“La Nueva Mente del Emperador” de Roger Penrose es un gran libro. Tiene la bondad de ahondar en unos cuantos misterios o puntos oscuros de nuestras construcciones científico-filosóficas. Gran ejercicio de transversalidad intelectual que te hace pensar a base de bien. Obviamente, mi lectura de LNMDE ha sido icompleta, en algunas zonas mejor y en otras, vana, por ejemplo, el capítulo sobre números complejos (no pillé nada). En cambio, y para mi propia sorpresa, sí que he entendido “algo” sobre las ventajas que proporcionaría una sólida teoría gravitatoria cuántica o de la radical importancia de las teselaciones y cómo podrían emular una organización de la información basada en la física cuántica. En este sentido, mi mayor agradecimiento hacia Sir Roger.
La tesis de Penrose es: (A) Ni la física en su totalidad ni la conciencia en su totalidad son algoritmicamente computables. Entendiendo (más o menos) por computable cadenas silogisticas si/no (lo cual, dicho sea de paso, me parece un poco tramposo, no toda lógica es binaria). (B) Previo al algoritmo existe una estructura profunda, un modelo físico, basado en un superposición lineal cuántica de muchas configuraciones alternativas de átomos que se acoplan(¿) (C) Que esta estructura profunda, es la estructura íntima de la naturaleza pero que precisa, para ser desvelada, el desarrollo de una teoría gravitacional cuántica. (D) Que la mente humana copia ese misma estructura en el cerebro y que ahí se fragua la conciencia.
Como se ve, filosóficamente es materia de alto riesgo que deliberadamente ignora lo que la mayoría de los filósofos venimos diciendo, que las ideas -también la conciencia- son el resultado de un proceso representacional linguístico.
Penrose, más bien, copia (seguramente de modo insconciente) al neotomismo y considera que hay un proceso fisiológico descriptible en términos de física cuántica que copia la estructura de la realidad tal cual es y de ahí la conexión entre pensamiento y realidad. Por así decir, la conciencia contempla al ser en su realidad. Una inmersión en el mundo platónico.
La verdad es que es una delicia como Penrose va enfrentando multitud de problemas. De algúnos sale mejor parado, pero yo no encuentro ni un sólo argumento que desmonte ni la forzosa implicación de la lingüística en la génesis de las ideas, ni la naturaleza representacional de nuestra imagen del mundo.
Dice Penrose que como matemático él no aborda desde una codificación verbal una pesquisa matemática. Cuando analiza un teorema, dialoga consigo mismo en un “prelenguaje”. El simil es más claro si lo aplicamos a un músico. El músico no verbaliza su composición, la tararea y luego la traduce a notas. De habérselo currado un poco más, Penrose podría haber recurrido a un ejemplo aún más espectacular, el lenguaje de los sordos mudos, que es visual.
La tesis de Penrose es: (A) Ni la física en su totalidad ni la conciencia en su totalidad son algoritmicamente computables. Entendiendo (más o menos) por computable cadenas silogisticas si/no (lo cual, dicho sea de paso, me parece un poco tramposo, no toda lógica es binaria). (B) Previo al algoritmo existe una estructura profunda, un modelo físico, basado en un superposición lineal cuántica de muchas configuraciones alternativas de átomos que se acoplan(¿) (C) Que esta estructura profunda, es la estructura íntima de la naturaleza pero que precisa, para ser desvelada, el desarrollo de una teoría gravitacional cuántica. (D) Que la mente humana copia ese misma estructura en el cerebro y que ahí se fragua la conciencia.
Como se ve, filosóficamente es materia de alto riesgo que deliberadamente ignora lo que la mayoría de los filósofos venimos diciendo, que las ideas -también la conciencia- son el resultado de un proceso representacional linguístico.
Penrose, más bien, copia (seguramente de modo insconciente) al neotomismo y considera que hay un proceso fisiológico descriptible en términos de física cuántica que copia la estructura de la realidad tal cual es y de ahí la conexión entre pensamiento y realidad. Por así decir, la conciencia contempla al ser en su realidad. Una inmersión en el mundo platónico.
La verdad es que es una delicia como Penrose va enfrentando multitud de problemas. De algúnos sale mejor parado, pero yo no encuentro ni un sólo argumento que desmonte ni la forzosa implicación de la lingüística en la génesis de las ideas, ni la naturaleza representacional de nuestra imagen del mundo.
Dice Penrose que como matemático él no aborda desde una codificación verbal una pesquisa matemática. Cuando analiza un teorema, dialoga consigo mismo en un “prelenguaje”. El simil es más claro si lo aplicamos a un músico. El músico no verbaliza su composición, la tararea y luego la traduce a notas. De habérselo currado un poco más, Penrose podría haber recurrido a un ejemplo aún más espectacular, el lenguaje de los sordos mudos, que es visual.
El caso es que, especula Penrose, este proceso de intuición directa, de diálogo directo con la cosa se realiza en los microtúbulos neuronales a partir de unas secuencias idéntica a la superposición de estados cuánticos y de naturaleza no computable. La conciencia vendría a ser algo similar; un fenómeno psíquico que se origina en los níveles cuánticos de la mente. Personalmente, este punto lo considero poco explicado.
Su visión de las matemáticas es la de una estructura subyacente a la realidad que participa de una misma esencia que la organización de la mente humana en su grado más básico. Por poner una analogía, el mundo está realmente configurado en cuadrados y triángulos, configuración que el cerebro humano copia tal cual, quod tabula rasa. No lo veo nada claro. Pero Dios Bendiga a los platónicos.
Personalmente pienso que las cosas son radicalmente más complejas.
Pienso que el cerebro funciona como una herramienta representacional de la realidad. Que a veces copia, a veces indexa, a veces inventa, a veces distorsiona y a veces lo hace todo a la vez... Depende. Que a mayores, hay todo un largo proceso de aprendizaje por el cual los humanos van afinando y poniendo en común ese proceso representacional. Creo que Penrose peca de ingenuo, pero bendita ingenuidad... Seguiremos estudiando...
6 comentarios:
Por lo que he ido leyendo en artículos de la revista "Mente y Cerebro", así como en libros de Antonio Damasio y otros, los neurólogos echan pestes de la teoría de los microtúbulos neuronales como sustrato de la conciencia.
Lo ven -a Penrose- como a un intruso poco informado sobre la bioquímica y la génesis evolutiva cerebral, porque el es físico. Este sería, como bien dices, el punto flaco de sus teorías.
Por lo demás, su lectura resulta estimulante, porque de los demás si que sabe. En clave platónica, claro.
Sabe de muchas cosas, y aunque es filosofía en el abismo, me resulta muy interesante. Logicamente, convertir el fenómeno conciencia en un mero proceso fisico-quimico, ignorando la cultura, los procesos de aprendizaje y lingüísticos, pues es muy fuerte. Que todo eso debe tener traducción en términos fisico-químicos, vale, pero imagina que yo digo RCD Espanyol o Liga Española de Fubol, es evidente que denota algo más que procesos físico-quimicos ¿no? Amenazo con volver sobre el particular.
Curiosamente, a veces pienso que el realista Penrose oculta un idealista del carajo en su interior. O no tan oculto, él es explícito al afirmar que el tiempo es una categoría "meramente" humana
Por cierto Francissco, que tal el libro de Damasio, hoy precisamente hoy he tenido unas tentaciones de compra al respecto... Me he contenido por el prejuicio antihispano (al menos el nombre suena a...) Burdo prejuicio. Entre los mejores divulgadores que he leído hay varios españoles.
El realista Penrose es un idealista que no quiere o sabe salir del armario. No se puede ser científico y cobrar por ello y decir que eres idealista.
Y como él casi todos los cosmólogos.
Fdo. Sr. Smith.
Todos los de Damasio están cojonudos. Explica como nadie el funcionamiento de las mollera. Creo que es portugués, no obstante. "El error de Descartes" y "En busca de Spinoza" son de lo más recomendable.
Les confieso que "La Nueva Mente del Emperador" es ese libro que siempre intenté pero nunca pude terminar (aunque leí bastante) gracias por el resumen.
Creo que de lo poco que pude leer de Penrose es de donde me viene el empeño de que las IA no son realizables en el corto plazo.
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