El armisticio se firmó de madrugada en el bosque de Compiègne, en Rethondes. A las 11 horas del 11 de noviembre de 1918 ambos bandos aplicarían el alto el fuego. La carnicería -el genocidio- había durado cuatro años; a un ritmo de 6.000 muertos al día. La Primera Guerra Mundial significó el fin de la consciencia tardoromántica... La patria como madre abnegada. La milicia como ideal y el fin de la estructuración vertical de la sociedad. El sueño se desintegró en un infierno de barro, ratas y sangre.
20 millones de heridos. 10 millones de muertos, casi 8 de desaparecidos. La gran mayoría jóvenes de extracción humilde de entre 17 y 30 años. Un genocidio.
In memoriam, en Inglaterra se celebra el Día de la Amapola, la flor de los caídos, que a su vez recuerda el poema más famoso de la guerra y que termina "...Aunque florezcan las amapolas en los campos de Flandes"... Desde entonces, cada 11 del 11, los hombres de bien decoran su americana con una escarapela en forma de amapola.
Take up our quarrel with the foe:
To you from failing hands, we throw
The torch; be yours to hold it high.
If ye break faith with us who die
We shall not sleep, though poppies grow
In Flanders fields
John McRae (1872-1918). In Flanders Fields and Other Poems (1918, póstuma).
Una escarapela que, por cierto, la Fifa ha prohibido lucir a los nietos de los caídos en el partido de hoy contra España.
La imagen nos retrotrae a El Somme. 1 de Julio, un día cálido cargado de amapolas. El peor día de la guerra. Aquí dejo un enlace al blog de Maireen, donde aborda la tragedia. Os dejo también un vídeo, el único con imágenes reales de la ofensiva. Buena parte de Ínsula Avataria, la novela del avatar cabeza de conejo, transcurre allí, en la trampa de Beaumont Hammel, o por mejor decir en una virtualización de la batalla. Con la carga de la 29 seguida del desastre de los chicos de Terranova (a la mañana siguiente, formaron el 9% del batallón, el más castigado de la guerra).
Creo que es una historia impresionante.Aunque las hubo igual o peores. Verdún, asaltos cuerpo a cuerpo en los subterráneos oscuros de Fort Douaumont. O apocalipsis de barro en la Tercera Batalla de Ypres (Passchendaele).
Entre las mil leyendas de la trinchera, sobresalía la de la bengala negra que, según los soldados, había de poner fin a la contienda. Era una bengala especial, hecha de luz negra, y de la que solo se disponían tres unidades. Una para Clemenceau, otra para el rey Jorge, otra tercera para su primo el káiser. Llegado el momento, la extraerían de un cajón supersecreto y la mandarían volar sobre un punto determinado del frente. Otra, Nuestra Señora d'Albert. Durante años se mantuvo perpendicular al campanario de la ciudad fantasma. Como una nadadora en el instante en que se lanza de cabeza a la piscina. Los soldados decían que el bando que la derribara perdería la guerra. Error. Los cañones americanos la tumbaron en el 18.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué furia homicida explica la masacre?
En Ciudad de Dios, Doctorow, rememorando las gestas en Flandes del abuelo dice:
"Lo sé. Sé que los huesos de la primera guerra mundial están impresos en las placas tectónicas del continente.
bajo el peso de los huesos enterrados encima de ellos.
Que en las playas de Europa hay huesos convertidos en arena.
Que los granjeros a veces al arar encuentran en sus campos columnas vertebrales en espiral".
En Ciudad de Dios, Doctorow, rememorando las gestas en Flandes del abuelo dice:
"Lo sé. Sé que los huesos de la primera guerra mundial están impresos en las placas tectónicas del continente.
bajo el peso de los huesos enterrados encima de ellos.
Que en las playas de Europa hay huesos convertidos en arena.
Que los granjeros a veces al arar encuentran en sus campos columnas vertebrales en espiral".
2 comentarios:
Algunas precisiones. Por indicación de J. L. rectificó: el armisticio se firmó de madrugada y había de aplicarse a las 11.
Esto motivó una de las páginas más salvajes de la guerra. Algunos generales, al objeto de mejorar su curriculum, dedicaron esas horas no a festejar con sus hombres el fin de la locura. O a preveer la rendición del rival. No. Ordenaron más cargas y especialmente mortíferas con la idea de mejorar su expediente. Cuesta creer pero la valía de un oficial se medía en yardas conseguidas. Esta barbaridad, tan difícil de enjuiciar para nuestra mentalidad contemporánea, fue especialmente ostensible en el frente del Mossa por el empeño de Pershing.
En rigor, la última batalla la dio Von Lettow en Rodhesia. El único cuerpo de guerra alemán invicto, que se enteró del armisticio el 23 de noviembre...
Bueno. Tras la protesta de Cameron. La FiFA si dejará a las selecciones de Inglaterra y Gales lucir la escarapela Hoy. Keep the faith Tommie!!!
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