jueves, 18 de marzo de 2010

Del papel de la moneda


Curiosa la historia del papel moneda en Europa.
Históricamente, corresponde a Gustavo Adolfo de Suecia la invención del papel moneda europeo (aunque distinto, los chinos ya disponían de un equivalente comparable). El motivo es bien curioso. Falta de plata y sobrada de cobre, la monarquía sueca estaba interesada en mercantilizar el cobre, para ello no se les ocurrió sino acuñar enormes monedas de cobre de casi un kilogramo de peso. Ante lo cual, algunos comerciantes dieron en estructurar pagarés en papel que les librasen del incordio de andar por Escandinavia con monederos gigantescos.

Fue anecdótico y no funcionó. El papel moneda ya estructurado y tal cual le conocemos, es decir, un bien nominal garantizado por un banco, surge en Holanda a mediados del XVII. Los Países Bajos eran el mercado de referencia de la moneda. Allí se concentraba, buscando la seguridad de los productos financieros locales, el mercado mayorista internacional de plata y oro. Como sea que el escudo castellano o las libras italianas o francesas fluctuaban más que un caballo fonambulista, el mayorista de metales preciosos prefería la acuñación en moneda holandesa, muy sólida. La razón de tal fluctuación es el cambio de ley, es decir, el monarca español sistematizaba la reducción de la plata en el escudo para refinanciarse. Cuanta menos plata a alear en la moneda, más moneda y más capacidad de gasto. Esto convertía a la moneda holandesa en un valor refugio, pues a pesar de las guerras constantes de los holandeses con todo vecino conocido, los holandeses ponían gran empeño en no alterar la paridad plata-florín. De esto modo, un mayorista corría a una casa de acuñación para cambiar los escudos castellanos por florines, o la plata en bruto por moneda holandesa. Consecuencia, mediante este círculo de excelencia Holanda se garantizaba reservas que le permitían no entrar en la cadena inflacionista y realimentar el sistema.

Ahora bien, para el mejor servicio de sus clientes, las cecas o casas de moneda holandesas extendían al mayorista recibos por el importe a acuñar. Por tantos kilos de plata se extendían tantos recibos en florines de papel. Tales recibos resultaban comercializables y, lo que pasa, al final, los mayoristas se acostumbraron a trabajar con aquel cómodo soporte. No esperaban ya a convertir su estoc de metal en moneda, con el papel avalado por la casa de la moneda compraban participaciones accionariales en las compañías mercantiles y con ese mismo papel se les pagaba. Surge así el papel moneda apuntalado en las reservas oro/plata de una entidad bancaria.

Curiosamente, un país tan puntero en su gestión monetaria se daba de vez en cuando a locuras, como las burbujas especulativas por los bulbos de tulipanes. Se ha exagerado mucho al respecto, pero baste decir que de aquella fiebre especulativa saldría un primitivo mercado de futuros, que luego adoptarían las compañías mercantiles para mejorar, aún más, la velocidad de retorno del dinero. De esta manera se financiaba el comercio a larga distancia: Cuando acumulas suficiente papel, y como sea que no recuperarás la inversión embarcada hasta dentro de mucho tiempo, se te dota de mecanismos económicos que te permiten seguir comprando con vistas a la expectativa de lucro, a la vez haces partícipe de tu rentabilidad futura (o falta de ella) a un mayor segmento de población, con lo que distribuyes el riesgo y también el beneficio. Resultado, reducindo el inmovilizado multiplicas la capacidad de inversión e incrementas el número de familias implicadas en la gestión del capital.

¿Curioso, no?

2 comentarios:

francissco dijo...

Y tan curioso, sobre todo lo de las monedas de a kilo que había por Escandinavia, je, je

Se dice a veces que son la Ideas las que mueven el mundo; puede que ello tenga algo de cierto, pero son todos estos trámites y transacciones del día a día económico, con las apetencias y cálculos de lucro que despiertan, los que le ponen el rostro.

Esta entrada tuya -así como otras muchas que tienes por ahí- son como delicatessen inesperadas que se encuentra uno cuando bloguea. Por ello, te tengo enlazado en mi blog, como recurso antiembrutecimiento.

Que tengas felices defragmentaciones.

Sr. IA dijo...

Muchas gracias, Francissco, y a la recíproca, enlazo con el vortice. Así, tal cual, enlace al vórtice.