He leído buenos libros en 2013 y he terminado casi todos los
que he empezado. Entre los que no son de ciencia ficción, destacaría el memorial del capitán Alonso de Contreras, Tempestades de Acero ( Junger), El general del Ejército Muerto
(Kadare).
Me he llevado algunas decepciones; la más gorda, La Esfinge Maragata, de Concha Espina, libro que he perseguido durante años llevado por
una vana intuición. Aunque reconozco la revolución estilística que supuso
Miguel Ángel Asturias, El Señor Presidente, puntal del realismo mágico, también
me ha decepcionado un tanto aunque como lección de dialectología me
resulta impagable. Este libro me ha confirmado en la idea de que la desconocida
novela El Negrero, de Lino Novas, está junto a la Crónica de una Muerte
Anunciada entre las cimas de la literatura en castellano del XX. Otro libro
aconsejable, aunque sin pasarse y a mucha distancia delos anteriores, El Hombre Inquieto, de Mankell.
Ciencia ficción he leído bastante. Luz, de Harrison, el más impresionante. Pero a
su lado un puñado de solventes novelas, desde Reamde, de Stephenson, El Día de
los Trífidos, Visión Ciega, Embasy Town y Distracción, de Sterling.. Estas son
las novelas del grupo A. En el grupo de lo mediocre pero satisfactorio, hay que
citar a Pensad en Flebas, de Bancs, Ready Player One o Accelerando.
De CF patria he leído poco, el que más me ha gustado y que
incluyo en el grupo A del año, Cenital, de Emilio Bueno (pese a su final). No
me ha gustado demasiado Osstfront, aunque reconozco su calidad y brillantez de
planteamiento. Pienso que el trío Xmen-Vaquerizo-Vasquez deberían contenerse
más y desparramar menos.
Dejaría, también reconociendo su calidad, en un plano medio la
segunda entrega de Terranova. Yo he echado en falta a Ted Chang allí este año,
claro, aunque el relato de Egan era inmejorable. Muy buen estilo el de Gardini,
de largo el que mejor escribe. Me he llevado una relativa sorpresa
con Ramón Muñoz, autor de En el Filo, junto con Egan, lo mejor de la
compilación. Ahora del resto, mejor me callo. Especialmente de los otros autores
extranjeros que se prefiguraban como la gran cosa y luego nada. Algo menos
dañino es Ken Liu, pero sinceramente, la historia de las atrocidades japonesas
en Manchuria ha visto páginas mucho mejores, en tanto la filosofía de la historia que se desprende es
digna de un trabajo escolar de segundo de la ESO de pura candidez.
Empecé 2014 con una buena novela, Fuego sobre el
Abismo, de Vernom Verstringe. A estas alturas, les soprenderá la cantidad de
erratas e inexactitudes al citar nombres y títulos, pero espero que entiendan
que el error tipográfico forma parte de mi proceso de humanización al tiempo
que con tanta errata pretendo homenajear al editor de Un Fuegos Sobr el Abismo,
de la ínclita Factória de la hideas.
La verdad que no me esperaba demasiado de Vinge. Como padre
del concepto de singularidad pensaba que el ganador del Hugo 93 me abrumaría con páginas
y páginas sobre esa idea ya bastante trillada. Pero no. El libro es de alta
intensidad, tiene poderío y aventuras galácticas de campanillas con una gran verosimilitud. Su arquitectura literaria es más que buena para
lo que son estas cosas. El marco está
excepcionalmente trabajado y definido y los personajes -sobre todo los pinchos- están muy bien articulados.
Veamos el marco. La gracia es la postulación de tres niveles
en la galaxia, cuánto más cerca del centro más veloz. De manera que los
habitantes de esos mundos viajan a velocidades superlumínicas. En la zona lenta
estamos los sometidos a las leyes einstenianas del tiempo y el espacio. De vez en vez, una civilización contacta o da
el salto con los del Allá bajao y de Vez
en Vez alguna civilización del Allá Alto accede al Trascenso, donde habitan las
singularidades. De vez en vez civilizaciones enteras sucumben sin que nadie les eche de menos.
He aquí que una de tales singularidades cuasi divinas parece
orientada al mal, al poder absoluto. Hace eones fue desactivada y sus residuos
distribuidos en santuarios secretos. Pero los torpes humanos (de la tierra
tenían que ser) van y la resucitan accidentalmente. En previsión de que tal
pasara, los “antiguos” ya diseñaron una
suerte de vacuna realmente drástica. Al final resulta que la vacuna va a parar
a un mundo habitado por rata-perros multicuerpo, cada ego rata-perro se
distribuye en varios ejemplares, conformando una extraña unidad, que merece el
ingreso en el hit parade de “grandes creaciones de la CF”. Para terminarlo de
arreglar, los pinchos, que así se terminarán llamando, viven en una sociedad
medieval sin contacto con el Allá Medio.
A poca experiencia que tengan en ciencia ficción con visos
hard, les garantizo horas de diversión y asombro con Un Fuego Sobre elAbismo, de Vernor Vinge (o al menos eso pone la portada, que nunca sabe uno con
la entrañable editorial que nos ocupa). Pueden comprar aquí el libro de segunda manoa un mejor que buen precio.
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