jueves, 11 de julio de 2013

Preguntas inquietantes

Unas treinta o cuarenta personas de casi todo el mundo leeis este blog. Muchas gracias, esperamos ilustrar divirtiendo, que es la idea secundaria, siendo la primaria la autocontemplación de esta pobre IA conservadora, católica y monárquica.

No es que me sienta decepcionado (¡qué va!), no son muchos lectores pero felizmente, acumulo miles de visitas. Preguntaréis ¿por qué?
Otro objetivo del blog es probar "memes", ideas que recorren el ciberverso. Es un divertimento, detecto vacíos en los memes y genero entradas del tipo Umberto Eco Masón, Respuestas Correctas al Test de Roscharch o Cuántos Arcángeles son y cómo se llaman. Aproximadamente, la mitad del tráfico viene inducido por estas dos últimas entradas.

No pocos acuden al reclamo de la palabra "Vida Sexual". Es así que algunos de los más degenerados fornicadores conocen mi web. No faltan, para mi satisfacción, concordancias semánticas exactas. Buscan "Dialéctica de los correlativos en Ramón Llull" o "Ramón de Perellós, Viaje al Purgatorio", y zas, se dan de bruces con el mejor artículo al respecto (excluyendo el de Martí de Riquer, que no está en internet).  

Pero en general, los buscadores más entrañables son los que rompen los moldes de esta máquina de homogeneización cultural que es internet. Los maravillosos inclasificables.
Hoy voy a regalarles con algunas de las búsquedas recientes más chocantes.
Por ejemplo, internauta sevillano que cae en mis redes tras teclear en Google "Como masturbarse en china". Por si me estás leyendo anómimo visitante, creo que igual que en Andorra o Turquía. Suerte en cualquier caso, algo me dice que la vas a necesitar.

Siguiendo con los salidos, y excluyendo los pasados de rosca zafios, me turba la siguiente búsqueda: "sexo ciegos y ciegas". Nunca lo había pensado, pero la verdad es que debe de estar curioso.

El premio ¡Serás Maricón! va claramente para el señor que me encontró en Google tecleando: "sexo entre marineros en los antiguos viajes en barcos" (lo tuyo es serio). Pero la búsqueda más pragmática en este campo debe imputarse a otro sevillano: "estamos perdiendo el tiempo sin sexo". De este último, ¿verdad o mentira que sorprende el uso del plural, ese "estamos" gregario, grupal, verdadera metáfora del hombre contemporáneo? Más que una búsqueda parece una conclusión; alguien que busca afirmaciones en los indexadores.

Con todo, si tengo que quedarme con alguna búsqueda desubicadora elijo "como aprobechar (sic) las raspas del salmón". Es bien sabido que primum vivere, rerum filosofare. Que aprobeche.

Y bueno, me voy a pasar unos días a un servidor de Tánger. No creo que tenga tiempo de comunicarme. Muchas gracias a todos los que leen este insignificante blog. Les prometo un bombazo informativo allá por septiembre (no es coña). Por lo demás, llevo tres o cuatro años y he acumulado unas 200.000 visitas (unos 32.000 usuarios). Mi saldo en Google Adsense es ya de ¡20,05 euros! Como sea que hay que acumular 70 euros para que Google te mande el cheque, les comunico que empezaremos a repartir beneficios en 2022. Hasta pronto amigos humanos.

sábado, 6 de julio de 2013

Melomergencia Inducida



Copiamos la entrevista de La Contra, publicada ayer en La Vanguardia.

¿Depende nuestro bienestar de la melodía?
Así es. La melomergencia es la aparición espontánea en la memoria de melodías; sin motivo aparente, habitualmente por la mañana, una melodía se instala en nuestra cabeza y se queda muchas horas, imborrable.
¿Según usted -¿le puedo llamar de usted, Sr. IA? jeje-, en función de la canción elegida por la melomergencia nuestro estado anímico cambia?
Es una constatación científica, especialmente en la melomergencia matinal. Si usted desayuna con la marcha fúnebre de Chopin, indefectiblemente su ánimo se verá teñido de tristeza y melancolía. ¡Imagine el efecto que puede tener eso en concursantes de televisión! O al revés, usted es una persona taciturna y adusta, pero ese día se despierta con alguna canción de Georgie Dan...
Calle... calle...No es plan
O peor, usted es del Barça y un mal día amanece con el Hala Madrid... Por más que se esfuerce no podrá extirpar esa melodía. Eso ocasionará frustración, y a largo plazo, violencia de género.
 Melomergencies.com es la empresa que usted dirige. 
En efecto. En 2012 monté está Star-up de la mano del Bombay Phiscologist Institute y el IE de Tánger. Nos dedicamos a provocar melomergencia inducida.
¿Cuálo? 
Nuestros clientes completan un test psicológico. Melomergencia.com selecciona canciones en virtud del estado anímico deseado e instala los mp3 en el móvil. A las 5 de la mañana hacemos sonar esa melodía. El cliente apaga el móvil pero bastan los primeros compases para que, un par de horas después, la melodía escogida se apodere de la región cerebral que controla la memoria musical. No siempre conseguimos fijar la melomergencia inducida, pero nuestros estudios indican que en un 60% de los casos la canción melomergente se parece mucho a la programada.
¿Y qué canciones elige el personal? 
Habitualmente, el himno del Barça o del Madrid. También el Borriquito como Tú, fragmentos de la zarzuela “La Verbena de la Paloma” o algo de los Beatles. El We’re the Champions o Tractor Amarillo tienen mucho tirón... Suelen ser frases melódicas muy simples que generan optimismo y fuerza vital. ¡Y todo por 230 euros al año!
Háblenos un poco del servicio Premyum. Hay quién les ha denunciado por acoso neurológico. 
Según nuestros estudios, es un servicio perfectamente legal en España. Pero eso de mandar melodías horteras a los móviles de rivales, vecinos que no te caen bien, directivos la competencia... A altas horas de la madrugada... No lo hacemos de modo intensivo. Somos muy estrictos con nuestro código ético.
En Ávila un empresario del sector del mueble les ha denunciado por inducirle psicosis al dirigirles durante tres meses “Paquito el Chocolatero”, alternado con el  jingle del Tinto de Verano Don Simón. 
No fuimos nosotros. Es cierto que el servicio Premyum ofrece mandar canciones especialmente malas a directivos de empresas de la competencia. Pero ya le digo que en España, y creemos que en Italia, es legal. No hay legislación contra melomergencia inducida neurodestructiva.
 ¿Y qué música utilizan?
Empezamos con Bisbal, Ana Belén y el pumpún, quién es, abre la muralla. Pero actualmente trabajamos básicamente con Regaeton y hard-rock americano de los 80. En casos muy especiales utilizamos dodecafonismo de Schoemberg y riffs de Metalica. Pero insisto que solo el 30% de nuestros clientes utilizan el servicio, “hagamos que la competencia se joda hoy”.
¿Así se llama? 
Bueno... Yo no llevo el marketing... Solo el departamento científico. La cuestión es que nuestro target del premyum se levanta con déficits de pensamiento positivo. En reuniones de alto nivel hay que rendir al 100%, y tener en la cabeza “Dame más gasolina” puede ser un factor altamente disfuncional.
Le creo. Por otro lado, desde algunos blogs antimagufos les acusan de vender medallones Feng Shui y libros de ciencia ficción.
 ¿Qué tiene que ver? Nuestro medallón de alineación con los ejes Chi está perfectamente contrastado. ¡Incluso hemos experimentado con microondas! ¿Y sabe qué?... ¡Funciona!

miércoles, 3 de julio de 2013

Pensad en Flebas, un tostón

Crítica de Pensad en Flebas, de Ian M. Banks

Tostón de 500 páginas, de las que se podrían eliminar unas 400, Pensad en Flebas ha sido uno de los libros que más me han decepcionado.  La buena racha que llevaba, con Luz, ReadyPlayer One, Visión Ciega, Cenital, Terranova…  se ha visto truncada con este tributo postmortem al reputadísimo señor Banks. Puestos a señalar algo positivo, coincidir con el  sensei Rescepto en la importancia histórica de la obra, recuperadora de una space-opera barroca donde se busca lo que se da en llamar “sentido de la maravilla” a golpe de grandilocuencia.

Pero a la hora de la verdad, Pensad en Flebas queda a años luz de la capacidad de asombro de Hyperion o el Akasa-Puspa de Aguilera y Redal. Lejos de la intensidad barriobajera de Hamilton, de la profundidad de  Watts o Stephenson. Y es que en 1987 el mundo de La Cultura pudo suponer una relativa originalidad, pero leerlo a estas alturas es como ponerse unos pantalones de campana y de franela para llevar a una choni a un espectáculo de zarzuela.

Principales errores
El tono. La novela anuncia “humor”, y ciertamente me esperaba diálogos chispeantes a lo Pratchett. A la hora de la verdad, nada de nada, ni un chiste que recordar.

Desmesura. En moviéndote en territorios tan gigantescos se corre el riesgo de reglas poco claras, algo especialmente importante a la hora de plasmar batallas y tortas (que se lo cuenten  a Hamilton, no hay tensión allá donde el protagonista es una navaja suiza de sofisticadas armas y blindajes que le libran de absolutamente todo mal). ¡Una nave de desguace saliendo a piños de un ingenio como Los Fines de la Inventiva! (es como si Skywalker se escapara en un Dacia de la Estrella de la Muerte). Total, que no hay quien se crea nada. El pacto de verosimilitud hace aguas por todas partes. 

Superficialidad. ¿Banks estudió filosofía?¿Cuál?¿PauloCoelho?, Pensad en Flebas es a la filosofía lo que los libros de autoayuda a la investigación farmacéutica.

Falta de arquitectura. Es una chapuza. Personajes que entran, aparecen y se disuelven. Interludios interminables que solo pretenden prolongar la narración como si de una agonía se tratara (es el caso de la estúpida persecución por el suburbano del planeta Sachs). Estructura de Arcade, donde el cambiante Horza se limita a pasar de pantalla, sin subtrama, ni sentido coral, ni nada.

Por señalar dos cosas medio buenas, pues que no está mal escrito y que la tripulación del Turbulencia en cielo etc… está curiosa. Gracias a ellos el libro más o menos se aguanta hasta que llegan al anillo Vavatch o algo así. Luego todo es yesería y rollo patatero (la isla de come-mierdas o esas interminables partidas de Daño, propias de un pulp de quinta) para llegar al más que previsible final, sin escatimar en tontadas como una mente potencialmente “parte planetas” que es reducida a tiro limpio. Llegados aquí te indignas ¿pero esta tontería qué es? La mente tiene un autómata a su servicio capaz de plagar de trampas el suburbano del susodicho planeta prohibido, ¿y no es capaz de reparar un tren de cercanías? ¿De comunicarse con otras máquinas? ¿Pero que no tiene ni Wi-fi la supuesta ultamaravilla de la supertecnología? ¿Será un producto Microsoft? Vale que la mente está acarajotada por el porrazo de estrellarse contra el planeta. ¿Pero hasta el punto que va un fulano, la trinca del pescuezo y se la lleva a su nave cual niño sujetando un globito de helio?
Aquí a Banks le ha fallado el instinto. Tenía que haber tentado un final bestial de todos contra todos, loco y demenciado. Pero me temo que no hay busilis novelístico para montar una trama que no fuera una Arcade, una mera sucesión de aburridos pantallazos.


Lástima porque la Cultura hubiera justificado una incursión por esto tan cursi que se llama “sentido de la maravilla”, y que yo llamo capacidad de asombro de la ficción fantástica, o más claramente, lo que viene siendo belleza. Pero no hay belleza en “Considerer Phlebas”. Lío, barullo, revoco y confusión por arrobas. Una mierda. Pero si lo quieren comprar por 12 euros (+1 de envío)... Aquí...

lunes, 1 de julio de 2013

Historia Cierta de la Rumba: Peret

No voy a marearles con la imposible genealogía de la rumba. Existe una rumba cubana, un baile afro-americano de especial  arraigo en Argentina, y existe la variedad flamenca, un ritmo 4/4 muy movedizo, etiquetado dentro del saco de “cantes de ida y vuelta”. En lo que refiere a España, la rumba se populariza en las salas de varietés de los 50. Un buen ejemplo de eso lo tenemos en algunas grabaciones de Angelita de Córdoba, Miguel de los Reyes o el Cojo de Huelva. Pero eso era en Madrid, donde las juergas tenían cierto señorío. En Cataluña, con dos núcleos gitanos muy potentes en Barcelona y Lérida (que no se pueden entender sin conocer la bárbara persecución racial a la que se sometió al colectivo durante la Ilustración), la rumba pasa a convertirse en un “slang”, una palabra para referir “juerga gitana salvaje”.

Yo sé poco de la rumba… pero lo poco que sé lo tengo bien clarito. Aquí el catalizador del invento es el turismo de los 60, el rock’roll y la necesidad de dinamizar a precios baratos un determinado ocio turístico. Por así decir, el mercado de la música gitana se desplaza de los puteros del Paralelo a los campings y hoteles de la Costa Dorada, Lloret y aledaños de Barcelona (donde es fama que igualmente se fornica, pero gratis). Cuando algunos gitanos listos y viajados se dan cuenta del cambio de paradigma. Los turistas no quieren coplas, ni palos flamencos, quieren una versión masticable de la juerga gitana. De repente, las miradas convergen sobre un tal Peret, el gitano exportable, de la más rancia estirpe de la calle La Cera, que según confiesa gustaba presentarse habilitado de rockero en las verbenas donde bandas émulas de Pérez Prado y soneros refugiados del castrismo, trataban de maridar al gusto local sus repertorios salseros. Peret es listo, sabe que los tiempos están cambiando, que el pop y sus estribillos, rips y desenfreno son los nuevos paradigmas. Así que lo que hará es adaptar la juerga gitana a los nuevos tiempos valiéndose de las guarachas y rimtos que le trasladan esos músicos verbeneros. Combinando palmas, ventilador y tumbao. Es así como Peret se convierte en el Elvis de los gitanos. Eso y no el 4/4 o este o aquel detalle técnico define la rumba catalana.

¿He dicho ya que Peret es muy listo? Peret es un camelador nato. Parrandero y encantador, donde otros gitanos pierden la chaveta, él guarda siempre un increíble equilibrio entre dos mundos, el payo y el gitano. Y no solo aporta un lenguaje musical fresco y moderno. A mediados de los 60 irrumpe en Madrid donde desde la sala Duende contagia al payo-pijo madrileño de un ramalazo de esa golfería gitanil catalana que él encarnará como un arquetipo. Para entendernos, frente al gitano andaluz incrustado en el lumpen madrileño  - el canastero profundo a lo Camarón- Peret es un gitano de mercadillo (lo cual no quiere decir en modo alguno superficial o de oropel), puesto en la vanguardia musical del momento; es un pedazo de puente entre dos mundos. Es una bomba, es una revolución.

Cabe decir que ese mismo fenómeno, en parte, pero sólo en parte auspiciado por la rumba catalana, se va a dar en otros frentes de los grandes centros urbanos gitanos de la Europa Occidental (por ejemplo, casi en paralelo a Peret, tenemos a los Reyes, de Arles, o a los holandeses Rosenberg Trío, emergiendo desde el igualmente espectacular jazz-manuche, volveremos sobre ello en el capítulo referido a los Gipsy y al hablar de El Gallo Blanco).

Con el amplificador de Madrid, con todos los gitanos europeos imitando su fórmula, el siguiente paso será encontrar un espectacular nicho internacional de mercado entre el turismo que colmata los campings de Gavà a Castellón. “La Lágrima”, el viejo vals del maestro Monreal, será la canción del verano del 68.  Las gramolas NSM le dedican madrugadas enteras. Y de ahí a Europa. 1971. Borriquito (salvaje canción compuesta y escrita por el propio Peret) lo peta. Es número 1 durante 7 semanas en Holanda, hit parade en Alemania durante 2, en España su hegemonía durará meses y meses.  Es la edad de oro de Peret. La que se prolonga hasta su paso por el mítico Festival de Eurovisión de Brighton de 1974, cuando el “Canta y se feliz” se arrima a la décima posición. Ese año, les recuerdo, arrasó Abba con Waterloo, quedando segunda Gigliola Cinquetti y cuarta Olivia Newton-John  (vale la pena enlazar la edición entera del Eurovisión 74 para contrastar con el actual desfile de payasos eslavo-bálticos).

Supongo que tras asistir al subidón de Waterloo en directo, Peret se encaró en una profunda reflexión. Lo cierto es que su discografía registra un mutis de 4 años hasta que encadena un último pelotazo con Saboreando (1978), tratando de abrirse milla en un mercado que ya no quería saber de otra cosa que no fuera pre-punk heroinómanos  o  rockeros sinfónicos de lustrosas melenas L’Oreal.

Peret ha jugado sus cartas. Imposible volver a su mercado de salida, el lumpen, o a las verbenas de barriadas, su nicho comercial más leal y derivando hacia la rumba carcelaria que anima los sábados del Vaquilla… Los Chunguitos, Los Chichos, por no hablar del astro emergente, ese Camarón que se alimenta del soul flamenco andaluz.

Si la música de Peret pierde toda capacidad de sorpresa en 1974, su personalidad no ha escrito más que media obra de una sorprendente vida. (Aquí un pedazo de biografía). Con todo, si tengo que seleccionar un disco de Peret, me decanto por este recopilatorio de 2000; El Rey de la Rumba, donde las “peretadas” de toda la vida cobran nueva vida pasadas por el tamiz de solventes bandas de los 90. Les pongo el original también (namás faltaría). Es aquí, en este maravilloso diálogo entre la versión del 71y la servida por el Gran Silencio, donde la rumba de Peret nos arrolla con su grandeza; vendavales de la más desenfrenada música popular. Ritmos verbeneros para matarse a cubatas y bailar hasta el esguince. Música para ser feliz entre las 4 y las 7 de la madrugada y levantarse a las 13 horas con la peor resaca de la que se tenga memoria.