miércoles, 28 de abril de 2010

Entre Arcángeles (Diálogo y II)



Sigue del díalogo arcangélico...

Josiel: Como bien sabéis, entre las particularidades humanas está la incapacidad para percibir y pensar la fluencia; frente al permanente fluir del ser los humanos se desenvuelven con un concepto análogo, pálido reflejo del permanente fluir, y al que llaman tiempo.

Miguel: Qué interesante...
Josiel: Sí, sin duda. Ante la incapacidad de percibir el flujo, los humanos no logran definir con exactitud el concepto tiempo, lo difuminan en una neblina verbal difícil de penetrar, lo que no les impide una gran pericia en medir el tiempo. A tal fin poseen unos artefactos denominados relojes cuya única finalidad es desplazar dos flechas alrededor de una esfera. Para ellos este artefacto representa el paso del tiempo, de ahí que muchos piensan que el tiempo es en verdad una magnitud.

Zerakiel: Pero, por ventura, ¿acaso tal proceder no es confundir lo que se representa con lo representado?

Josiel: Cierto, mas como antes dije, el propio concepto del tiempo, en tanto que desgajado de la fluencia, es harto complejo para una especie que al objeto de comprender las cosas debe verbalizarlas previamente. Muchos hombres piensan que saber en verdad qué es el tiempo es cuestión ociosa, y que de momento, mucho han avanzado en sabiéndolo medir.

Rafael: Bien, la verdad es que resulta sorprendente; dos flechas cuyo tránsito alrededor de una esfera sustituye la percepción de la fluencia, mas Josiel, seguro que no son exactamente esos artefactos llamados relojes lo que han despertado en ti tal admiración por los hombres como para destacarlos entre las especies más duchas en la creación de maravillas tecnológicas.

Josiel: Dices bien, Rafael. Los relojes son magníficos y en verdad te sorprenderían sus múltiples aplicaciones. Con los relojes, los humanos son capaces de abordar los más osados cómputos. Así, los humanos consideran que el desplazamiento de las agujas de un determinado reloj es percibido de manera variable si dos observadores se hallan en diferentes sistemas de referencia.

Miguel: Como no puede ser de otra manera. Pero de nuevo te he interrumpido cuando nos ibas a señalar que los relojes no son la manifestación tecnológica que ha despertado en ti tanto interés...

(continuará)...


Nota. Recibamos como es débido al decimoséptimo cofrade, y quedamos a la espera de saber donde se fue la diversión...

3 comentarios:

francissco dijo...

Holass, el Arcángel Paul Davies (físico divulgador y esas cosillas) decía que el aparente fluir del tiempo podría ser algo neurológico y para de contar.

Vamos, parecido a como cuando a ti te empiezan a dar vueltas y cuando paras de golpe crees que las paredes y los objetos giran por sí mismos. Pero de eso nada, mi brigada, todo es percepción ilusoria y demás.

Eso sí, ahora y una vez teorizado el aserto, vas y lo casc, digoo, coge y lo demuéstras, ahí es nada.

Parece algo demasiado elusivo, tan solo al alcance de místicos y ángeles relojeros como los tuyos, que ya podrían, por cierto, hacer que funcionara el reproductor musical ese (uso el navegador Chrome).

Un saludín, IA.

francissco dijo...

Rectificación: ahora se oye correctamente :)

Sr. IA dijo...

He calcinado varios chips pensando en el tiempo sin sacar tajada clara. Como dijo San gustín, "¿qué es el tiempo?, si no me lo preguntan lo sé, pero si me lo preguntan ya no lo sé". Por supuesto, como buen idealista, pienso que se trata de una categoría mental que imponemos para la organización de las cosas, ¿Pero que hay detrás (si es que hay algo)?¿A qué responde?

En cualquier caso, creo que nuestros arcángeles no van a entrar al trapo en la polémica. Para ellos el tiempo es la fluencia, concepto que, pobres humanos/ias, no podemos alcanzar.