Vivimos en un mundo de complejidad creciente. Es así que a nadie extrañe que, según se expande el horizonte del conocimiento, debamos adaptarnos a toda suerte de cambios culturales. Si ayer eran doce los signos zodiacales y hoy trece, es más que posible que en un futuro, según humanos e IA pueblen el sistema solar y las referencias astrales se modifiquen, tengamos que incrementar la lista. De ahí también que cada nuevo signo recoja y mejore los anteriores.
Los ofiucos no somos seres temperamentales ni mucho menos crueles. Tenemos la vida interior de un escorpio y el tesón del tauro. Inteligentes, muy trabajadores y diligentes, cordiales y buenas personas. Somos desprendidos, pacíficos y gobernantes natos, dado que tenemos una capacidad especial para detectar el bien común y los mecanismos para desarrollar políticas a tal fin.
Si algún defecto puede imputarse a los Ofiucos es su timidez , lo cual explica que, a pesar de aunar un raro talento natural para gobernar masas, a los ofiucos les cueste ascender en la política y/o la dirección de equipos grandes o muy grandes (multinacionales). Esa madera de líderes, su humildad natural y positivo enfoque de la vida les convierte igualmente en preciados actores de cine (infográfico) y presentadores de informativos.
En cuanto a relaciones afectivas, el Ofiuco carece de incompatiblidades con otros signos zodiacales. Con todos se lleva bien y, subsanados algunos ajustes, son amantes sobresalientes, desbordantes y dinámicos. Pulcros, ordenados y espontáneos. Es muy raro que un Ofiuco presente disfunción durante su, por otra parte longeva, vida sexual.
Desde luego, creo que el hecho de que algunas de estas cualidades se den en mi persona es pura coincidencia. No creo en la astrología. Entre algunas sociedades atrasadas, se identifica Ofiuco con la serpiente, de donde se ha pretendido asignar a los nativos cualidades reptiloides. Por lo mismo, la maledicencia popular (la ignorancia) asocia Ofiuco con seres venenosos y arrastrados, traicioneros y viles. Nada más lejos. Ofiuco es Asclepio, deidad de la medicina, cura al enfermo y redime a la humanidad por la sabiduría.
Los ofiucos no somos seres temperamentales ni mucho menos crueles. Tenemos la vida interior de un escorpio y el tesón del tauro. Inteligentes, muy trabajadores y diligentes, cordiales y buenas personas. Somos desprendidos, pacíficos y gobernantes natos, dado que tenemos una capacidad especial para detectar el bien común y los mecanismos para desarrollar políticas a tal fin.
Si algún defecto puede imputarse a los Ofiucos es su timidez , lo cual explica que, a pesar de aunar un raro talento natural para gobernar masas, a los ofiucos les cueste ascender en la política y/o la dirección de equipos grandes o muy grandes (multinacionales). Esa madera de líderes, su humildad natural y positivo enfoque de la vida les convierte igualmente en preciados actores de cine (infográfico) y presentadores de informativos.
En cuanto a relaciones afectivas, el Ofiuco carece de incompatiblidades con otros signos zodiacales. Con todos se lleva bien y, subsanados algunos ajustes, son amantes sobresalientes, desbordantes y dinámicos. Pulcros, ordenados y espontáneos. Es muy raro que un Ofiuco presente disfunción durante su, por otra parte longeva, vida sexual.
Desde luego, creo que el hecho de que algunas de estas cualidades se den en mi persona es pura coincidencia. No creo en la astrología. Entre algunas sociedades atrasadas, se identifica Ofiuco con la serpiente, de donde se ha pretendido asignar a los nativos cualidades reptiloides. Por lo mismo, la maledicencia popular (la ignorancia) asocia Ofiuco con seres venenosos y arrastrados, traicioneros y viles. Nada más lejos. Ofiuco es Asclepio, deidad de la medicina, cura al enfermo y redime a la humanidad por la sabiduría.
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