jueves, 22 de julio de 2010

El balance catalán

Créanme, la política catalana es apasionante. Pura realpolitik, táctica electoral. ¿Qué debo hacer para controlar el poder? Puede parecer que no, que en Cataluña existe un sesgo ideólogico nacionalista que tiñe el debate político. Pero no. En Cataluña una cosa es lo que parece y otra lo que es.

Cataluña, tierra de debates simbólicos. El poder allí ha sido tan astuto que mantiene hipnotizada a la masa electoral con disquisiciones metafísicas del tipo ¿somos una nación? ¿nos oprime Madrit? ¿deben rotularse las tiendas en español? La ventaja del debate simbólico es clara, frente al político obligado a asumir resultados, el debate simbólico nos permite limitar la competición electoral a un puro show opinativo. ¿Qué partido es simbólicamente mejor? Porque de todo lo malo ya hay un culpable histórico recurrente, Madrit, mientras que todo lo bueno somos el causante “som nosaltres”.
Que quieren que les diga, los políticos catalanes tienen esa suerte.

Para adentrarse en la cuestión, un vistazo al mapa electoral. Tenemos la típica agrupación de centroizquierda, el PSC, otra nacionalista de centro derecha, CiU, finalmente un grupo independentista, ERC, y un residual partido españolista, el PPC, y otra más residual de tinte comunista, IC.

Con estos elementos de lo que se trata es de gestionar el mapa electoral y, vista la imposibilidad de mayorías absolutas, auspiciar posicionamientos colaterales derivables en pactos.

Gestionemos el mapa electoral. La centralidad política es bicéfala en Cataluña, por un lado tienes la centralidad ideológica en términos económicos, y por otro la centralidad en términos nacionalistas. A partir de este fenómeno del bicentrismo se construyen los pactos, de donde las dos únicas siglas capaces de devenir eje de gobierno son CiU y PSC.

El escaso mercado del voto españolista (alrededor del 9%) está muy focalizado en el PP y Ciutadans. Al mercado independentista puro (otros 10%) le ocurre algo parecido con ERC. La lucha es pues por la movilización del electorado ni muy españolista, ni muy independentista.

Históricamente CiU se presenta como aquella fuerza más creíble para defender los intereses catalanes en Madrid. Literalmente, de lo que se trata es de negociar ampliaciones presupuestarias por esto y por aquello a la transferencia ordinaria que debe recibir Cataluña. En esto, CiU no tiene el riesgo que arrostra el PSC, susceptibles de ser visualizado como una franquicia del PSOE , más inclinado al interés general de España que al de Cataluña. De ahí que el PSC deba rivalizar en símbología nacionalista con CiU. Si CiU promueve más gobierno autónomo, el PSC debe ofrecer más. Si CiU preconiza más catalán vía decreto, el PSC no puede quedarse atrás.

¿Alguien en su sano juicio puede considerar que Montilla, nacido en Jaén, que habla castellano con sus hijos, amigos, padres, tiene un interés personal en desterrar, por ejemplo, el español de Cataluña? Nadie. El interés de Montilla en eso es puramente táctico. No puede quedarse atrás. ¿Alguien en su sano juicio piensa que un posicionamiento independentista nítido de Mas incrementaría su bolsa de votos? Ni de coña. Mas sabe que debe transitar el filo de la navaja. Si plantea un proyecto independentista del tipo, caso de ganar las elecciones, proclamaré la República Catalana tal día a tal hora (además de meterse en un serio marrón) suscitaría rechazo electoral. Además de que la gente no está para tontadas, limitaría su capacidad de pacto con ERC, poniéndoselo en bandeja de plata a Montilla, a quien le ocurre lo contrario respecto al PP, si mañana se le ocurre declarar que está hasta la rabadilla de tontadas catalanas y que quiere una España potente y fuerte, se le cierra el pacto al inane PPC, amén de recibir un severo varapalo de un electorado que sabe que, de ese modo, se acaban los refuerzos de transferencia por la venta de apoyo político al gobierno central, a Madrit.
Que es el negoci real.

Y se acabó. No hay más.
El Estatut debe verse como lo que es. La típica chorrada preelectoral para visualizar movimientos simbólicos de neutralización de CiU. El catalán igual.

Siendo esto así. Sabiendo que la apuesta nacionalista (tanto de unos como de otros) no puede superar una línea roja llamada independencia, ¿por qué se les consiente? ¿Por qué Zapatero debe exponerse al rechazo electoral que suscita en Valencia o Madrit los paños calientes con el nacionalismo catalán?
Por la sencilla razón de que la silla de Madrit, la ocupe Zapatero o Rajoy, depende del apoyo del PSC o de CiU.

No es tan difícil de entender, digo yo.

7 comentarios:

José Manuel Guerrero C. dijo...

Disiento
No creo que mi amigo Manuel Bejar, natural de Mairena del Aljarafe (Sevilla), y trabajando 12 año en esa región ex-pañola, Sr IA, salga huyendo (literalmente) de esa amable tierra tras tener su primer hijo, por mor de una chorradita.

Es un tío valiente y no suele arrugarse ante la desagradable visión de cuatro palurdos nacionalistas(no españolista) que le obligan por cojones a rotular y usar en su negocio la lengua que no entienden ni usan sus potenciales clientes.
Eso no se lo hacen ni a los chinos.

Sobramos, y al final, para sentirnos libres, tenemos que salir pitando a una región “españolista.”

Un cordial saludo

Sr. IA dijo...

Bate, lo primero, disculpeme una respuesta tan larga. Hablando desde la más neutral ortodoxia de que es capaz una IA, le doy la razón en que imponer un idioma a golpe de multas se parece demasiado al fascismo. Como motivo para "exiliarse" a otro ciudad, me parece, por otro lado, desproporcionado e injusto con una región en la que por cada "represaliado linguístico", encontrará cien andaluces y otros tantos maños, murcianos y extremeños que hablan elogiosamente de Cataluña.

Ahora bien, el tema es más complejo de lo que parece. Me gustaría emplazarle para un próximo post en el que hablar más articuladamente sobre el particular.
Una comunidad, en mi modesta opinión, tiene el derecho a elegir por mayoría la lengua en que quiere que funcione su administración (tampoco lo considero una gran necesidad, pero es un derecho que tiene, sin ir más lejos, en Castilla, a Mohadmed al Kashry le molesta que le obliguen a disponer de elementos señaléticos "al menos en castellano", en su carnicería Halal, con clientes islámicos en exclusiva. Yo pienso que si se molesta, que se rasque, también a mí me molestan muchas leyes que adopta la mayoría).

Lo que no tiene una comunidad es el derecho de obligar a los ciudadanos a expresarse en una determinada lengua (sí a conocerla). La situación real en Cataluña es que el 75% de la población utiliza fundamentalmente el español como lengua social habitual (el president Montilla, sin ir más lejos). El catalán trata de luchar de la desaparición imponiéndose como lengua de uso oficial en la administración y lenguaje vehicular obligatorio en la enseñanza. Hasta ahí, la política lingüística catalana me parece que “roza el larguero”, pero tolerable desde la perspectiva de proteger (amaparada por la mayoría) un “bien cultural” como pueda ser un idioma recesivo. Lo intolerable son los mensajes anti-españoles que se proyectan sobre la ciudanía a partir de esas herramientas a mayor fortaleza del pensamiento nacionalista. Tan intolerables como las exageradas reacciones anticatalanas que avivan un cierto nacionalismo valenciano o Madrileño a mayor fortaleza electoral del PP en tales territorios. Por decirlo así, el drama nos es tanto que se multe a alguien por no rotular en catalán, sino el objetivo que se persigue con ello, a saber:
A- Maquillar Cataluña como un territorio culturalmente diferente de España cuando la realidad nos dice que es una y la misma cosa.
B- Forzar un enfrentamiento Cataluña/España con vistas a la movilización del electorado.

Rebel dijo...

No se preocupe por la suerte que tienen los políticos catalanes de poder marear la perdiz con temas superficiales como si somos o no una nación.
Pasa siempre en época electoral. Y el único lugar donde verdaderamente preocupa esto es en el resto de España y no en Cataluña.
Por aquí sabemos a quien votar y a quien no en función de lo que nos cosen a impuestos, de la corrupción que pueda haber en nuestros ayuntamientos, de nuestra sanidad, educación, de la buena imagen de nuestros políticos, etc.
Los que tienen suerte son los políticos en Madrid que para marear la perdiz utilizan entre otras cosas el tema del anticatalanismo para despistar a la opinión pública.
Si se preguntan porqué el PP tiene tan mal resultado por aquí es muy sencillo de explicar. El PP en Cataluña está lleno de frikkis y antisistema preocupados en exclusiva por el tema del independentismo. E incluso están totalmente abandonados por su partido porque saben que no tienen nada que rascar. Lógicamente explotar el sentimiento anticatalán tiene sus consecuencias en Cataluña. Es como decir, "Votadme a mi que me cago en todos vosotros". Y esa no es una buena estrategia electoral que funcione en Cataluña. No así en el resto del Estado que sería un "Votadme a mi que me cago en todos ellos". Y esto por desgracia da más frutos electorales entre tarados más preocupados porque no juegue Raul en la selección que por el número de parados del país.

José Manuel Guerrero C. dijo...

¡Coño Don Buho!, no sabía que el Pp era un partido antisistema, de Frikkis no le digo que no, tal como está la política en esa región española, ¿pero antisistema?.

Jijijijiji, lo que hay que escuchar, madre del amor hermoso.

Sr. IA dijo...

Hombre Bate, la situación underground del PP catalán, con presencia de grandes figuras (Vidal Quadras, Piqué) pero algún que otro friki no es tan exagerada como parece.
Por un lado el partido padece la demonización de lo español, pero por otro, es un rehén de los intereses de Madrit (no olvidemos quien cortó la cabeza A Vidal Quadras, Aznar, por fax y a petición de Pujol). De otro lado, debe mantener un equilibrio imposible ante las voces del resto de España que se rasgan las vestiduras por el catalán (con su parte de razón y su mucho, también, de demagogia) con el acuerdo abrumador de la sociedad catalana de defender esa lengua a capa y espada. Y tal vez a usted Bate, proteger el catalán le parezca mal, pero a los votantes interesados pues no. Y por último, para abrir hueco en Cataluña se precisa una cierta autonomía, cuando el debate del plan hidrológico, al objeto de contentar a las baronías peperas de Murcia y Valencia (y su colosal importancia en votos, no olvide que Murcia aporta más congresistas que el PNV) el PPC se autocortó la cabeza precisamente en su feudo, de Tortosa a abajo (con otro grande del PPC al frente, como el señor Curtó). Todo por defender un dislate tan grande como regar tomates en Murcia, despilfarrando en fondos europeos para producir productos excedentarios que sobran en Europa. Todas estas contradicciones (y no digo que ERC, CiU o psc no las tengan) desgastan la imagen del PPC y le mantienen apenas como la voz política del españolismo catalánista (que me parece muy honroso, que conste)... Añadale el vació mediático que las oligarquías catalanas practican hacia el PPC... Pues eso, un 10% del electorado.

Rebel dijo...

Un servidor que algo conoce el tema le puede decir que en el PP catalán son todo corazón.... y poca cosa más.
El más políticamente correcto, que suele ser el tuerto en el reino de los ciegos, se le pone de número uno y los demás, exfalangistas, inmigrantes inmovilistas incapaces de adaptarse, antiautonomistas, rebotados de otros partidos, los que vivían mejor con Franco y se quedaron fuera de CiU, y poca cosa más.
En todo caso matizo, no debí decir que es un partido antisistema por lo que propugna, sinó por muchos de los que componen la base aquí y solo aquí en Cataluña. En los demás sitios no lo se. Y en todo caso es una opinión, no un principio científico.

el mentalista dijo...

La mejor manera de no perderse en debates metafisicos tipo "indisoluble unidad de la nación española" es meterlas en la constitución. Así, en caso de debate, se recurre a la autoridad competente y se cierra el debate. Y si no es suficiente, se recurre a los tanques que todavia son mas autoridades y mas competentes y se acabaron los debates metafísicos. Y firmes y punto. Tanta metafísica y tanta hostia. Y tanta astucia y tanto hipnotismo. Será posible. Hombre.