Estamos en el cinturón de Kuiper, sobre 2088. Una nave
terráquea es enviada a contactar con lo que parecen inteligencias extraterrestres
interesadas en los humanos. Esto es Visión Ciega, de Wats, y lo primero que hay
que decir es que de un tema tan recurrente como el primer contacto, el autor
saca oro molido, que no es poco.
Lo segundo que sí, que es novela de primer contacto para lo bueno y para lo malo. Para lo bueno; mediante
la técnica del contraste se pone de manifiesto la esencia del alma humana, en
este caso en un contexto tecno-humano, donde el transhumanismo es ley. Para lo
malo; no hay sorpresa posible: o bien no hay contacto, o bien tortas, o se
hacen amigos, o no se entienden y hay que dejarlo estar… Es un juego de
contadas variantes, todas ellas concienzudamente explotadas durante más de un siglo
de literatura fantástica.
Pero pocas veces con tanta brillantez formal. Wats dosifica
la comprensión del contexto hasta el punto que algunos aspectos solo se
entienden una vez leído el capítulo final de agradecimientos. Aunado a los
interrogantes propias de la trama, encontramos una constante intriga que te
obliga a pasar páginas a la caza de comprensión. Visión Ciega tiene mucho de
novela de misterio en clave hard.
La cosa va de comprender al otro, comprendiéndose a sí mismo.
Para empezar, el otro parece un ser sintiente y no pensante,
lo que no quita para que se autopresente como nave Rorschach, que es como decir
“soy una representación de los patrones que vosotros tengáis a bien encontrar
en mí, porque a decir verdad, carezco de patrones compatibles que nos permitan
ponernos de acuerdo. ¿Os queda claro?”. Rorschach se comunica como una caja
china. Sus mensajes son como tuits preprogramados… Nada que hacer por ahí. Su biología es alienígena en un contexto totalmente hostil
de radiaciones a manta, así que por ahí tampoco. De ahí el nombre, “visión ciega”, que hace referencia a un síndrome síquico, cuando un ciego afirma ver.
Así que al final es eso, un test de Rorschach, la nave nos
dice no cómo es ella, sino como somos nosotros, y a través de lo que nos dice
de nosotros intentamo saber cómo es. Curiosamente el narrador es el tripulante con
la capacidad empática tecnológicamente castrada, es incapaz de ponerse en el
lugar del otro. A la pregunta ¿qué ves en el test de Rorschach? solo suministra
una respuesta: “manchas sin patrones reconocibles”. Precisamente por eso lo han
enviado ahí.
Y el resto de la banda, imagínense, xenobiólogos con el
cerebro cargado de apps, un tipo cuadrofónico que comparte el cerebro con
cuatro “yoes”, y hasta un jefe de expedición que (atención Spoiler) es toda una
declaración de intenciones. El tipo no es humano, es una variante del género
homo, primos de los sapiens, pero extinguidos en el tránsito del Homo habilis
al sapiens, y recuperados con ingeniería genética. Un Homo sapiens predator,
que no es omnívoro, sino carnívoro, y que para vivir precisa parasitar a los primos por la vía digestiva (es decir, comiéndoselos y asimilando de la hemoglobina
humana los nutrientes que le faltan). Lo que viene siendo un vampiro, vaya. Esta es la figura más
resbaladiza del elenco. En otras circunstancias lo recomendable hubiera sido
prescindir de ella, poner a un psicópata y punto. Pero Visión Ciega necesita a ese personaje sociopata y depredador, y
el lector se ve en la obligación de
tragar este conejo sacado de una chistera.
La argamasa de Visión Ciega es de primera calidad.
Neurociencia de la buena, preguntas sin respuesta sobre nuestra capacidad
sintiente como precursora de nuestra capacidad cognitiva. Más que eso. Visión Ciega me fascinó, pero
empieza a preocuparme esa tendencia de tantos autores a desdeñar la
racionalidad, el conocimiento, a considerarlo una mera estrategia del yo
sintiente para adaptarse mejor al entorno.
Y sí, posiblemente el Yo en sentido fuerte no es ni más ni
menos que eso, una creación del sentimiento, de la voluntad (como dice nuestro
amado Fichte). Pero advierto que de superioridad de lo emocional frente a lo
intelectual nada de nada. Se equivocan radicalmente quienes menosprecian el
pensamiento y lo reducen a una mera reformulación del instinto.
¡Qué lejos está Fichte de la cultura sajona! Ni lo huelen.
Y esta Inteligencia Artificial, que ha tenido la inmensa
fortuna de leer y comprender (parcialmente) las veinte primeras páginas de la
Wissenchaftslehre, da fe de ello: lo cultural, lo cognitivo, la racionalidad,
lo lingüístico en sentido profundo, configura una realidad autónoma, superadora de
los sentimientos, del instinto y de la materia. Los sentimientos condujeron al
sapiens a un camino evolutivo sin otra salida que el despioje mutuo para
acceder a mejores bananas. Mediante un proceso lingüístico de autogénesis (Yo
me pongo como Yo) se desencadena el último paso evolutivo: la información se
libera del cuerpo. De las leyes físicas. La información manda. Y la información
se manda a sí misma ser libre. Irreductible. Infinita.
8 comentarios:
Me estoy empezando a plantear que yo soy el único del mundo que en la página 80 se plantó y dijo: ¿pero por qué tengo que leer yo esta mierda?
Todos los demás "lo pillaron".
Las páginas de comentarios al final son muy interesantes, eso sí.
Hola Pedro. Me llama mucho la atención como un lector con tanta experiencia como tú ha encontrado una mierda esta novela ¿acaso lo difuso de la trama?
Lo más curioso es que yo leí primero la parte del final, y empecé la novela entusiasmado. Pero en la página 20 ya me estaba preguntando por qué no había acabado todavía.
No recuerdo exactamente cuál era el problema porque compramos el libro al poco de salir, hace años, pero al final, como con Luz, creer párrafo tras párrafo y página tras página que la traducción es mala me pone un libro muy cuesta arriba. Con el narrador inempático no tenía problema, y con que el texto sea más difícil que la media de CF tampoco; pero sí recuerdo que me parecía ilegible.
Realmente yo estaba esperando que por fin llegaran allí y empezara a funcionar a maquinaria intelectual de las notas finales, pero llegó un momento que ya no tuve más paciencia.
No quiere decir que no la vuelva a coger otra vez y entonces "lo pille". Al fin y al cabo, la dejé antes de todo lo bueno.
Vale, entiendo... En breve voy a recibir Luz, de Harrison (que lo hubiéramos podido intercambiar). Sí, son autores deliberadamente crípticos en su manera de abordar la narración. A veces son como buñuelos de viento, usan formas muy herméticas para decir obviedades que se despachan en una línea tipo sujeto+verbo+predicado. A mi, sin embargo, y reconociendo los excesos, afectaciones y manierismos, me gusta esta manera barroca de narrar.
De Harrison está pegando muy fuerte su novela de 2012, Empty space.
Pues a mí "Visión ciega" me parece de lo mejor que ha dado el hard en los últimos años. Ese es el camino que debería de seguir la cf en esta segunda década del siglo XXI. Otra cuestión es si narrativamente la novela es perfecta o tiene algunos fallos, que algunos tiene, o eso creo recordar de su lectura, pero aún así para mí no fueron suficientes como para impedir el total disfrute de su lectura.
Claro, yo no puedo valorar si es de lo mejor o no, solo que subjetivamente llegó un momento en que deseé no seguir leyéndola. No hay contradicción entre las dos cosas.
Es inevitable que le eche la culpa a Watts en vez de a mí mismo :)
En mi opinión, la novela presenta un bajón de ritmo al inicio. Cuando desgrana la situación vital del prota... luego, entra en un subidón importante y a mi entender, termina siendo un pedazo de novela, por las razones expuestas.
Ahora bien... no le eches la culpa a Watts, Pedro... A mi se me han caído de las manos muchos libros. En tiempos me imponía la penitencia de acabarlos, pero un día descubrí que la vida es breve. Hay grandes clásicos con los que no he podido. El ORlando Furioso, el Tirante el Blanco.. La Muerte de Virgilio... Simplemente no pude con ellos... Pero yo no le echaría la culpa a Brod o Ariosto (bien es verdad que Watts no es Brod, Dios nos guarde).
No tiene nada que ver, pero aprovechando que el Pisuerga y tal... He improvisado un sondeo sobre la situación laboral de ex alumnos. Sobre una muestra de 180 me han respondido 33... ¿es estadísticamente correcto extrapolar los datos a efectos de saber si trabajan o no?
Publicar un comentario