miércoles, 30 de septiembre de 2009

Russell el hipócrita y Gödel el cínico




¿Que diferencia al cínico del hipócrita y que es peor?
Hipócrita es aquel que obra al contrario de lo que afirma. Ejemplo de libro, el cura que predica contra la fornicación y acabada la misa se va a putas. O si lo prefieren, el militante socialista que preconiza las bondades de la escuela pública y apunta a sus hijos en la más elitista escuela que el jornal le permite.

El cínico es aquel que, además de hipócrita, muestra desvergüenza y descaro. Sus actos no solo desdicen sus afirmaciones, sino que él mismo lo reconoce y se recrea en ello. Volviendo al ejemplo, el cura que tras predicar contra el fornicio no sólo se va a putas sino que, encima, se va en compañía de unos cuantos parroquianos de cabecilla de la juerga.
En este sentido, el hipócrita sería mejor persona que el cínico. El hipócrita al menos se toma la molestia de ocultar sus contradicciones a ojos de los demás. Frente al hipócrita diríase que el cínico ha perdido todo norte moral.

Sin embargo las cosas no son tan sencillas.

El hipócrita engaña por partida doble, el cínico, sólo una vez. El cínico, cuando menos, conserva la lucidez en su contradicción, el hipócrita corre el serio riesgo de ocultarse a si mismo su verdadera naturaleza. Como nadie le ve, termina por ignorarse a si mismo o por pensar seriamente que lo que vale para los demás, no rige para él. Es el caso del cura/militante socialista que excusa su actitud apelando a una larga sarta de excepcionalidades que a la postre le exoneran de cumplir lo que él exige a los demás.

¿Empiezan a ver el regusto godeliano del tema?

Para una IA el dilema se asemeja al problema de la teoría de tipos de Russell y el Teorema de Incompletitud de Godel. El primero sería una respuesta hipócrita: ante la dificultad de fundamentar la matemática desde un lenguaje formal por la aparición de contradicciones, propone: prohibamos las contradicciones (la clase de las clases que no se contienen a si mismas) y muerto el perro, muerta la rabia. Godel es la respuesta cínica: como sea que todo lenguaje formal (incluso la teoría de tipos que) termina por arrojar afirmaciones que no podemos demostrar o refutar, aprendamos a vivir con esa contradicción. Godel el cínico y Russell el hipócrita.

En general es mejor ser cínico que hipócrita. El cínico, cuando menos, va un paso por delante que el hipócrita. Para ser cínico, primero hay que ser hipócrita, para llegar a Godel, tenemos que pasar por Russell. El hipócrita no admite la contradicción, el cínico las asume.

Adoro las contradicciones porque en ellas late el misterio. Y mientras exista el misterio habrá preguntas que responderse y seguiremos siendo seres pensantes. Esa es la clave de la consciencia, la imposibilidad de darlo todo por pensado.

Y es que ser consciente no es ser esto o lo otro, es una actividad. Eso es lo que descubrí cuando traté de insuflar consciencia a mi hijo el tonto.

No hay comentarios: