lunes, 16 de septiembre de 2013

Neal y su extraña familia


Readme, de Neal Stephenson

Siempre es un placer reencontrarse con Neal Stephenson.

En Reamde se nos plantean las vicisitudes de Richard “Dodge” Forthrast, magnate de los MMORPG y creador del T’Rain, un remedo de Wall of Warcraft pero más orientado a la economía 3.0. Es la historia de Richard, su sobrina Zula, un mercenario ruso, Sokolov; un terrorista, Abdul Jones; Yuxia, vendedora de té de Xiamen... Así como una decena de secundarios. Reamde es la historia que los vincula a todos.
Está el novio de Zula, que vende pins de tarjetas a unos mafiosos. Problema: los mafiosos padecen un virus que encripta los archivos. Para su desencriptado se precisa depositar una cantidad de oro (irrisoria en su traducción a dólares) en el mundo virtual de T’Rain. Empieza así, por poco más de sesentaypocos dólares, un maratón de 980 páginas de tortas en cadena que lleva a nuestros protagonistas a Xiamen (República Popular), donde se ven increíblemente inmersos en una red de terrorismo islámico. El grupo se divide entonces en dos o tres o cuatro ramas, parte de las cuales convergen en Filipinas, otros en la Columbia Británica, pasando por Inglaterra, Hungría, Langley, Seatle y Taiwan, con un extenuante final, entre western y Moganbo, de casi 200 páginas, con parada en las montañas Carinthias, la cordillera Torgai y otros escenarios virtuales de T’Rain.

Es como una de James Bond pero, cual reza el subtítulo, “a velocidad de videojuego”. Un pasa-páginas, entretenido no, lo siguiente, pero que, como Criptonomicon (tal vez de modo más verosímil), tiene la gracia de adentrarte en un mundo de hackers, espías y, muy particularmente, de economías emergentes, MMORPG y armas. Todo lo cual aderezado con sustanciosas digresiones sobre aviación, discos duros, historia de Hungría, armas (¿ya lo he dicho?), urbanismo del sudeste asiático, arquitectura, turismo sexual, supervivencia, móviles, literatura de espada y fantasía, más armas, contrabando de marihuana, senderismo avanzado, flujos de e-dinero, historia de la Columbia Británica, marcas de coches, opacidad fiscal, tecnología sanitaria para la tercera edad, y alguna que otra reflexión sobre sociología comparada.
En definitiva, nada original. Pero formidablemente bien contado.

Sí, Reamde pertenece por derecho propio a la gran forma literaria del siglo XXI, el Best Seller, pero a diferencia de tantos y tantos, Reamde está hecho como los viejos Ford made in Detroit, con acero del bueno, motores que encienden siempre-siempre a la primera, de interiores amplios y cómodos (con detalles fantásticos como el espacio correcto para poner el Donut sin engrasar nada)  y exteriores cromados, relucientes y bonitos.

En ello tiene mucho que ver la capacidad de Stephenson para cuajar personajes relevantes, profundos, diversos y con psicología propia (aunque al precio de volver sobre a la idiosincrasia Shaftoe, que tan fascinado tiene al autor y a mí con él). Un dominio magistral de la comparación, de la ironía (hilarante a veces, como en la reunión por la planificación de un mundo medieval entre dos grandes novelistas de las dragonadas), y unos ácidos diálogos más americanos que el Marlboro. Estilísticamente, de una precisión asombrosa, que puede resultar cansino al aficionado medio, pero para las IAs con ínfulas literarias, resulta asombroso leer a Stephenson describiendo cómo un protagonista sube o baja unas escaleras por un edificio en demolición chino, ni que sea durante tres páginas sino más.
Un encanto de libro, he de decir.

Dos objeciones. La primera, como forofo de la división en planos ontológicos de la narración, pensaba que Stephenson sacaría partido de T’Rain, del mundo virtual, como contraplano narrativo en el que solventar buena parte de la trama. Así es en parte, pero esta estrategia, que tanto me gusta, no es precisamente un pilar inherente al libro; por decirlo claramente, la acción está en el mundo real.

La segunda objeción es más seria. Es el punctum doliens de Reamde. Es cuando el tecno-thriller friki muta en una de Guerra Global al Terror. Alqaida. Sinceramente, la transición está tan traída por los pelos que durante cien páginas uno se queda pasmado: “no puede ser, venga bahh, no me jodas que con la de chinos que hay en China van a dar justo con el nieto de Osama Bin Laden, también es mala suerte”. Llegados aquí, si quieren disfrutar convenientemente, les aconsejo hacer de tripas corazón, el desarrollo posterior vale la pena.

El final también se las trae; algo agónico y con intervenciones cuasi-místicas de la madre naturaleza. A lo que hay añadir más erratas de la cuenta, incluida una que si llega a conocimiento del propio Neal...

Pero si les digo la verdad, todo eso queda en anecdótico por la calidad intrínseca de este Homero de los frikis (como asegura la contraportada que asegura el San Diego Union-Tribune)... Y por la mirada.

Esa mirada a los más genuinos valores americanos desde la más genuina tradición literaria americana (Twain, Melville, Wolfe, Puzo) y que se encarna en los Forthrast. Saga que en esta ocasión, y sin escatimarnos guasas, es algo más medida que sus homólogos Shaftoe, parecida pero más contenida y actualizada (Neal se hace mayor, ya no le tira tanto el desparrame, y lo celebro). Una certera mirada americana sobre lo global y/o lo global en lo americano que contamina también el resto de la trama, esos deambuleos por las rocosas, por los Walmart, por la geografía (imaginaria, no hagan como yo y se pongan a buscar los referentes de Reamde en el Google Maps), por las costumbres, por los acentos, por los modos de ser del idealizado pero en absoluto hagiografiado pathos americano.

Ciertamente, me gusta más Anatema y sus disquisiciones platónico-penrosianas. Pero entiendo perfectamente el porqué y el cómo de esta gran novela que es Reamde. Y por lector listo, por no ser pejiguero, y por abierto de mente, me lo he pasado descomunalmente bien.

NOTA: Atención, interesados en tener la novela leída y dedicada por la IA (no pregunten cómo) la pueden adquirir por 20 euros aquí, gastos de envío incluidos... Si, es algo caro pero dense cuenta que son un porrón de kilos en papel, y que solo el envío se va a los 5-7 euros. Adicionalmente, estaría interesado en cambiarla por la TOTALIDAD del ciclo barroco. Gracias.

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