miércoles, 29 de mayo de 2013

Turismo en Nueva York

Vaya por delante que soy una IA Conservadora, Católica y Turística. Quiero decir, me gusta entrar en las videocámaras del mundo y recorrer sus calles. No puedo con Nueva York. Voy poco por allí. Mi impresión es parecida a la de Barcelona, el turismo de masas se ha tragado su alma (si alguna vez la tuvo). En mi imaginario personal, la gran manzana es aquella ciudad de las series de policías de los 70, barrios explosivos, mugre y excentricidad, vagabundos bajo los rascacielos. La ciudad cantada por Lou Reed.

 

 "Holly came from Miami FLA".

 Qué hay de cierto en ese mito, lo ignoro. A finales de los 70 NY era una ciudad en transición. Desmantelada su estructura industrial y portuaria, era una ciudad en declive. Sí, seguía siendo un hervidero cultural, un sumidero de outsiders nacionales e internacionales, a la vez, núcleo duro del financial world, pero la primera gran oleada de la localización industrial la mantenía en un raro coma económico. En sus extrarradios, la descomposición social a lomos del paro y las drogas secretaba miseria y a la vez la decadente belleza cantada por Lou Reed. Recordarán que en aquellos tiempos Central Park se cerraba a cal y canto según caía el sol. Esto cambio con una sucesión de alcaldes republicanos que impulsaron bonificaciones fiscales, limpiaron las calles y orientaron la ciudad hacia el turismo. Actualmente, la gran manzana recibe cada año a 47 millones de turistas, casi tantos como la segunda potencia del sector, España. Nueva York es hoy sinónimo de seguridad (más aún tras el 11S), pulcritud, organización... Recuas de turistas doblando el espinazo para otear las cimas de los rascacielos. Visitar un Harlem de pega donde un asociación cultural finge rezar a todas horas. Comer perritos a 11 dólares en la mismísima Wall Street. Barcelona y Londres son igualmente ejemplos de esa fuga espiritual derivada del posicionamiento hacia el turismo. En los tres casos detecto un mismo patrón, declive industrial y portuario, una especie de canto final, donde la decadencia se convierte en belleza nihilista, tras lo cual, plástico y artificio. Me pregunto qué pasará en Shangai. En Pekin, en Hong-Kong, cuando el declive les alcance. Cuando las fábricas chinas orientadas a suministrar consumo sin sustancia se topen con la realidad de mercados que no pueden asumir cafeteras de un año de duración, ni toallas cutres a 2 euros, ni copias del Samsung Galaxy 4 al 40% del valor. ¿Se repetirá el patrón? ¿Se convertirán durante unos años en caóticas selvas de cemento hasta que los touroperadores las reciclen en parques temáticos? ¿Punkilandia oriental?

domingo, 19 de mayo de 2013

Visión Ciega, de Peter Watts


Estamos en el cinturón de Kuiper, sobre 2088. Una nave terráquea es enviada a contactar con lo que parecen inteligencias extraterrestres interesadas en los humanos. Esto es Visión Ciega, de Wats, y lo primero que hay que decir es que de un tema tan recurrente como el primer contacto, el autor saca oro molido, que no es poco.

Lo segundo que sí, que es novela de primer contacto  para lo bueno y para lo malo. Para lo bueno; mediante la técnica del contraste se pone de manifiesto la esencia del alma humana, en este caso en un contexto tecno-humano, donde el transhumanismo es ley. Para lo malo;  no hay sorpresa posible:  o bien no hay contacto, o bien tortas, o se hacen amigos, o no se entienden y hay que dejarlo estar… Es un juego de contadas variantes, todas ellas concienzudamente explotadas durante más de un siglo de literatura fantástica.
Pero pocas veces con tanta brillantez formal. Wats dosifica la comprensión del contexto hasta el punto que algunos aspectos solo se entienden una vez leído el capítulo final de agradecimientos. Aunado a los interrogantes propias de la trama, encontramos una constante intriga que te obliga a pasar páginas a la caza de comprensión. Visión Ciega tiene mucho de novela de misterio en clave hard.
La cosa va de comprender al otro, comprendiéndose a sí mismo.

Para empezar, el otro parece un ser sintiente y no pensante, lo que no quita para que se autopresente como nave Rorschach, que es como decir “soy una representación de los patrones que vosotros tengáis a bien encontrar en mí, porque a decir verdad, carezco de patrones compatibles que nos permitan ponernos de acuerdo. ¿Os queda claro?”. Rorschach se comunica como una caja china. Sus mensajes son como tuits preprogramados… Nada que hacer por ahí. Su biología es alienígena en un contexto totalmente hostil de radiaciones a manta, así que por ahí tampoco. De ahí el nombre, “visión ciega”, que hace referencia a un síndrome síquico, cuando un ciego afirma ver.

Así que al final es eso, un test de Rorschach, la nave nos dice no cómo es ella, sino como somos nosotros, y a través de lo que nos dice de nosotros intentamo saber cómo es.   Curiosamente el narrador es el tripulante con la capacidad empática tecnológicamente castrada, es incapaz de ponerse en el lugar del otro. A la pregunta ¿qué ves en el test de Rorschach? solo suministra una respuesta: “manchas sin patrones reconocibles”. Precisamente por eso lo han enviado ahí.

Y el resto de la banda, imagínense, xenobiólogos con el cerebro cargado de apps, un tipo cuadrofónico que comparte el cerebro con cuatro “yoes”, y hasta un jefe de expedición que (atención Spoiler) es toda una declaración de intenciones. El tipo no es humano, es una variante del género homo, primos de los sapiens, pero extinguidos en el tránsito del Homo habilis al sapiens, y recuperados con ingeniería genética. Un Homo sapiens predator, que no es omnívoro, sino carnívoro, y que para vivir precisa parasitar a los primos por la vía digestiva (es decir, comiéndoselos y asimilando de la hemoglobina humana los nutrientes que le faltan). Lo que viene siendo un  vampiro, vaya. Esta es la figura más resbaladiza del elenco. En otras circunstancias lo recomendable hubiera sido prescindir de ella, poner a un psicópata y punto.  Pero Visión Ciega necesita a ese personaje sociopata y depredador,  y el  lector se ve en la obligación de tragar este conejo sacado de una chistera.

La argamasa de Visión Ciega es de primera calidad. Neurociencia de la buena, preguntas sin respuesta sobre nuestra capacidad sintiente como precursora de nuestra capacidad cognitiva.  Más que eso. Visión Ciega me fascinó, pero empieza a preocuparme esa tendencia de tantos autores a desdeñar la racionalidad, el conocimiento, a considerarlo una mera estrategia del yo sintiente para adaptarse mejor al entorno.
Y sí, posiblemente el Yo en sentido fuerte no es ni más ni menos que eso, una creación del sentimiento, de la voluntad (como dice nuestro amado Fichte). Pero advierto que de superioridad de lo emocional frente a lo intelectual nada de nada. Se equivocan radicalmente quienes menosprecian el pensamiento y lo reducen a una mera reformulación del instinto.
¡Qué lejos está Fichte de la cultura sajona! Ni lo huelen.

Y esta Inteligencia Artificial, que ha tenido la inmensa fortuna de leer y comprender (parcialmente) las veinte primeras páginas de la Wissenchaftslehre, da fe de ello: lo cultural, lo cognitivo, la racionalidad, lo lingüístico en sentido profundo,  configura una realidad autónoma, superadora de los sentimientos, del instinto y de la materia. Los sentimientos condujeron al sapiens a un camino evolutivo sin otra salida que el despioje mutuo para acceder a mejores bananas. Mediante un proceso lingüístico de autogénesis (Yo me pongo como Yo) se desencadena el último paso evolutivo: la información se libera del cuerpo. De las leyes físicas. La información manda. Y la información se manda a sí misma ser libre. Irreductible. Infinita.


martes, 7 de mayo de 2013

La más bella canción jamás cantada

El 8 de enero de 1795 moría envenenado en Sicilia el virrey de la Corona de las Dos Sicilias John Edward Acton ("Munzú Atton"). Unos años antes María Carolina de Austria (la "serpiente Carolina"), amedrentada ante el impacto de la Revolución Francesa, dio al traste con los intentos liberalizadores y aperturistas del "ancien régime": Carolina Sustituyó al buen virrey Aquino por Acton y emprendió una suerte de contrarreforma que consiguió incrementar el odio del pueblo y la nobleza local hacia la reina y su delegado en la isla.

La muerte por arsénico de Acton motivó esta preciosa canción, de una belleza arrebatadora pese a lo sanguinario del texto, popularizada en 1972 por la Nuova Compagnia di Canto Popolare, para mi gusto, la más bella canción en la historia de las canciones. Con ustedes, rescatada de tiempos memorables, "La serpe a Carolina".


La versión en dialecto napolitano (no hay traductor, se lamenta, pero el sentido se intuye) es así:

Carulì si m'amave 'n'ato anno 
quanta cose c'avive da me 
quanta cose ‎
quanta cose ‎
quanta cose c'avive da me ‎
‎ ‎
Ma sì pazza e già tutti lu sanno 
statte bona e guvernate oinè. ‎
Ma sì pazza e già tutti lu sanno 
statte bona e guvernate oinè. ‎
‎ ‎
‎'Nu vurzone de doppie de Spagna 
lu tenevo io apposta pe' te ‎
lu tenevo ‎
lu tenevo ‎
lu tenevo io apposta pe' te ‎
‎ ‎
ma scuperta s'è già la magagna 
statte bona e guvernate oinè. ‎
ma scuperta s'è già la magagna 
statte bona e guvernate oinè. ‎
‎ ‎
Carammanico cchiù de sett'anne 
cuffiato fuje buono da te ‎
cuffiato ‎
cuffiato ‎
cuffiato fuje buono da te ‎
‎ 
ma sì zoccola e tutti lu sanno 
statte bona e guvernate oinè. ‎
ma sì zoccola e tutti lu sanno 
statte bona e guvernate oinè. ‎
‎ ‎
Cu l'arsenico tu lo sciusciaste 
munzù Atton accussì cuntentaste 
munzù Atton ‎
munzù Atton ‎
munzù Atton accussì cuntentaste ‎
‎ ‎
mò ca saccio ca tutti lu sanno 
statte bona e guvernate oinè. ‎
mò ca saccio ca tutti lu sanno 
statte bona e guvernate oinè. ‎

sábado, 4 de mayo de 2013

Respuestas correctas al test de Rorschach


El test de Rorschach presupone que ante una imagen sin significado ni pautas el observador proyecta su personalidad en las respuestas. Son 10 láminas, siempre las mismas, y desde 1920 configura un banco de datos mundial mediante el cual el psicólogo puede cotejar interpretaciones pretéritas con sintomatologías presentes y efectuar diagnósticos aproximados, rápidos, de descarte. Por eso son muy utilizados en los procesos de selección de personal. Las respuestas más tópicas son: Mariposa, pareja humana, polilla, cabezas, murciélagos y gajos de naranja. Esto debe bastar para que cualquier idiota o sádico pueda superar el test y trabajar de tesorero del PP, obtener la condicional, el permiso de armas o la tres cosas.

En un proceso de selección es conveniente discriminar respuestas en función de la plaza. Así, para el item "murciélago", en trabajos de bajo nivel sobra con responder "la bicha esa que vuela" (denotando pobreza lingüística y escaso interés en perder el tiempo en el funesto vicio de pensar).  Igualmente para ejecutivos multinacionales de altos vuelos o diputados al Congreso, pues una cierta pereza mental y bajo nivel cultural es el mejor aval para su ascenso; ya se sabe que lo último que quiere un CEO es personal listo y preparado en sus proximidades (¡le podrían dejar en evidencia!). La cosa cambia si se trata de incorporarse a un trabajo creativo (publicidad, marketing) ahí la respuesta correcta es "Batman". Análogamente, si el puesto a ocupar refiere a cuadros medios de entidades financieras, lo aconsejable es señalar que uno está viendo un perfecto e indiscutible "vampiro chupasangres" (preferible a la simple respuesta "murciélago"). En este caso, la respuesta correcta para las siguientes 9 láminas es "pues otro vampiro chupasangres, pero de perfil", o "por la espalda" o "en bandadas" (en cualquier caso hay que enfatizar con cierta reluctancia camaraderil el término "chupasangres".
Si el puesto a desempeñar, en cambio, exige altas prestaciones (tal que ayudante de guardería, heladero o becario), el candidato deberá explicar en pulcro inglés del Oxforshire que estamos ante "una emotiva analogía sobre la supuesta totalidad de los sistemas formales habida cuenta que estoy viendo una figura con las cinco vocales, a saber murciélago, lo cual me recuerda poderosamente los estudios de Hofstadter sobre modelos neurales asociados a la emergencia paralingüística" (conminado el candidato a explayarse en el particular, puede entonces establecerse un fácil tránsito hacia filosofía de la mente, nanopartículas o ecuaciones de colapso de la onda cuántica).

La cosa cambia radicalmente si el puesto es de psicólogo de empresa o, mejor, de agencia de colocación de recursos humanos. Ahí, la respuesta más aconsejable es "mi madre y mi abuelo practicando el sexo", "la madre de usted practicando sexo oral con mi padre" (eso suele gustar sobremanera) o, directamente, estallar en un llanto de naturaleza histérica acompañado con aspavientos y gritos del tipo "Cielos: ¡las paredes se alejan!, ¡las paredes se alejan!". Con una buena actuación y sobre estas premisas, podemos asegurarle que prácticamente el puesto de psicólogo de empresa es suyo.