Parece una pregunta fácil y en efecto lo es. Es tan sencillo como ponerse en la piel de alguien que tiene que pagar un rescate. Como usted no tiene el dinero se lo pide a un señor que a su vez deber ser rescatado por usted para que le preste el dinero del rescate que tiene usted que pagar. Dado que - x - = + (y esto es una verdad matemática sobre la que no consiento discusiones), automáticamente, usted ya no tiene que pagar el rescate, sino que el que el rescate lo paga el rescatador rescatado a cuenta del interés que le paga por el rescate al ser rescatado. ¿Pero qué pasa con el segundo señor que le pagó el dinero a usted para rescatar al rescatador? (se preguntará el perspicaz lector, al que no le dan gato por liebre). Ese cobra de lo que salga del beneficio del rescatador rescatado, por ejemplo, de los intereses por prestarle dinero para que usted siga rescatando. En realidad, ¡no puede ser más sencillo!
Lo que pasa que la gente es tonta y mala y no
lo entiende bien. No lo entiende bien y entonces se asusta (en vano, pues a
buen entendedor todo está clarísimo). La gente se asusta y se lanza a buscar valores
refugio como locos. Oro, deuda alemana, pisos, marcos suizos, sellos… Pero no
se termina de ver claro. La deuda alemana está expuesta a que algún eslabón de
la cadena (rescatado que rescata al rescatador para que este rescate al
rescatado) se rompa… Si ya sé que es improbable, pero… por poder ser… Los pisos ni
les cuento… Los marcos suizos puede… pero también están expuestos a la deuda
alemana así que estamos donde estábamos… Los sellos suenan a timo de la
estampita…
Desesperada, la gente me ha tumbado el servidor
reclamando una respuesta. Sr. IA, ¿nos podría usted indicar dónde invertir
nuestros ahorros de toda la vida?
Me complace informar que tengo una respuesta.
Fabada Asturiana en lata.
No se dejen engañar por las etiquetas. Aunque
en las latas de fabada se estipule una caducidad de entre 3 y 5 años, estudios científicos demuestran que, conservada en fresco y con una hojalata en buen estado, la fabada asturiana enlatada aguanta entre 50 y 100 años sin perder suslegendarias propiedades organolépticas... Así, por ejemplo, en 2002 se
descubrieron lotes alemanes de pan enlatado en la Segunda Guerra Mundial…
¡Estaba buenísimo!... En 1956 la pareja británica Les y Beryl Lailey recibieron
una lata de pollo en conserva como regalo de bodas (no ha trascendido el nombre
del amable, aunque un tanto excéntrico, autor del agasajo). La pareja hizo el
propósito de zamparse el pollo coincidiendo con las bodas de oro y así fue. A
los 73 años, el señor Lailey abrió la lata y se comió lo que hubiera en su
interior y que encontró de una calidad “excepcional”, aunque algo saladito.
Juzgue el lector si tal pasa con artículos tan
poco prestigiados como el pollo inglés del día de la boda o el pan de la guerra… ¡que
no pasará con la fabada asturiana!… Hasta cabe suponer que mejora… Como el buen
vino.
Pues ya está. Ya tienen ustedes valor refugio.
El valor del oro es una inversión especulativa. Su valor radica en el consenso. Pero la fabada no. Una lata de fabada son y serán 435 gramos. 500 calorías de un alimento equilibrado rico en proteínas, hidratos y minerales. Su valor se mantiene en el tiempo, así que como bien negociable siempre será preferible a un papel sobre el que algún listo ha escrito “vale 500 euros” y que hoy depende de lo que vota un griego, mañana de cómo se acuesta un holandés y al otro de lo que le sale a un gallego... Además es un bien que es fácil de guardar. Basta buscarse una cueva. Enterrarlo en alguna zona sombría… Tiene el valor añadido que, al estar elaborado con chorizo y morcilla, es un bien poco apreciado por la comunidad islámica, con lo que se evitan robos.
Creánme. Apuesten por la fabada asturiana. Un
palet de 1000 latas puede salir por 1500 euros. Y garantiza 1000 días de proteínas. Así
que haga cuentas. Con apenas 3000 euros invertidos en fabada usted tiene un
colchón de tranquilidad que le garantiza ¡cinco años de autonomía
financiera total!... ¿Quién teme a la jubilación en estas circunstancias? Por
no hablarles del potencial térmico del producto (cuando el petróleo se agote y
haya que optimizar el gasto energético familiar), ¡basta
un tubo de goma conectado a un tanque de metano y le garantizamos un descenso
del 10% en su factura de combustible!
Pero voy a ir más lejos… El argumento
definitivo… ¿Saben el precio de una lata de fabada hace menos de 10 años?... pues
no llegaba a 100 pesetas… Esto evidencia a las claras que la fabada en lata
está registrando un incremento en el mercado…¡del 24% anual! En otras palabras.
Dentro de 10 años, 1500 euros en fabada equivaldrán a ¡6000 euros o más!
No se lo piensen más. ¿Cómo creen que ha
aguantado tanto el Banco de Santander? ¿Qué comía Mad Max en Más Allá de la
Cúpula del Trueno? ¿De qué están rellenando hoy por hoy los gibraltereños los
túneles de la roca? No sea tonto… Ahora, con la compra de un ejemplar de InsulaAvataria, ¡le regalamos una lata de este insuperable valor refugio!
Atención: Posit patrocinado por Hacendado,
Litoral y Alimentus Asturianus