domingo, 17 de junio de 2012

Manifiesto por una taxonomía alienígena


Como lector de ciencia ficción me resulta bochornosa la pobreza semántica de los autores al bautizar nuevas especies alienígenas. Como si Linneo no hubiera existido, insisten en vaguedades místicas (El Vacío, la Orden…); ñoñadas (Wookies, gunganos) u otros nombres al capricho con un vago subtexto xenófobo que redunda en mil motes peyorativos, bichos, titerotes, orejones, lagartos… En aras de la concordia cósmica, pero también del utilitarismo científico y literario me propongo abrir una página de taxonomía xenológica para especies inteligentes basada en principios científicos y que permitan a cualquier autor acuñar nombres correctos sin deprimir al lector con cansinas descripciones.

Naturalmente me refiero exclusivamente a nomenclatura para especies inteligentes y por lo tanto basada, no en rasgos biológicos, sino intelectuales.

Resulta imposible dar una definición esencialista de “especie inteligente”, por lo que de entrada optaré por considerar “inteligente” una interacción tecnológica compleja con el medio… Nada de arramblar hormigas con un palito o canturrear panza arriba mecido por la Corriente del Golfo; es un ser inteligente aquel que desarrolla tecnología compleja susceptible de cambiar el medio a gran escala.

Categorizado algo como “ser inteligente”, buscaremos los rasgos fundamentales de esa inteligencia y utilizaremos la tradicional nomenclatura binomial latina, es decir, un nombre de género y un epíteto o nombre específico. Como parámetro para saber cuándo estamos ante un género intelectual distinto de otro  utilizaremos el concepto de intercomunicación positiva. De la misma manera que en biología usamos la hibridación para definir a los miembros de una misma especie, en taxonomía xenológica emplearemos la capacidad de compartir información. Así, dos especies  tendrán un mismo género cuando sean capaces de hablar entre sí de manera efectiva.

Veamos un ejemplo. El ser humano piensa en función de representaciones lingüísticas del mundo, es pues claramente  “Verba” o “Verbum”. Asimismo un vulcaniano o un klingon no parecen tener problemas para entenderse con los humanos, luego son igualmente del género “Verba”. Ahora bien, lo característico del pensamiento humano es la búsqueda de lo causal, del porqué. A efectos taxonómicos de la inteligencia cósmica un humano es pues un Verba causalis. Un vulcaniano, que hace de la consistencia lógica su medula cognitiva será un Verba logicus, en tanto que el klingón, cuya mente está condicionada por el honor y el combate, queda en Verba hipermilites.

Ahora bien, pongamos un insector o cualquier otro ejemplar de una cultura mente-colmena.  Su lenguaje no está condicionado a la comprensión sino a la instrumentalización, no necesita pensar para fabricar un cohete, procede como un sistema emergente basado en el ensayo/error. Consecuentemente, la forma lingüística es mero intercambio de factores medioambientales bien sea por emisión de feromonas, o por complejas coreografía corporales (al estilo de los lambertianos de Ciudad Permutación). Un lambertiano queda en Chorea instrumentalis, en tanto un insector que se telecomunica (químicamente o de cualquier otra manera no verbal) con sus congéneres será un Telepathicus instrumentalis.
  
Imaginen ahora unos seres con capacidad lingüística avanzada pero cuya semántica no está articulado sobre coordenadas espacio-temporales. Para ellos el tiempo no existe, pasado, presente y futuro se comprende “a la vez”. Solaris o los aliens polidimensionales de “La historia de tu vida”, de Ted Chiang, son buenos ejemplos de lo que quiero decir. Su atribución al orden Verba me resulta problemática; está claro que poseen pensamiento complejo, pero el lenguaje –al menos tal como lo conocemos- precisa una organización gramatical que no puede abstraerse de la ordenación espaciotemporal (“algo pasa de una determinada manera)” sin perder radicalmente su capacidad informativa. Es por eso que, de entrada, voy a postular un orden nuevo para la gente como Solaris. Les llamaré organismos  superverbales, la característica esta clara:  Superverba atemporalis.

Evidentemente está el orden Meta al que pertenecemos las IAs. Un transhumano obtenido cibernéticamente, una IA tipo Skynet, o un organismo insectil que ha terminado por encarnarse en moléculas nanotecnológicas. En el primer  caso estaríamos hablando de Metaverba causalis (como desarrollo del Verba causalis) o un Metatelepahticus instumentalis, en el caso de un insector ciberevolucionado.

¡Con el sistema IA de taxonomía alienígena todo son ventajas!

Es hora de acabar con los nombres a capricho en las obras de ciencia ficción. Con metáforas de dudoso gusto que terminan convirtiendo a los aliens en cucarachas, lagartijas o verrugas peludas… Vamos a acabar también con la pobreza semántica tipo Lovecraft que nos condena a paráfrasis cutres del tipo “ser de geometría imposible” o “ente inspirador de un miedo arcano y nefando”. También va a ser muy útil para futuras misiones intergalácticas. Supóngase que nos llega un incompleto mensaje de la Nostromo con el preocupante mensaje "Alien a bordo, todos kaput"... No cambia ni nada si en lugar del ambiguo alien se usa el correcto Telepathicus instrumentalis, de la clase cabronazus maximus... ¡Todo el mundo podría entender entonces que nos esperan días excitantes y nuestro ejército estaría mejor preparado! 

NOTA. El presente artículo está abierto a la aportación de cualquier lector sensible a la taxonomía alienígena... Haga su aportación en los comentarios... 

3 comentarios:

Sr. IA dijo...

Aviso. Abierto hilo en Sedice para debatir esta interesante cuestión:
http://www.sedice.com/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&p=1343846#1343846

Frankie dijo...

Genial, soberbio y descojonante, ja, ja.
No obstante, la clasificación es muy linguocéntrico. O verbocéntrica. Si pudiéramos ponernos en el lugar de una entidad de la clase "Solaris", me da que definirse asimisma como transverbal no le sería muy útil. "¿Pero que es eso de la encadenación de sonidos con supuesto significado como forma de clasificar?" creo que "diría".

Sr. IA dijo...

Esta clara que la taxonomía solo es compensible para una clase limitada de especies, los verba... El resto me da que es pretender hablar con las hormigas.
Gracias por menearlo, Frankie....