La culpa fue del Vista. Desde mi perspectiva el Vista es la obsolescencia de la
obsolescencia programada. En efecto; en su origen, Vista era una arriesgada versión Beta
que, envuelta en un aparataje publicitario sin precedentes, debía “esclavizar”
a cientos de millones de usuarios de cara a una versión mejorada, el Windows 7. Entonces Microsoft no era el chicharro moribundo que es hoy. La solidez del anterior sistema operativo, el XP, granjeó a
Microsoft la confianza de usuarios domésticos y empresariales. El XP imperó sin
rivales durante ocho años fidelizando a
los consumidores. Su jubilación estaba prevista para 2006, pero no fue hasta
2008 que fue retirado, cediendo el terreno al Vista. Para entonces, multitud de
procesos informáticos dependían del XP, con lo que Microsoft preveía
multiplicar el negocio atendiendo la demanda inducida de renovación de hardware.
Esto no sucedió jamás.
Hubo una convergencia de factores. Las limitaciones del
nuevo SO eran tan claras que, junto con un absurdo cambio en la interfaz –Vista
hacía lo mismo pero de modo más complicado- los minoristas desaconsejaban abiertamente su
instalación. Al tiempo, desde el software libre y bien apoyados por Google, se
abordaban mil soluciones para compatibilizar sistemas. Igualmente se ponían al
servicio del usuario y gratis aplicaciones “en nube” que dejaban en antiguallas
las coordenadas de utilización del Vista y sus premisas de "vamos a integrar la gestión de multimedias" (ignorando olímpicamente el fenómeno de las redes sociales). De remate, el 11 de junio de 2008 el
Iphone, de Apple, instauró una tecnología “revolucionaria” , un teléfono móvil
que en paralelo a la emergencia de FB, daba al usuario todo lo que este pudiera
necesitar en conectividad (ya no precisabas costear un pc para bajar
contenidos). Poco después, Gates abandonaba las responsabilidades ejecutivas
para dedicarse a la filantropía (sin duda, en un arrebato para aplacar sus
remordimientos de conciencia).
El mal estaba hecho. Los días de la obsolescencia programada
como motor económico habían llegado a su final.
Pasó que la gente comprendió que no necesitaba el Vista para redactar escritos o sumar números, al tiempo que internet se poblaba de aplicaciones, las más de ellas gratuitas, pensadas para ser utilizadas en un mix de Sistemas Operativos (ya no solo Vista, ya no sólo PCs). De repente, tener la última versión SO ya no era una estrategia crucial en ninguna empresa, en su lugar se impusieron los valores de la estabilidad y el ahorro. Rápidamente, este cambio de paradigma se extrapoló a la producción. Si la informática, bandera de la innovación, había apostado por el reciclaje de versiones desfasadas, descender del PC al móvil y de la versión de pago a la barata o directamente la gratis, ¿por qué no aplicar ese misma esquema al equipamiento doméstico o a la construcción?
Sin obsolescencia programada no hay consumo. Sin obsolescencia el foco de la producción pasa a la elaboración de productos más baratos y duraderos como factor de venta. La combinación “barato” + “duradero” conduce a un círculo vicioso; cada vez se gana menos para vender menos. Todo por culpa del Vista.
Las sociedades del primer mundo se enfrentan hoy al reto de la atonía económica. ¿Cómo sobrevivir a la obsolescencia de la obsolescencia? Para responder a ese reto deberán leer Ínsula Avataria.
Por cierto, precios especiales a quienes se pasen por aquí.
2 comentarios:
Mmm ¿Y alguien a probado a proporcionar trabajo estable para que le gente se pueda endeudar y seguir consumiendo, comprando el Windows 8, pej?
No, porque no es rentable para las empresas (dicen ellas) Por tanto, plantillas flexibles al canto, lo que trae como consecuencia ahorros caseros y contracción de las compras. Y así el círculo vicioso, aah...
[Lamentaciones consumistas]
Pues no estoy muy de acuerdo. Para las empresas el modelo de superconsumo es altamente rentable. El problema es que habéis ido demasiado lejos. Sobra producto. Viene unos años la mar de jodidos, sí... Reducción de la clase media, pérdida de prerrogativas sociales... Algunos sostienen que los nietos volverán al nivel de vida de sus abuelos. En fin...
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