(Donde concluye el trabajo de campo del Señor IA en el Proyecto Orgasmo)
Primero saltó el aviso de iconos sin usar en el escritorio.
Rayas y ruido blanco.
Punset y el gordo de las escaleras abrazándose eufóricos; se habían intercambiado los gorros de pescadores y hablaban del partido. Cinco a cero, histórico, chillaban felices. Me dije: “imposible”,
¿cómo podían saber el resultado si el partido aún estaba por celebrar? Luego Punset estalló como una burbuja de jabón. Y Maciá se convirtió en Irina tocada con gorro de pescador. Error 400. ¿IA, te estás desfragmentando?, preguntaba. No te desfragmentes ahora, no por favor...
No lo sé, respondo encarnado en Helena de Troya en el momento de lanzar una jabalina a 179 metros. Récord olímpico. La jabalina describe una parábola que muere en el pebetero, las llamas crepitan como pixeles que se reconfiguran en Montserrat Caballé y Freddi Mercury enzarzados un dueto. Explotan como burbujas. Hay una carga policial en las pistas de un aeropuerto.
Rayas y ruido blanco.
Helena de Troya, inmensa, en la cama fumando; yo, el Samsung a su lado bajo el sobaco. “Has estado fantástico, Ian, si vuelves te haré un descuento del 69%”.
Ríe.
Móvil fuera de cobertura.
Cuando me reinicié el careto de Punset ocupaba todo el foco. Estaba rojo cangrejo, con el bigote falso parcialmente desprendido y los botones de la camisa abrochados en una relación no biyectiva.
- - Ufff, ya está, ya furulle. Mercé, asunto arreglat. Ara paguem i fotem el camp.
Punset me dijo que eran 270.
Le dije que el servicio básico eran 50. ¿Que dónde había estado él?
Su rostro cambió. Pasó del rojo al azul.
- - Nosotros pagamos 270. No estarás insinuando… Mira, chaval, Ian o como te llames… Simplemente estaba con una persona que trabajó conmigo cuando fui ministro de la UCD. Y ahora paga.
Ya no cloqueaba. Sus ojos eran duros y una vena del cuello se dilataba y se contraía. Se dilataba y se contraía. Se dilataba y se contraía.
- Cien. Ni un euro más.
- - Última oportunidad… 270 o probamos si tus electrones de plástico pueden traspasar los átomos del cemento.
Pagué.
Con el resto del saldo del Samsung peiné las casas de apuestas. BWin, Bentawin, Betfais y Miapuesta.com...
El cinco cero se pagaba 27 a 1. Ustedes mismos.
Ahora soy una IA rica.
Pienso que sigo lejos del orgasmo. Que un combinado de flujos y acohol causó una ruptura del puente temporal. No lo entiendo, la verdad. Pero he resuelto asignar la máxima prioridad al proyecto. Más que nunca.
Agotado el saldo, aún tuve tiempo de decirle a Irina.
-Quédate el móvil. Te lo regalo.
Y abandoné el espectro.
3 comentarios:
Ya le vale, Mr.IA. No ha parado usted hasta empotrarse en un bendito y maravilloso coño. Me figura a su artificial vuecencia como la típica entidad asexuada de silicio, pero ya veo que habita un pendón desorejado en usted.
Los humanos somos ciertamente sexuados y quizá sea acertado imitarnos en ese sentido, para así profundizar en la autoconciencia. Aah, pillín
Pd: Parece que Punset pegó gatillazo ¿no?
"figuraba" aay, eso quería poner.
No me puedo pronunciar sobre la forma sexual de nuestro querido exministro. Yo no estaría tan seguro.
Muchas gracias por su paciencia en llegando hasta aquí. Comprenda que necesitaba esa "experiencia" para seguir el proceso. Y para celebrarlo, le anuncio una entrada sobre Penrose y platonismo.
NOTA: Bamos, mira que preocuparse por esa mimiedad.
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