miércoles, 1 de agosto de 2012

El péndulo catalán

Del The Catalonian Very Finest Observer, en traduccion libre del Sr. IA para VSdIA.


Pobres catalanes. Durante años y más años, los consejos de administración de los peajes de autopistas catalanas y  no solo catalanas estuvieron (y siguen estando) en manos de políticos nacional-socialistas-independentistas. Peajes que debían haberse amortizado en la década de los 80 fueron prolongados sinedie con el beneplácito de la Generalitat. Más aún, cuando a mediados de los 80 el socialista Josep Borrell impulsó la conversión en autovía de la A2, la Caixa, beneficiaria del peaje de la AP2, financió todo tipo de grupúsculos que con sus litigios demoraron y encarecieron la construcción de la autovía. Así hasta hoy. La truculenta historia de los peajes…

¿Y si lo que sobra es Madrid? Detectamos una ofensiva madrileña para refortalecer la administración central. El Mundo, ABC, La Razón… consideran que el estado autonómico ha fracasado. Puede ser, pero desde luego el modelo no es el centralismo madrileño, con sus cientos de chiringuitos absolutamente inútiles donde indefectiblemente duermen el sueño de los justos politicastros de todo pelaje. Capas y más capas de enchufados  sedimentadas… Hay entidades (suelen empezar por consejo de…)  donde a modo de capas de cebolla se solapan cargos de la época de Suárez, de FG-Guerrista, de FG-Rubalcaba, de Aznar, de ZP, de Rajoy…  Hay más directores generales que puertas… Federaciones deportivas, confederaciones de esto y aquello, paracongresos y metasenados, fundaciones, direcciones surreales sin competencias, consejos de todo pelaje, agencias nacionales que no agendan nada…  A la hora de inventar garitos, las autonomías no son sino modestas  aficionadas en comparación con Madrid (con la probable excepción de la Junta de Andalucía, ya que ni ellos mismos saben a quién pagan ni por qué).

¿Es viable la independencia de Cataluña? Sí, lo es en tanto que el resto del Estado asuma las condiciones secesionistas. ¿Pero por qué motivo La Rioja debería aceptar esas condiciones? ¿Por qué motivo no buscar su propia secesión? ¿Por qué motivo Asturias, Castilla y Madrid deberían asumir Andalucía y Melilla y su 50% de parados y su otro 50% de funcionarios y pensionistas? ¿Quién se come el déficit? ¿Quién financia las pensiones de trabajadores que han cotizado en diferentes comunidades? ¿Quién compensa a las empresas por el impacto de la doble, triple, cuádruple contabilidad inherente a operar en mercados jurídicamente fraccionados? ¿Cómo se vehiculizan los flujos fiscales en  un mismo mercado real sujeto a distintos regímenes fiscales?  La condición de posibilidad de una república catalana pasa porque el resto del Estado se mantenga impávido en el actual statu-quo. En otras palabras, la independencia de Cataluña no depende de Barcelona ni de Madrid, sino de que Zaragoza, Bilbao, Valencia, La Coruña, Valladolid… achanten y se coman por patriotismo español lo que Barcelona rechaza.

¿Navarra y Pais Vasco sí y el resto no? Las razones para negar la autonomía financiera a Cataluña (y a cualquier otra región) carecen de sentido al contraponerlas a la realidad de Navarra y País Vasco. La cuestión es aún más sangrante atendiendo al argumentario que se baraja para justificar lo injustificable. El régimen foral –dice el centralismo madrileño- es una particularidad histórica. Sí, es un pago de Madrid porque los vascos, a fin de cuentas, tan castellanos como cualquier otro madrileño,  pactaron su rendición al gobierno liberal tras las guerras carlistas y volvieron a pactar con Franco en 1937. A todo esto, Cataluña luchaba hasta desangrarse por su católica majestad primero y por la legitimidad republicana después. ¡Y encima los valientes son de Vizcaya!

Una mentira cien veces repetida termina siendo una verdad. No existe el déficit fiscal catalán. Como no existe el de Madrid.  Tal como no se cansó de repetir en vida el catedrático de Economía Ernest Lluch, las diferencias entre recaudación y transferencias responden a la realidad de un superávit comercial que hace, por ejemplo, que el IVA de un producto catalán vendido en Cuenca y consecuentemente cotizado por un conquense tribute a efectos contables como “IVA” recaudado en Cataluña (multiplicado por IRPF elevado a Sociedades).

Catalán sí. Los ataques a la lengua catalana son el resultado de una concepción monolingüística del mundo y según la cual hay lenguas de primera, de segunda y de tercera. Existe una abrumadora unanimidad en Cataluña para la defensa de la lengua mediante su imposición como lengua vehicular obligatoria en la enseñanza. Tal medida ha impedido la desaparición del catalán y, lo que es casi mejor, la división de Cataluña entre catalanoparlantes y otroparlantes.

Libertad lingüística por encima de todo. Lo que no quita para que día tras día desde Cataluña se agreda gratuitamente a todo lo que huela a cultura castellana. Vean sino las leyes por las cuales se prohíbe la rotulación en castellano (no es una prohibición en rigor pero en la práctica sí lo es), la razón de fondo no es otra que conseguir una identidad visual callejera divergente a la de España. En eso Cataluña ha gastado sin miramientos, en conseguir (vía multas si fuera menester) la desaparición del castellano de sus calles y ciudades. De su vida pública. Un caro escaparate destinado a persuadir a los propios catalanes de que viven en otro país: el país donde  “mercería” va sin acento.



1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Es libre una persona de decidir a quien obedecer?