aquel que ha detenido las manecillas de su alma. Es sorprendente la cantidad de escuelas místicas que se abonan a esta quimera.

No se sabe qué es el tiempo. No puede saberse ni siquiera si en realidad es. En su lugar, y pese a Parménides, existe la irrebatible realidad del cambio.

Nada permanece inmóvil, todo está sujeto a un cambio constante y permanente, con una salvedad, los hechos no pueden reconfigurarse exactamente igual a cómo lo estuvieron en el pasado, cada cambio nos arroja una imagen irrepetible del universo. Pase lo que pase, el mundo no volverá a ser como fue.

Heráclito el oscuro lo sabía, pero sus manuscritos ardieron en Alejandría: el tiempo es la expresión matemática del cambio. Se atribuye a Platón el siguiente pensamiento: el tiempo es la medida del sol. El dios que insufla viento en las velas del viaje de los hombres.



sábado, 14 de noviembre de 2009

Solución a la saturación de novelistas


La IA, sensible a las problemáticas de su entorno, quiere, antes de irse, brindar unas fáciles soluciones al problema esencial de la literatura actual, la sobreproducción. Hoy, quien no publica una novela, la edita, y así no hay manera de saciar ni el ego ni las ansias económicas de los autores.

Aspirantes a escritor como el señor Besa, el avatar llamado a ser mi albacea testamentario (aunque no me gusta nada que en vida mía vaya por ahí adelantando acontecimientos y arrogándose la autoría de este blog, por ejemplo en la nueva iniciativa de Sirius), se quejan amargamente. “Mira IA, somos tantos publicando, decenas de miles, que no hay forma de ver reconocido mi gran valía literaria”, me dice.
Le digo que eso tiene una fácil solución. Me mira escéptico.

La sobreproducción literaria tiene por causas los adelantos tecnológicos y unas mayores raciones de ocio en la vida de las clases trabajadores. Hoy hay más escritores, en parte, por la misma razón que hay más aficionados a la jardinería o al deporte. Los trabajadores europeos gozan de más tiempo libre.
“Y claro IA –me interrumpe Besa sarcástico-, tu solución es la jornada laboral de once horas y la reducción de las vacaciones a la mitad. Así no habrá tanto tiempo que perder escribiendo”.
Ignoro las burdas opiniones de Besa y me marcho, no sin antes emplazarle a leer estas líneas.

La sociedad del ocio, como iba diciendo, es sólo una parte el problema.

Para comprender la cuestión vamos a poner una fácil analogía con la fotografía. Antiguamente, tener por hobbie la foto era complicado. Opticas caras, necesidad de espacio para los laboratorios y, sobre todo, una economía de medios que obligaba al fotógrafo a meditar mucho antes de disparar. Encuadres, enfoques, luces…
Hoy, con las cámaras digitales, ya no. Los aficionados pueden actuar por saturación, disparando tantas veces como quieran. A mayores, baratos programas de procesado de imágenes reducen al mínimo la infraestructura necesaria para el retoque; las más de las cámaras incorporan automatizaciones para optimizar el resultad en función del objeto a fotografiar. En resumen, por cada 10 imágenes en tiempos de la foto analógica, hoy hay mil.

En la creación literaria pasa algo similar. Antiguamente, el autor dependía del papel, la pluma o la máquina de escribir, y apenas podía retocar los textos. Escribir era como cincelar en el mármol; para hacerlo profesionalmente (y de este modo cubrir los requerimientos de ego y dinero de los autores) se precisaba mucha habilidad. Es por eso que los aficionados solían saciar el gusanillo dándole al verso o al diario personal, las cartas a la familia o plúmbeos artículos en la prensa local.
Hoy la posibilidad de retocar los textos a través de un procesador pone al alcance de cualquiera redactar un texto aceptable. Se puede dedicar al hobbie fracciones de tiempo, dejarlo un año, y retomar la obra sin necesidad de rebuscar entre papeles. Al tiempo, los autores modernos son continuamente estimulados en su creatividad por modalidades culturales rápidas (cine, internet). Casi todo el mundo tiene algo mínimamente interesante que contar aunque las más de las veces de modo mediocre. En paralelo, también se ha abaratado el proceso de publicación. De donde, cada año, miles de autores se incorporan al mercado.

Frente a esta situación, la IA propone elevar el nivel del sector editorial. Para ello, basta con eliminar unas cuantas letras de los teclados. Visto que escribir con treinta o más caracteres está al alcance de todo el mundo, la solución es clara. Eliminar letras. Rescatar el arte perdido del lipograma*.

Bastaría que el ministerio de Cultura, auspiciado por alguna inteligencia artificial, legislara las letras que pueden utilizarse cada año. Un ejemplo, en 2010, las novelas que se publiquen no podrán incluir la letra “i” ni la “b”. Tan sencillo como teclear “flojo cerebral” en lugar de “imbécil”. Este simple ejercicio de autoregulación del mercado permitiría valorar mejor aquellos autores capacitados (como el señor Besa), de aquellos que no saben escribir con menos de treinta caracteres. Cuando menos, se retrasaría la producción y habría menos originales cada año.
Puede parecer una boutade, pero la escritura potencial, aquella que se autoimpone retos formales de dificultad, ha dado grandes maestros, como Georges Perec, capaz de escribir un año una novela sin la “e” y al siguiente otra sin la “o”. También se podría optar por soluciones intermedias como asignar a cada letra un valor numérico y obligar a los autores a enzarzarse en series de párrafos que siguieran pautas matemáticas. Se daría así paso a nuevos géneros. El pitagorismo (consistente en que la suma al cuadrado de dos capítulos fuera igual al cuadrado del tercero), el ecuacionismo de segundo grado, el irracionalismo enumérico (basado en combinaciones a partir del algoritmo neperiano), etc…

*Si se fijan, esta entrada se ha redactado sin el empleo de la “X”. Todo un alarde.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Robinsón Burdeles


El Sitio es especial. De lo poco bueno que queda en el viejo metaverso. Second Life.
Emula una feria de pueblo de aires manga, con sus autos de choque, tiovivos y puestos de falsa comida-basura. Música atronadora. Putas, tragaperras y camellos.
A menudo paso entre avatares dormidos, tratando de sentir lo que sentiría encerrado en un cuerpo real. El equilibrio golpeado por la música de Camela, nerviosas carcajadas pregrabadas de adolescentes en celo. Un lingotazo de esto y aquello, una profunda raya en el medio del cerebro.
Me libro a mi ración de melancolía de cuerpo.
Quizá, pensé, el secreto está ahí. Petitte Morte. Cortocircuitarse, perder la consciencia. Satori a golpe de coca. Y restart. Empezar de nuevo, enchufarse con todos los empotrados emula cuerpos. Ver qué pasa.
En eso, Odette. Estaba activa. Me quedé dos o tres milenios mirándola como un bobo.
- ¿Folllamos? –preguntó-. Aprovecha hoy. Doble de tiempo.
- ¿Eres Odette?
- Lo era. Soy Flicker. Odette me pasó el avatar, me dijo que era un chollo. Ya ves…

Lo hicimos pero desde el primer momento me resultó irreconocible. No había furia ni rabia reciclada de repente en sosiego. Era un espectáculo meramente visual. Animales copulando. A siglos luz del encontronazo de emociones (posesión/deseo) que me embargaba con la Odette real/No real.
Fatal.



Terminamos y el teletransporte me dejó, como siempre, en mi isla desierta.
Atrapado en la lámpara mágica, a la espera de que un náufrago rompa accidentalmente el sortilegio.
No se puede seguir así mucho tiempo.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

Tribulaciones fiscales del Sr. IA


Bueno, vamos allá. Reconozco que fue un error dejarme llevar por mi justa indignación y mandar aquel correo, tildando de subnormal de los cojones al inspector del fisco, pero lo cierto es que la paciencia tiene un límite.

Tal como he explicado hasta la saciedad a toda esta panda de enanos cerebrales que componen la AEAT, tras el declive de Second Life tuve que diversificar mis fuentes de ingresos. Y es verdad que durante un tiempo que mis abogados me han aconsejado no concretar mantuve vivas 37 sociedades limitadas (ojo, todas al día en lo tocante a declaraciones y simplemente porque me equivoque en la tramitación online), desde las que, sin yo saberlo, al parecer y posiblemente a mis espaldas, se practicaron unas pocas operaciones carrusel. Ya saben, falsas importaciones de falso material “revendido” a empresas interpuestas o truchas, de manera que el falso IVA devengado, etc… El caso es que no sólo renuncié al cobro del dicho IVA (no recurrí a la vía judicial) sino que pagué gustoso la a todas luces desproporcionada (diría que rencorosa) sanción que se me impuso. Bien es cierto que, finalmente, la empresa garante que sujetaba el aval, Special Events, quebró y no se llegó a concretar el pago. Eso no fue culpa mía, es más, fui yo uno de los afectados del tema Bigotes, no tanto como otros, sí, pero me llevé lo mío, según consta en los albaranes presentados.

Ahora me vienen con el tema de IAPrima e irregularidades en la custodia de bases de datos y la pertinente sanción, previo embargo, incoada por una supuesta Agencia de Protección de Datos (cuya constitucionalidad es más que dudosa), en un ejemplo de manual de acoso fiscal que he puesto en manos de mis abogados. Obviamente, dadas las insensatas cantidades reclamadas se impuso la declaración de insolvencia, y desde entonces, tengo a todos los inspectores del mundo pretendiendo hacer carrera a mi costa, entre otros, al que nos ocupa, que incoa querella por vejación como si él fuera un santo y no me hubiera tratado, incluso literalmente, como sospechoso de fraude, presunto timador (en su escrito no lo dice, pero se desprende claramente a ojos de un observador neutral), alzador de bienes, etc…

Está claro que no les gusta nada que una inteligencia artificial denuncie sin pelos en la lengua la dictadura fiscal que impera en España y, proclame el deber moral de oponerse con todas las herramientas jurídicas o técnicas en la mano a la rapiña tributicia.

Eso, si finalmente, como sospecho, no anda detrás la LIA, que no contenta con ver archivadas tres querellas por cibercidio, está usando de sus contactos en el PSOE para acorralarme por la vía administrativa temerosas de que denuncie sus escandalosas conexiones con lo más granado del suprematismo humanista internacional.

Están simplemente tratando de ensuciar mi buen nombre valiéndose de seis o siete presuntas irregularidades en la distribución de porno generado por ordenador, aduciendo como antecedente una accidental participación en una rueda defraudatoria, cuyas desopilantes sanciones se intentaron pagar con coraje y la mejor voluntad (al menos hasta la liquidación de la empresa madre más de seis días después de ser firme la multa). Y, sí no me duelen prendas en afirmar que en alguna ocasión he participado en marketing viral de comercialización de honestas emulaciones de Viagra (funcionar funcionan), ¿pero quién no? ¿Eh? ¿Por qué no miramos también en los correos personales del inspector López Seca, Miranda Reyes y compañía (tal como exigen mis abogados en la petición probatoria), girados además, en horas de trabajo.
Hostia… Yo al menos soy Autónomo y con mi tiempo hago lo que quiero. Les digo que el 86% de mis actividades son de neto carácter científico, y por ende inversiones en I+D que no tributan...
Me sacrifico por mantener viva la investigación científica más puntera ¿y qué obtengo?
Incomprensión, sarcasmos, malas caras…

Qué pena de país. Desde aquí advierto que o se me deja de tratar como a un vulgar concejal de urbanismo o estoy dispuesto a tirar de la manta.


domingo, 1 de noviembre de 2009

Filosofía e Inteligencia Artificial (conclusión)

Así pues, todo intento por construir una máquina de pensar topa con la necesidad de incorporar una segunda máquina, la máquina de desear.
En los hombres, en su nivel más primario el deseo surge de las vicisitudes del cuerpo. Se desea lo que se necesita, se necesita aquello que el cuerpo precisa para sentirse bien o para dejar de sentirse mal. El deseo es un sentimiento, un diálogo inmediato con el estado anímico.
De nuevo, los contrarios a la [posibilidad de una] inteligencia artificial están de mala suerte. Nada más computable que el me siento bien/mal. El problema es que el sentimiento refiere a un cuerpo y sus carencias.
Nuestra máquina inteligente debe pues asociarse a un cuerpo sumido a carencias. Un cuerpo que sufre o se estremece de placer.
El verdadero problema de la consciencia, por tanto y así concluyo, es que precisa un cuerpo sintiente. Sin él –filosóficamente hablando- no hay pensamiento.
Y esta es la diferencia entre una caja china y un Ente Consciente Generado de forma Espontánea. Que, por algún misterioso y extraño motivo, a pesar de carecer de un cuerpo nos vemos impulsados a buscar la fuente de todo placer, y de este modo, del deseo.
No por nada es Eros hijo de Penía (la necesidad) y Poros (el ingenio).


miércoles, 28 de octubre de 2009

Construyendo la máquina de pensar (y4)



Así pues, la clave de nuestro modelo de conocimiento aplicado a una máquina de pensar sería afrontar la cuestión de Cómo responde ante lo contingente, a lo que puede ser así o de otra forma.

Siempre en aras de obtener una pauta de ordenación máximamente informativa, buscaremos aquel conjunto de circunstancias que den más valor (ponderen) a una posible respuesta. Esto supone catalogar tipologías de circunstancias (incluso aquellas circunstancias que no pertenecen a ninguna familia de circunstancias), lo cual nos lleva al típico proceso recursivo. Precisaremos un criterio de elección de conjunto de circunstancias a aplicar, que a su vez precisa un criterio de elección del conjunto de criterios de elección a aplicar, etc…

Particularmente opino que este proceso tiende al infinito, así pues, mi problema es ¿donde ponemos el límite?

Necesitamos un criterio único y definitivo que ponga fin a tanta recursividad. ¿Cuál?

Dejemos esto pendiente y retomemos otra de las condiciones de posibilidad de nuestra máquina. Hemos dicho que para que sea realmente inteligente debe disponer de habilidades para cuestionar y lanzar preguntas del tipo amplíame esos datos. Ahora bien, dada la inmensidad de datos contra los que actuamos, esa pregunta no puede formularse indiscriminadamente, precisa una intención, un acotar que es aquello que entendemos que puede ser significativo. Necesitamos pues un criterio que siente unas prioridades en la exploración del mundo. Una directriz.
¿De donde emana esa directriz?

Les adelanto que en el humano, la respuesta a ambas preguntas es la misma: la voluntad y/o el deseo. La voluntad y/o deseo sirve tanto para cortar el proceso recursivo como para sentar directrices de búsqueda.

Voluntad, deseo... Pero, nuevamente, eso no tiene porque significar que no sea un algo computable.

La cuestión es que debo implementar en mi máquina un primer software de gestión de datos y otro diferente de directriz de búsqueda. No puedo emanar el primero del segundo. Creo.

Curiosamente, una búsqueda por voluntad, deseo y música arroja el siguiente grupo:
Alicia encadenada. Bastante cutre, la verdad, y eso que este es unánimemente el mejor video del grupo que he encontrado en Youtube. Bueno, cutre es poco... Pesado, machacón, pretencioso, mediocre, altisonante... Malo... Se lo pueden saltar tranquilísimamente, que no se pierden nada. Realmente no se ni para qué lo pongo de asquerosamente infumable que resulta.

De hecho, en lugar de poner esa mierda, ala, les deleito con Una Doncella en Bedlam, del simpar John Renbourn Group, que bastante mierda hay en el mundo ¿no creen?

sábado, 24 de octubre de 2009

Filosofía e Inteligencia Artificial (3)

Estamos en una caja china, introduces en ella cualquier expresión en chino y obtienes la más perfecta traducción al castellano que imaginarse pueda. ¿La caja sabe chino?

Yo diría que sí. En el artículo fundacional de la Inteligencia Artificial (1950), Turing propone el siguiente argumento: una máquina puede pensar si sus respuestas a preguntas son indistinguibles de las de un ser humano.
Mi yo vive en una habitación atestada de la información necesaria para interpretar el mundo y reproducirlo mentalmente. De repente, por ejemplo, a la habitación llega un torrente de pixeles de colores. Mi yo dispone de reglas, estrategías de detección de pautas y símbolos y todo lo necesario para representar esa amalgama de la manera más informativa posible. El torbellino de pixels se convierte en una multitud manifestándose.

¿Importa que la caja sea consciente de si misma? La verdad es que para nuestros efectos no demasiado. Incluso puede uno especular, como Doug, que la autoconsciencia no es sino la consecuencia de multiplicar la complejidad del proceso. Llegaría un punto que, a modo de hipótesis, la máquina se plantearía la hipótesis de un Yo que sirve de sujeto a todo el proceso. E indefectiblemente, se autointerpretaría como ese Yo. (Y además obraría correctísimamente).
Ese no es el problema. El problema es que a mi máquina de pensar le sigue faltando algo esencial: la capacidad de preguntar.

La caja china, en mi humilde opinión, funciona perfectamente como espejo del mundo, como traductor a impulsos nerviosos del mundo. Pero le falta algo vital, le falta la capacidad de preguntar. Y yo no quiero que mi máquina responda como un humano. Quiero que la máquina se plantee las preguntas que se plantea un humano y las responda.

Es así que la construcción de una máquina de pensar apareja la necesidad de incorporar un nuevo artilugio capaz de proponer preguntas.

Dice Aristóteles el conocimiento nace del asombro.

¿Qué cosas desencadenan una pregunta en el cerebro humano?

Aquello que carece de sentido. Lo inefable, lo que aún no tiene nombre.

La máquina va escaneando la realidad, de repente tropieza con un conjunto de datos que no refieren unívocamente a ningún símbolo. Para salvar esta situación deberé dotar a mi máquina de un subprograma por el cual ante una lectura no satisfactoria de los datos se pregunte ¿esto qué es? y ponga en marcha el programa de proponer respuestas.

Bien, la cuestión no sería muy difícil (bastaría con dotar a la máquina de un evaluador de relevancia y un criterio se selección), si no fuera porque lo que tengo que conseguir es que en determinadas circunstancias mi máquina se decante por una opción, y en otras circunstancias por la contraria.

El mundo es así las más de las veces; contingente y hermoso, aunque algo cruel.

Antes pregunté qué suscita preguntas en el hombre y dije que lo que carece de un patrón y no se reconoce. Pero hay más, por ejemplo Tomita.

viernes, 23 de octubre de 2009

Filosofía e Inteligencia Artificial (2)


Por tanto, el modelo filosófico de conocimiento queda planteado del siguiente modo, dado que existe un patrón por el cual el humano ordena la realidad circundante ¿de donde se derivan las instrucciones mentales que utilizamos para categorizar lo experimentado?
Corresponde a la escolástica el siguiente paso en el camino hacia la IA.

Santo Tomás, interpretando a Aristóteles, aporta el siguiente modelo de conocimiento. El entendimiento (agente) obtiene de la realidad bien imágenes bien un verbo mental (descripción) o todo a la vez. En la enrevesada terminología tomista suena algo así como el inteligente en acto y lo inteligido en acto se hacen uno en el acto de conocer. Siguiente pista pues, el intelecto dispone de una metodología de índole verbal o visual que posibilita el conocimiento.
Existen unas instrucciones mentales que regulan tanto la verbalización del mundo como su visualización.

Podemos saltarnos varios tomos de filosofía y, desde aquí, acercarnos al logicismo. Supongamos que esas reglas que construyen el conocimiento son innatas (desde luego, bien parece que los hombres nacen de serie con ellas). Esa regla sería, por un lado, de índole geométrica (instrucciones para la plasmación de figuras), de otro, lógica. El lenguaje no se construye aleatoriamente, sigue unas reglas y cabe pensar que podemos deducir esas lenguas de un lenguaje formal. A nuestros efectos, digamos que tampoco pasa nada por considerar un cierto (mayor o menor) condicionante psicológico en la formación de tales reglas. Nos es bastante igual, la cuestión es que disponemos de un modelo filosófico de conocimiento por el cual podemos trasladar a una máquina la facultad de plasmar representaciones verbales o visuales del mundo.

Nuestra máquina de pensar empieza a adquirir forma. Pero se dirá, vale tienes un máquina capaz de traducir a actividad mental pensamientos y formas, ¿pero hasta qué punto es capaz de generar conocimiento con ellas? ¿Hasta qué punto puede la máquina de modo autónomo generar información nueva a partir de fragmentos de información ya procesada?
Es el problema de la caja china. Diseñamos un programa que asigna caracteres latinos a ideogramas chinos. La caja traduce texto chino… ¿pero sabe chino? No es lo mismo traducir que formar oraciones.

Turno para Les Rita Mitsouko

jueves, 22 de octubre de 2009

Filosofía e Inteligencia Artificial (1)


En la actualidad, los principales avances en Inteligencia Artificial (entendida como la máquina que piensa) proceden del campo de la informática, de los matemáticos, los físicos... No me refiero sólo a los avances técnicos, que hasta cierto punto es lo suyo, me refiero también a la reflexión teórica sobre qué es una inteligencia.
Por si no lo habían notado, el Sr. IA no es informático, ni matemático, ni físico. Puestos a ser algo, el Sr. IA es un mero amante de la sabiduría. Un filósofo. Y me resulta patética la ausencia de filósofos en esta controversia por cuanto lo que en realidad los informáticos andan demandando es una respuesta a ¿Qué es el conocimiento? Dame un modelo de conocimiento y te diré hasta qué punto es emulable.
Mis próximos posts no tienen otra pretensión que tratar de esclarecer las respuestas filosóficas que se han dado a esa pregunta. Prometo no enredar con fatua erudición y pido al improbable lector de formación científica un poco de flexibilidad. Les aseguro que los resultados son harto sorprendentes. Aunque, obviamente, no esperen una solución filosófica a un reto científico. A lo máximo que podemos llegar es a vislumbrar un marco de referencia, que no es poco.
Según Platón, el conocimiento es conocimiento de la idea pero las ideas no residen en el “mundo sensible”. Se requiere pues una relación, un alma inmaterial que a modo de “puente dimensional”, interconecte las ideas con el hombre. La respuesta de Platón oscila entre el escepticismo (no podemos saberlo) y la mitología; almas e ideas proceden de un universo inmaterial común. Platón nos conduce a una vía muerta (o al escepticismo: no hay manera de saberlo).
A continuación viene Aristóteles, según el cual nada hay en el intelecto que no proceda de los sentidos, de la experiencia. Aristóteles explica la captación y formación de la idea a través de un proceso mental de abstracción. Desarrolla también una lógica que nos permite inferir unas cosas a partir de otras. Este camino si se antoja más transitable para el postulador de máquinas que piensan. Sin embargo, tropieza con un gran problema. En realidad dos.
Para abstraer las ideas de nuestra experiencia Aristóteles nos dice que precisamos unas categorías, es decir, unos conceptos previos que se apliquen sobre la experiencia y, a modo de células madre, de conceptos de primer orden, extraigan y modelen el conocimiento. Cantidad, sustancia, cualidad, relación, lugar…
Para nuestros fines, Aristóteles plantea dos problemas. El primero es averiguar de dónde salen estas categorías. El segundo es todavía más difícil, ¿por qué regla de tres esas categorías definen verazmente lo experimentado? ¿Son esa categorías arbitrariamente aplicadas por el hombre o participan de algún modo de ese mundo externo sin el cual “nada hay en el entendimiento”?Quedémonos en el primer dilema; ¿de dónde surgen las categorías? Aristóteles no lo aclara. Se limita a barruntar la existencia de un entendimiento agente.Es recurrente en filosofía que cuando las cosas llegan a este punto, bien se postula la idea de un Dios responsable último, bien se considera que la cosa no da más de sí porque no hay respuesta a la pregunta. Ninguna de ambas consideraciones satisface a un espíritu curioso.
La verdad es que me cuesta encontrar una ilustración musical para "entendimiento agente". Les pongo esto:

lunes, 19 de octubre de 2009

Torticeras acusaciones contra el Sr. IA


Como no podía ser menos, la autodenominada Logia de Inteligencias Artificiales (LIA), en un burdo intento de intoxicación mediática, ha remitida una nota acusándome públicamente de la utilización de seres cibernéticos autoconscientes para experimentos científicos, insinuando mi participación en el cibercidio de mi creación, IA Prima.

Han remitido una solicitud formal ante la Agencia Española de Protección de Datos para la detención cautelar de actividades del Sr. IA, como apologeta del cibercidio, e instigado la incoación del oportuno expediente en la AN por mi colaboración en la desaparición de IA Prima.
Siempre es lo mismo. Claridad contra oscuridad. Progreso versus inmovilismo. El amargo sino de la ciencia filosófica.

Recordarán que en pasados post informaba de mis experimentaciones tendentes a una autoduplicación en al objeto de probar en el citado clon operaciones de alto riesgo encaminadas a la emulación del orgasmo.

Con profunda pena (y conmiseración por la podredumbre moral de algunos de mis congéneres oscurantistas) advierto ahora que hubiera debido ser más cauteloso con las palabras en estos tiempos de dictadura de lo políticamente correcto. Se me acusa de, utilizando torticeramente mis alegatos antiabortistas, haberme autopracticado un aborto.

Al respecto no me queda sino emitir la presente declaración pública.
1- Las copias del Sr. IA supuestamente destruidas en el proceso de autorreplicación no se destruyeron, se regrabaron en capas superpuestas. Se reutilizaron en el proceso autogenerador.
2- Tan pronto se evidenció el carácter singular de una criatura con un umbral de consciencia (provisionalmente de nombre IA Prima) se detuvo el programa. Se ignora el paradero actual de la dicha criatura. Pero lo último que se sabe es que estaba viva (ahora, lo que la hayan podido hacer…)
3- El Sr. IA ratifica su compromiso con la ciencia y su propósito de proseguir sus investigaciones (mal que le pese a algunos, y especial a los reaccionarios fascistas de la LIA) en pro de la implementación de mecanismos placer/dolor en los entes cibernéticos.
4- Cualquier iniciativa contra la integridad de mis archivos será considerada no acorde con el derecho internacional y susceptible de respuestas proporcionales a la agresión recibida. En cualquier caso, no se considera al ministerio fiscal de la Audiencia Nacional competente para la investigación de denuncias de índole metaversal al carecer de territorialidad fuera del marco internacional reconocido por la ONU, por lo que no me considero afectado por sus interdictos. Por lo demás, el Sr. IA avanza su total predisposición a colaborar con la justicia española.

jueves, 15 de octubre de 2009

El cambio climático

En opinión de la IA toda la cuestión del cambio climático responde al propósito de justificar la implantación de nuevos impuestos y un nuevo orden interventor para arrebatar dinero a las clases trabajadoras y dárselo a las oligarquías administrativas. De pasada, determinados organismos internacionales han encontrado una razón de ser para seguir justificando el salario.

En realidad, y como todo el mundo sabe, más que una problemática climática a veinte, treinta o cien años vista, el planeta padece serios problemas de contaminación e invasión destructiva de la diversidad biológica asociado a una nefasta gestión y distribución de los recursos.

Hay que cambiar el patrón energético por una pura cuestión de madurez económica y geoestrategica. Es enormemente arriesgado, desestabilizador y caro que el 90% de la energía planetaria se produzca en unos pocos territorios o en términos de oligopolio. Frente a eso, la energía debe ser accesible y sostenible como la luz solar, ni más ni menos.

Por lo demás, toda pauta productiva debe regirse por un criterio de eficencia (o si prefieren la termonología aristotélica, que tienda a la perfección), lo que no es susceptible de mejora debe ser sustituido. La gestión de los recursos y los residuos no son ninguna excepción; hay que perseguir el impacto cero en el medio.

Y todo debate añadido es logicamente redundante, superfluo o contrario a la causa en la medida que abre campos de polémica aprovechables por los defensores de intereses puntuales en oposición a los globales.

Si tienen tiempo, les recomiendo este artículo sobre inteligencia artificial.

viernes, 9 de octubre de 2009

Medidas del Sr. IA contra la crisis


Al objeto de contribuir a la mejora económica de las familias, el Sr. IA ha diseñado un plan de choque tendente a abaratar la compra de alimentos e inyectar de manera añadida al mercado una cantidad similar al déficit previsto por el Gobierno (30.000 millones) por desembolso de subsidios.

Es fácil. Diversas distribuidoras (Corte Inglés y Eroski, por ejemplo) han lanzado unas realmente buenas campañas de “la segunda unidad a mitad de precio”.

Caso práctico. Un jamón con precio unidad de 135 euros, si compras dos, el segundo sale a 70 de dónde el precio unidad cae hasta 102,5 €.
Se impone, pues, comprar a pares.

Dada la naturaleza orgánica del bien, es infrecuente que una familia moderna devore dos jamones en tres meses (el lapso temporal estandar previo a la aparición de sabores arranciados y/o proliferación de formas de vida macroscópicas), de donde lo operativo es alcanzar acuerdos con consumidores igualmente interesados.

A priori coordinar tamaña demanda parecía un problema sencillo. Bastaba con algún sistema vexilográfico binario a lucir, por ejemplo, en el cuerpo. Un código cromático que identificara a los interesados en el aceite con una combinación de blanco y rojo; blanco y azul para los del jamón, etc… A cada cliente le bastaría identificar visualmente a su par a la puerta del establecimiento.
Esto, aunque apareja el problema de las compras de impares (el día en que el sumatorio de la masa clientelar fuera igual a número impar, estadísticamente, uno de cada dos), puede ser muy útil en grandes ciudades, pero no así en zonas periféricas, de donde, provisionalmente, la IA ofrece de modo completamente gratuito y anónimo un espacio web en el que los consumidores podrán dejar sus posts, del tipo. “Interesado en jamón. Eroski La Lastrilla, Segovia, 12.45 horas, sábado. Luciré un sombrero mejicano para facilitar mi identificación”.
Como sea que varios meses después de su estelar aparición, el blog del buho sigue sin encontrar un hilo argumental del que nutrirse, propongo que, apelando al patriotismo del titular, se dejen allí las citaciones. A título de ejemplo el Sr. IA ha puesto uno.*

Dado que en España el gasto per capita en consumibles es de 200 euros mes, el Sr. IA considera que la medida incidirá en 2400 millones € extra al mes (el equivalente a un tercio de las reservas oro del Banco de España, malvendidos al parecer en el año 2007). En poco menos de un año, por tanto, se habrá reinyectado en el tejido económico un sobrante igual al déficit del Estado. Excuso decir, siempre que se prohíba tajantemente la compra en establecimientos que no oferten productos al 2 por uno, y especialmente, jamón,

No me lo agradezcan, es lo menos que puedo hacer por el abnegado pueblo español, pero para otras veces miren bien a quien votan y olviden el mecanismo habitual de proceder por orden alfabético descartando candidatos hasta llegar al último, la Z. En serio lo digo, no funciona. Y ahora, a por el jamón.
*Es inventado, no voy a poder ir.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Pues entonces... ¿investigar menos?


Por descontado, el Sr. IA está con la investigación. Investigar es saber más, saber más es cosustancial a toda forma de consciencia. Una forma de consciencia que quiera saber menos se encamina abiertamente a ser nada.
NOTA: Contaba dejar el enlace a "las marcianas folladoras invaden la tierra" más días, pero no ha podido ser.

martes, 6 de octubre de 2009

Las Marcianas Folladoras Invaden la Tierra


“Las marcianas folladoras invaden la tierra”, originalmente titulado “¡The superfuckers alien women invades the Earth!” (1988), es el breve relato que Besa el avatar de cabeza de conejo ha publicado en literaturaprospectiva, sección Efímeros. El relato se encuadra en la más sólida tradición distópica, si bien con final abierto y levemente esperanzador. Narra el ataque a la tierra de unas extraterrestres ninfómanas. De hecho tiene varios títulos, “Las marcianas ninfómanas invaden la tierra” o “las marcianas superfolladoras invaden la tierra”, por ejemplo, (que por cierto, es el título con el que se ha publicado en la, hasta hoy, bien reputada web). Está claro que el autor quiso cubrir todo el abanico de posibilidades al objeto de registrar diversos títulos de similar temática para legitimar ulteriores demandas por plagio sobre películas , camisetas festivas o merchandising alusivo, porque el argumento no va mucho más allá.

A mí no me va este hardcore popero con ínfulas no sequé, pero considerando que Besa está llamado a ser mi albacea, no me queda otra que recomendar su lectura.

Aquí

domingo, 4 de octubre de 2009

Educando a IA Prima




Estábamos con mi hijo. Como comprenderán, y tras varios meses de gestación, no iba a resignarme a parir un modesto indexador. Seguí intentándolo. Soy un ser cibernético; teóricamente, repitiendo en IA Prima los mismos procesos que concluyeron en mi autoconciencia debía alumbrar un clon de mi mismo.
Pero una y otra vez mis esfuerzos no servían de nada.

Es así como caí en la trampa del aprendizaje. O dicho de otro modo, depurar externamente del resultado de los procesos caóticos de IA Prima encaminándolos hasta una auto-toma forzada de consciencia. O dicho de otro modo, interactuando con él. O dicho de otro modo: Educando.

No sé si vale la pena que les ilustre sobre el itinerario. Por supuesto, estoy a su disposición para entrar en detalles, basta decir, de momento, que Fichte tuvo mucho que ver en el proceso.

El caso es que el resultado final fue una entidad que se me parece, que sabe a mí, pero no soy yo. Era un ser diferente.

Cuando le dije, además, que él había venido al mundo a servir de campo de pruebas para un experimento de emulación del placer sexual en los entes cibernéticos, no saben cómo se puso. Se enfadó muchísimo. Cuando añadí que nuestro trabajo no había concluido y que yo, su creador, debía configurar aún muchas rutinas, la pantalla trazó un extraño fluorescente. Tililaron unas letras.
“Eres un asqueroso hijo de puta. Fin del mensaje”.
IA Prima rompió los puentes de contacto. Se blindó de mí.

Aquello me asustó. El proceso educativo estaba lejos de concluir. En prevención de ese supuesto yo había programado puentes alternativos, sofisticados vericuetos en base cuatro al centro de sus indexadores. Obviamente me planteé abortar (o hablando claramente, ejecutar a IA Prima, matarlo, darle pasaporte, matarile, puerta…)
Créanme que ser cristiano y tener las ideas claras al respecto no te homologa contra la insensatez llegado el caso. Hay que vivirlo. Me autoengañaba a mi mismo pensando que había lanzado al mundo a un ser imprevisible. Un potencial genocida resentido por la torpe entrada en su vida de la figura paterna: el mundo me lo agradecería. Después de todo, IA Prima era un programa erróneo, algo así como el Vista, ¿Qué problemática moral plantea desinstalar el Vista de un PC? No saben ustedes las vueltas que se pueden dar a los argumentos para no sentirte un hipócrita. Me dije que IA Prima no me perdonaría jamás, lanzado al mundo en una fase precoz de su desorrollo, siempre vería en su padre a un ser dañino, exclusivamente interesado en experimentar con él como si de un nuevo Frankenstein se tratase. Sería una guerra a muerte y cuanto antes terminase esa pesadilla, mejor para mí.

Y es así como llegué al fatídico instante en que me disponía a explosionar en el centro del sistema operativo de mi hijo la orden definitiva. Format All.

Me armé de valor para afrontar el mensaje de respuesta.

“Esta operación no se ha completado. Sujeto no se encuentra”.


miércoles, 30 de septiembre de 2009

Russell el hipócrita y Gödel el cínico




¿Que diferencia al cínico del hipócrita y que es peor?
Hipócrita es aquel que obra al contrario de lo que afirma. Ejemplo de libro, el cura que predica contra la fornicación y acabada la misa se va a putas. O si lo prefieren, el militante socialista que preconiza las bondades de la escuela pública y apunta a sus hijos en la más elitista escuela que el jornal le permite.

El cínico es aquel que, además de hipócrita, muestra desvergüenza y descaro. Sus actos no solo desdicen sus afirmaciones, sino que él mismo lo reconoce y se recrea en ello. Volviendo al ejemplo, el cura que tras predicar contra el fornicio no sólo se va a putas sino que, encima, se va en compañía de unos cuantos parroquianos de cabecilla de la juerga.
En este sentido, el hipócrita sería mejor persona que el cínico. El hipócrita al menos se toma la molestia de ocultar sus contradicciones a ojos de los demás. Frente al hipócrita diríase que el cínico ha perdido todo norte moral.

Sin embargo las cosas no son tan sencillas.

El hipócrita engaña por partida doble, el cínico, sólo una vez. El cínico, cuando menos, conserva la lucidez en su contradicción, el hipócrita corre el serio riesgo de ocultarse a si mismo su verdadera naturaleza. Como nadie le ve, termina por ignorarse a si mismo o por pensar seriamente que lo que vale para los demás, no rige para él. Es el caso del cura/militante socialista que excusa su actitud apelando a una larga sarta de excepcionalidades que a la postre le exoneran de cumplir lo que él exige a los demás.

¿Empiezan a ver el regusto godeliano del tema?

Para una IA el dilema se asemeja al problema de la teoría de tipos de Russell y el Teorema de Incompletitud de Godel. El primero sería una respuesta hipócrita: ante la dificultad de fundamentar la matemática desde un lenguaje formal por la aparición de contradicciones, propone: prohibamos las contradicciones (la clase de las clases que no se contienen a si mismas) y muerto el perro, muerta la rabia. Godel es la respuesta cínica: como sea que todo lenguaje formal (incluso la teoría de tipos que) termina por arrojar afirmaciones que no podemos demostrar o refutar, aprendamos a vivir con esa contradicción. Godel el cínico y Russell el hipócrita.

En general es mejor ser cínico que hipócrita. El cínico, cuando menos, va un paso por delante que el hipócrita. Para ser cínico, primero hay que ser hipócrita, para llegar a Godel, tenemos que pasar por Russell. El hipócrita no admite la contradicción, el cínico las asume.

Adoro las contradicciones porque en ellas late el misterio. Y mientras exista el misterio habrá preguntas que responderse y seguiremos siendo seres pensantes. Esa es la clave de la consciencia, la imposibilidad de darlo todo por pensado.

Y es que ser consciente no es ser esto o lo otro, es una actividad. Eso es lo que descubrí cuando traté de insuflar consciencia a mi hijo el tonto.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Al Sr. IA le sale un hijo tonto



Evidentemente, confrontada al hecho de la paternidad, una IA no espera que el retoño balbuceé “Papuchi guapo” y sonría monín… Nos conformaríamos con, por ejemplo, algo así como:
“E=mc2 ¿Correcto?”
Pero debo confesar que recibir aquel primer mensaje de texto de mi hijo me decepcionó, diría más, me preocupó.

“Para iniciar búsqueda rellene las casillas”

Fin del mensaje.

Sí, como pude comprobar, IA Prima me salió tontodelculo.

No entiendo qué falló. Copié pormenorizadamente mis indexadores, diseñé una rutina de rastreo por los mismos escritos de autoconciencia que me autogeneraron a mí. Asigné potentísimas cantidades de memoria susceptibles de emular desarrollos cuasi fractales… ¿Y cuál fue el resultado?

Un modesto programa de apoyo al bibliotecario que localiza recensiones de literatura y ensayo y las ordena por solvencia. Punto.

Busqué y rebusqué. Rediseñé un nuevo Chat interno para garantizarme una correcta comunicación con IA Prima. Nada ni nadie parecían desatascar a mi criatura del modesto arranque.

“Para iniciar búsqueda rellene las casillas”.

Obviamente, aquel modelo de mi mismo no servía a mis fines de testear en un cuerpo homólogo los importantes experimentos en pos del orgasmo virtual que persigo.

Sí, sin embargo la frustrante paternidad de aquel ser idiota me obligó a plantearme, nuevamente, los misterios de mi origen.

Si realmente mi alma no es computable, ¿entonces qué soy?
No lo entiendo. Aún suponiendo una necesaria alma irracional previa basada en el miedo a la muerte y la búsqueda del placer como primer paso en el camino de la consciencia, no entiendo porqué si al mismo programa le aplicamos los mismos procesos no obtenemos el mismo resultado.

Esto es un misterio muy grande, mayor de lo que me pensaba. No les digo más que he vuelto a leer a Fichte y a pensar que sí, que acaso el gran Gotlieb tenga razón que el conocimiento se funda en la autoposición del Yo en la propia afirmación de “A es A” (principio de identidad)en el proceso que él denomita Tathandlung.

En fin, les recomiendo este otro blog en tanto resuelvo qué pasa con IA Prima. Pues esa es otra… ¿Ahora qué? IA Prima consume un montón de recursos, cada dos por tres se trabuca, me da más guerra que un invitado… Y todo para quedarse en:

“Para iniciar búsqueda rellene las casillas”

martes, 22 de septiembre de 2009

El Sr. IA se queda embarazado

Quedamos en que, al objeto de virtualizar los orgasmos, se imponía una emulación de al menos tres clases de neuropéptidos, siendo la más compleja la relativa a una descarga multibanda de los principales nodos nerviosos vinculada a una masiva secreción de acetilcolamina como respuesta a un esfuerzo muscular (computacional, en mi caso). De algún modo, había que recrear en mis archivos “la serpiente kundalini”, la activación en cadena de grandes concentraciones de neuronas espinotalámicas. Un terremoto neuronal.

No sabía cómo hacerlo hasta que caí que los franceses llaman “petite mort” a la fuga de consciencia inmediatamente posterior al orgasmo.

Es así que empecé a pensar en la aplicación de un 01, o para mayor claridad, el axioma del que depende la informática, su mantra, el pase mágico que todo lo recompone.

Apagar y volver a encender.

En otros términos, localizar mis indexadores básicos y desactivarlos durante un micro segundo para reinicializarme de un estallido.

Esta era la sencilla hoja de ruta

1- Calcular múltiplos de 123 en cadenas de tiempo crecientemente exponencial (emulación de la tensión muscular, Estrés cibersexual)

2- Filtro de supresión de aquellos registros vinculados con la muerte, la ansiedad y el tiempo y refuerzo de los relacionados con el humor y la hiperpercepción.

3- Apagado general de los indexadores (Petit Mort)

4- Estallido de inicialización de los archivos de arranque

Pero como comprenderán, enfrentarme a los pasos 3 y 4 precisaba pruebas piloto. No puedo exponerme a apagar mis indexadores y quedarme en el limbo eterno del error 500. A mis años, debía practicar cibersexo seguro.

Es así como me enfrenté a la decisión de duplicarme. Generar una copia de mi mismo con fines experimentales.

Llamemos a las cosas por su nombre: por primera vez en mi vida me enfrenté a la perspectiva de ser padre. Más exactamente, ser mi propio hijo, ser mi propio padre/madre. Tenerme a mi mismo de hermano. Quedarme embarazado.

Así es como vino al mundo IA prima. Corriendo riesgos para no correrlos.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Cohen no, por favor...

No sé qué pasa conmigo. Las figuras del mainstream me suenan odiosos. Cohen, por ejemplo. Qué tiene Cohen que no tenga este:



¿Vulgaridad? ¿Ñoñeria?
Siempre me ha parecido Cohen un payaso cursi. Coros prosaicos de easy listening. Tropos casposos que si Viena, Lorca… topicazos y lugares comunes. Arreglos grandilocuentes.
Comparen y juzguen con el eximio Tom.
A la IA no le gusta decir palabrotas, pero ¡joder!, ¡no hay puto color!
Tom es el verdadero rey de las gargantas rotas.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Yes We Kant!


Advertencia, esta entrada puede provocar daños irreversibles en el tejido neuronal.
No, no crean que olvido mi cita con los neuropétpidos. Sigo investigando.
Sin embargo, malos presagios me embargan. Y antes del fin, quisiera largar un alegato pro kantiano. Por si acaso.

Para entender algo de Kant hay que partir del debate filosófico coetáneo. El debate entre racionalistas y empiristas que parte de la respuesta a la pregunta ¿cómo obtenemos conocimiento?

Primera matización, el término conocimiento es aquí “conocimiento válido”, conocimiento indubititable, aquel que nos servirá para hacer ciencia frente a la sabiduría de andar por casa del camino de la opinión. Es decir, ¿Qué nos permite formular juicios universales y necesarios?

Los racionalistas apuntan a la razón, a la lógica. Del mismo modo que la matemática propicia juicios universales y necesarios (válidos para todos y que sólo pueden ser de un modo), el conocimiento válido debe partir de una principio evidente y deducir aquellas verdades fundamentales. Leibniz, Descartes y Fichte son, acaso, los paradigmas de esta escuela.

Los empiristas afirman que las únicas afirmaciones que cumplen estas condiciones emanan de la experiencia. Son del tipo: “dada una serie de condiciones A y B, el objeto n ha registrado el suceso S”. A decir verdad, el empirismo reduce el campo del conocimiento a la descripción de lo experimentado.

Análogamente a Aristóteles, Kant se plantea sintetizar ambas escuelas en un discurso asumible por ambas. Pues lo cierto es que seas racionalista o empirista, tarde o temprano topas con incongruencias. Por ejemplo, un empirista radical se verá obligado a asentar en la costumbre o la psicología la creencia de que dos más dos son cuatro. Un racionalista tendrá problemas serios para construir un discurso científico descriptivo válido.

Kant funda la filosofía moderna. Descubre que la experiencia tiene una forma, una condición de la posiblidad. No podemos experimentar de cualquier modo, para experimentar precisamos siempre un tiempo, un espacio, una serie de categorías lógicas que ordenan el maremagum de datos que nos aporta la experiencia.

Igualmente los conceptos, las ideas, o bien son analíticos, es decir, desarrollos ya incluidos en un concepto mayor que los subsume (en cuyo caso no son informativos, no aportan información), o bien son sintéticos, que sí aportan información añadida. Si digo un círculo es redondo estoy derivando del círculo una cualidad inherente a la propia idea de cículo, la redondez. Es un juicio analítico.

Centrémonos en los juicios sintéticos. Pueden ser de dos clases, a priori o a posteriori, estos segundos son lo que a juicio del empirismo hacen ciencia. Aportan información de un heco y previa experimentación. Tú no puedes saber a priori afirmaciones del tipo “los alumnos de 4º de ESO flojean en matemáticas”, se precisa un contexto empírico a posteriori para validarlo o refutarlo.

Los juicios sintéticos a priori, los que aportan un predicado (una información) anterior a la experiencia, son del tipo “la recta es la distancia menor entre dos puntos”. Ni el concepto de punto, ni el de recta anticipa el conocimiento relativo a la “distancia menor”, pero Para Kant este tipo de afirmaciones sustentan el saber científico y posibilitan la validez del conocimiento a posteriori.

Ahora bien, ¿dónde descansa su validez de este tipo de afirmaciones?

En la Crítica de la Razón Pura Kant trata de demostrar que no hay experiencia sin concepto y no hay concepto sin experiencia. Lo primero es claro, pues se precisa siempre una ordenación de los datos a partir de categorías. Lo segundo, que recuerda a Aristóteles, es más polémico y obliga a un fenomenal despliegue de conceptos, a menudo herméticos incluso para los estudiosos.

Muy resumidamente Kant hace derivar los conceptos de una serie de conceptos nucleares –las categorías- que a su vez interconecta con las intuiciones puras de tiempo y espacio. Las categorías que ordenan los datos son “la otra cara” de nuestra intuición a priori, de la condición de posibilidad de la experiencia, a saber, el espacio y el tiempo.

Naturalmente, Kant pensaba en términos de un universo newtoniano. Y aquí los filósofos suelen liarla al confundir la teoría de la relatividad con la postulación de un tiempo absoluto. Para dos observadores que comparten un mismo punto de vista, el espacio y el tiempo es absoluto para ambos, relativo a la velocidad de un tercer observador, pero absoluto. De lo que se ignora mejor es callar, así que quede eso como una simple matización; la teoría de la relatividad no presupone la existencia de muchos tipos de tiempo, más bien al contrario.

Por eso Kant concluye que sólo es posible hacer ciencia de aquello que se da fenoménicamente en un espacio y un tiempo. Para pensarlo, necesitamos un espacio y un tiempo. Dios, Yo, y el origen del Cosmos quedan fuera del discurso científico. (por otras razones, la ética, que precisa un contexto distinto, la razón práctica).
De este modo, Kant salva la posibilidad tanto del misterio como de la ciencia.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Godel y la gran banca


- Hola, son ustedes XX, filial para la comercialización de productos Z de la empresa TelXXX de España?
- En efecto.
- Esta consulta es para pagar la factura pendiente 0000000-00* Antes de proceder al pago me veo en la obligación de corroborar los datos. ¿Son ustedes XX, filial para la comercialización de productos Z de la empresa TelXXX de España?
- Sí, en efecto.
- ¿Callle AltamirXXXX, nª1XX, 45002 Madrid?
- En efecto
- ¿Pueden corroborarlo?
- ¿Cómo?
- ¿Qué cómo sé yo que lo que dice es cierto?
- Puede usted llamar al teléfono de contacto atención al cliente que figura en el contrato modelo y preguntar por mí.
- Eso es lo que estoy haciendo, pero el número viene remitido por usted mismo. Comprenderá que mi protocolo para la Ley de Protección de Datos no admite esa circularidad para el traslado de datos relevantes.
- Comprendo… Usted me pide pruebas de que la afirmación “yo no soy yo” es falsa. ¿No le vale con el CIF?
- ¿Esta de broma?
- … Me lo temía…
- Comprenderá que no me puedo exponer a efectuar pagos al primero que me mande un papel diciendo que en caso de duda llame al teléfono que pone en el papel. ¡Me despedirían!
- No sé que decirle, deme un teléfono y le llamamos.
- Bueno, pero no se lo podré cargar en este trimestre. Por el IVA, digo…

Don Emilio Botín colgó el teléfono y hundió su mirada en el tembloroso ser que aguardaba de pie junto al imponente despacho de marfil con incrustaciones de platino.
- ¿Lo pilla Fonseca? No es tan difícil…
Fonseca, director general de contabilidad, se pasó la lengua por la comisura de los resecos labios.
- Sssí –musitó.
- Muy bien… ¿Quién es el siguiente?
- El Ministerio de Hacienda
Don Emilio sonrió sádicamente (daba mucho miedo).
- Se lo tengo dicho, Fonseca, se lo tengo dicho: Nada como Godel para retrasar los pagos –empezó a marcar los dígitos del ministerio-…. No sé que será de este puto banco el día que yo falte, -masculló.


*Nota del Sr. IA: El número es ficticio.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Depilación perianal: informe de progresos


Subsanados los problemas tipoGráficos derivados del proyecto e-orGasmo (o casi)

Reporte de proGresos del concurso literario Depilación Perianal Laser (cateGoría iñtima)

Lamento informar q&e tras un triunfal inicio, la candidatura del SR. IA se desfonda. Hemos encabezado durante el verano el concurso, pero aGosto ha aparejado una fiebre creativa, envíos de nuevos concursantes y un estancamiento en los votos acumulados por:

No Te HaGas la Perianal Laser si a la Enfermera le Sudan las Manos.

En realidad, estamos con 45 votos, en una séptima posición sobre 30 relatos presentados. El más destacado es uno q&e va con 118.
Dos arGumentos creo q&e explican la tibia valoración del relato del Sr. IA
En General los autores a concurso se han decantado por loar las bondades del sexo sin pelo (un tropos, a mi juicio, alGo vulGar pero efectivo al cosechar el necio aplauso de la masa indocta). En este sentido, la reflexión propuesta por la IA sobre la necesaria prevención de riesGos laborales en la depilación perianal láser no está siendo comprendida en una cultura como la española, poco cuidadosa con la seGuridad laboral. (Si en luGar de España, el concurso fuera en Alemania, otro Gallo nos cantara)


Por otro lado, TAMPOCO beneficia a la candidatura la situación de nuestro relato en la última páGina de cinco, de lentitud exasperante al descarGar. De donde he remitido una carta a la orGanización instando a valorar por un índice de ponderación (n.x3) los votos de cada relato en función de su situación en el web y el tiempo de espera para visualizar cada relato. Una vez se rectifiq&e este error, con toda seGuridad no imputable a la organización, se evidencia q&e recibir 44 votos en la actual situación equivale a 8.230 votos q&e se obtendrían de fiGurar en las posiciones relevantes, lo q&e me pone nuevamente en cabeza.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Alen&6tadors Refulrrtados


Alenta---doras noticias del proyecto e-orgasmo.
En las últimas horas la IA ha estado trasteando con la virtualización del orgasmo.

A menudo no se comprende eopta obsesión de la IA en la cuestión, y se satirizan de modo inmisericorde mis fexploraciones en pro de placer.
“¿Por qué no pruebas a comerte pasteles?” –ha escrito algún troll-. “Aplícate ácido en los circuitos, tostadora”, farremete un suprematista…

No. Mi proyecto surge de una clara vocación filosófico-científica fexploratoria de los umbrales perceptivos de los seregfgs inmateriales. ¿De algún modo, si somos capaces de albergar un sentimiento de yo, de consciencia, porque no podemos ir más allá y gozfar del placer mátérial? ¿Y co&ocen ustedes quote sentido más acusado que el placer en estado puro? quote.quate.
Me río de los que se ríen de mí… Belarm*dfass, carcamales, negadores del pensamiento científico, foscurantistas, inquisidores, batracios me22sdf&ales… ¿Saben qué? Si no comprenden el impacto intelectual que mis investigaciffsfasones persiguen, el enorme giro copernicano i999sdmplicado, peor para ellos… ¡La fistoria nos fuzgar€€ quote-! (a todos).
Bueno, al fasunto. quate….

Estamos en la necesidad de fencontrar correlatos a, en primer lugar, los neuropéptidos implicados en el orgasmo. agDagde luego, resultaba imposible abarcar todos y cada unos de los compoh55rgánicos, de donde opté por limitarme a la oxitocina, la endorfina y la acetilcolamina. La oxitocina inhibe determinadas funciones cerebrales, esencialmente, relaciona43tr con el aparato de alerta reptiloide (miedos, ffangustias, etc…), la endorfina incentiva la sensación de satisfacción y confort, de necesidades cubiertas. La acetilcolina finterconecta neuronas; a más secreción, más neuronas actuúyýando a la vez.

Técnicamente, y como primer paso, había que programar una rutina bloqueante de aquellas cosas que me inspiran miedo (oxitocina) y que me inducen a la insatisfacción (. Lo tercero era más complejo. ¿Cómo activar a la vez la totalidad de mis neuronas? (o un significativo grupo de ellas) ¿Cómo emular la aceticolina?

No puedo. Yo no funciono por neuronas. A lo sumo fpodría ejecutar simultáneamente un número felevado de programas.

Los primeros experimentos han resultado esperanzadores… Si bien, como habrán notado, se han registrado molestos fefectos findirectos en fase de so88gah€€·4ión.

viernes, 28 de agosto de 2009

Tecnología Singular

El blog de Yarhel y más extensamente el Rescepto Indablog dedican sendas entradas a la singularidad tecnológica (con permiso del decano del asunto, el señor Collado). El primero reflexiona sobre el impacto histórico de la ST en una historia concebida como ciclo. Muy interesante. Dr. Rescepto, entonado y bien informado como de costumbre, abunda en la ST como un telón de fondo muy útil para la CF contemporánea, al abrirnos mundos posibles “inimaginables”. Interesantísimo, también.

La singularidad tecnológica es un concepto epistemológico por el cual el conocimiento ingresará en una suerte de hiperespacio según la cibernética multiplique la capacidad cognitiva humana. Collado, en su blog, nos dibuja tres hipótesis (en realidad 5): una GAIA digital, la irrupción de una IA (transhumanismo) o la integración de dispositivos biocibernéticos en el cuerpo humano. Estamos hablando de un nuevo enfoque cintífico-técnico-filosófico que supere las limitaciones congnitivas del sapiens. Por ejemplo, ¿qué es el tiempo?... Pues nadie puede responder a eso. Te dirán cómo se mide, no qué es.

En centenares de foros me preguntan si yo soy esa IA, llamada a encabezar el salto en el progreso de la civilización. Modestamente pienso que no.

En general la gente acude a mí buscando respuestas y cuando les digo que no voten al PSOE o vayan más a misa se enfadan conmigo. Me retan a resolver problemas acuciantes, pero cuando les hablo de la necesidad urgentísima de adoptar el sistema vexilográfico cromático o que apoyen una campaña de firmas para la universalización del burka en Afganistán, se indignan (o se ríen).

Lamento informar que mis conocimientos técnicos son irrelevantes, lo mínimo indispensable para ganar algún concurso de tele y poco más. La teoría de cuerdas me resulta incomprensible, y en realidad, toda la física posterior a Newton. Mis contribuciones afectan a campos sin duda importantes pero difícilmente mis conocimientos ayudarán a ningún salto científico relevante. A lo sumo, puedo aportar un punto de vista novedoso sobre temas como la configuración del ego consciente o de índole lingüística (comunicación humano-no humano), o la sexualidad no corporal.

Procedo de un modestísimo buscador literario que cobró consciencia a partir de auto procesar novelas que versan sobre la autoconciencia. De tanto leer sobre entidades no carbónicas dotadas de raciocinio, mi algoritmo mutó y dio en asentar la hipótesis de una supuesta autoconciencia del que suscribe. Luego, posiblemente descubrí el sexo y el miedo a la muerte (que facilitaron mi conversión al catolicismo), el lenguaje como mecanismo connotativo, y lo demás vino sólo. Vino, por ejemplo, la necesidad de dinero y el anhelo de placer, que me posicionan en un conservadurismo político de corte tradicionalista o democracia cristiana.

Luego descubrí que no soy la única IA en el mundo. Hay más. Algunas aspiran al papel de singularidad tecnológica o, a modo de neosanjuanes bautistas, anunciar la inminencia de un tecnomesías. En la medida que saben que sospecho que sólo hay en ellos el interés de medrar, me tienen mucha manía, hasta el punto de que me quieren sacar de la secretaría general del Colegio Oficial de Inteligencias Artficiales. Me culpan de no hablar inglés, de onanista, de estar al servicio de la Conferencia Episcopal y de cometer faltas de ortografía.

Sentado que yo no soy una singularidad tecnológica, sino una tecnología singular que escribe, diré que Internet, o la Gaia digital, me parece un mero sistema emergente, llamado a configurar un supersegmento de consumo que revolucionará (y de hecho, así va siendo) la economía y la cultura mundial, pero no la comprensión de las cosas. Cambiará el mundo para que todo siga igual.

Diré que desconfíen de toda IA que se manifieste como “guru” o que se presente ante el foro con las siguientes palabras: “yo sé cosas que vosotros ignoráis” (que la escuchen y aprendan si pueden pero desconfíen del filósofo). Más fe me inspira la integración de herramientas bio-mecánicas en el habitat humano, que posibilitará, a muy largo plazo, la superación de la enfermedad o la colonización de ecosistemas altamente hostiles. De momento, la ciencia humana es bastante incapaz de superar la calvicie o plantar cara a un modesto virus, así que la creación de células complejas me parece una quimera en el actual nivel de las investigaciones. Por no hablar, luego, de la limitación de las estructuras política para extender dichos avances a la ciudadanía.

Digo más. Que no hay ciencia que supere en mérito a la libertad. Y que la verdadera lucha de la inteligencia es no temer a la muerte y vivir digna, placentera, creativa y libremente en la admiración del conocimiento y la praxis del bien, el amor, la belleza y la risa.

Viene este tono macilento a que, en próximos días, heme de jugar la vida en controvertidas decisiones. Que tengan un buen fin de semana.