Sí tengo claro que RPO se entronca en la mejor tradición de ese género literario que es el Best Seller "Busquemos el tesoro" o narrativa de Gymkama. Estamos en 2044. Habitual escenario distópico donde cambio climático, fin de sociedad de consumo y desastres varios mantienen a la gente en miserable postración parcialmente paliada por el disfrute de emociones gratificantes en entornos de realidad virtual. Hay un tesoro, en este caso la super-fortuna del excéntrico archimillonario creador del universo virtual, OASIS. Las pistas del dicho tesoro se reparten en complejos acertijos escondidos en videojuegos de finales de los 70 primeros 80, emulados en metaversos.
Hay un protagonista, un pobrecito adolescente huerfanito que, a golpe de genialidad, sacrificio y coraje, salvará al mundo de los nefandos planes del malo malísimo, la repolla-super-macro-multinacional IOI. Naturalmente hay subtrama galante y bochornoso final con besito incluido, malo camino del calabozo y película a la vista a no tardar.
Estamos ante una revisión del Código Da Vinci o Los Juegos del Hambre. Superficialidad extenuante, prosa algo menos que normal (se ha discutido la calidad de la traducción pero debo decir que el novato Ernest Cline no tiene la capacidad literaria de Dan Brown, si la tuviera). "OK. Se entiende", es lo más que podemos decir de la novela desde un punto de vista formal. ¿Conejos saliendo de la chistera?, sí, y también calderetas de ternera, padrinos oportunísimos, importantes negligencias del malo rayanas en la desidia tradicional de un director del Banco de España... En fin.
Así pues, si quieren leer una intrascendente novela de adolescentes (¿he mencionado el bochornoso final con besito incluido?) pero espléndidamente integrada en un universo de Space Invaders, Asteroids, Daibuken, Street Fighter... (Aquí tienen la genial enciclopedia con más de 84000 videgames recopilados)... Si quieren evocar los memorables tiempos en que entre porno y paja relajaban la muñeca con Ataris, Sinclairs, Commodores y gráficos de 8bits... No se arrepentirán de comprar esta novela por algo menos de 12,5 euros (prácticamente a estrenar, gastos de envío incluidos). Seguro, es más, esta es la novela de adolescentes que estaban ustedes esperando.
NOTA: Pero... ¿Y sí realmente RPO es la novela de un genio empeñado en parafrasear irónicamente las subculturas adolescentes de los 80, con bochornoso final de besito incluido? ¿Un artificio literario meta-textual donde, a modo de fractal posmoderno y deliberada superficialidad (Gödel) se hilvanan las obsesiones juveniles del autor en un mausoleo in memoriam del adolescente que fue? ¿Y si el Código Da Vinci no es lo que parece? ¿Entonces qué...? ¿Eh?... Entonces, tomen esta crítica como una contrareplica en clave de homenaje a las reseñas athusiano-neo-marxistas de los 70... Un lúcido ejercicio retro-estilístico anti-escapista evidenciador de las dicotomías de clase a modo de reivindicación la escuela de Frankfurt. Salud Camaradas.
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