martes, 18 de septiembre de 2012

Donde se Alzan los Tronos, Ángeles Caso

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Ya saben que, por envidia profesional, en este blog no se da la menor coba a los autores españoles. De momento, en el ránking de los 10 mejores escritores nacionales vivos sólo tengo clara la inclusión de Vila-Matas… Si nos vamos a los 20 mejores, allí habría que incluir a Reverte (sí, Pérez Reverte), Marsé, Rodolfo Martínez y Aguilera… El resto de nombres pues según lo descubro, los añado, pero sin alharacas… En general no me gusta la literatura contemporánea.

Todo esto para contextualizar debidamente mi última incorporación al ranking, -no sé si el de 20 o el de 10- Ángeles Caso, autora de la excelentísima novela Donde se Alzan los Tronos. 

Los prejuicios. Sabía que Ángeles Caso era una notable escritora, culta y fumadora (o exfumadora). Pero las temáticas no me apetecían… ¿Sisí emperatriz? ¿mujeres creadoras?... Vamos, vamos… Dónde se Alzan los Tronos debe ir –pienso- en la onda, y si empecé a leerlo fue por… bueno, tal vez lo cuente algún día.
 Al tema. A partir de la peripecia vital de Mariana princesa de Ursino, gobernadora de la casa de la reina María Luisa y válida de facto de Felipe V, Caso analiza el Poder y, tal vez en un segundo pero omnipresente plano, la relación de las mujeres con el poder. Lo hace a la manera de Gore Vidal o Golo Mann, deteniéndose en el detalle revelador, en la esencia del personaje y del momento, y dejando que el contexto histórico (la guerra de Sucesión) se manifieste en esos puntos culminantes.
 Y créanme que el resultado no puede ser más satisfactorio.  Y creánme que es muy difícil salir con bien de estos retratos intimistas de un tiempo y de un modo de ser tan apegados a un contexto histórico. La tendencia natural es verter a capón el material documental que el lector necesita, un poco a modo de prefacio, “en una galaxia muy, muy lejana, los Jedi etc…” Dadas las condiciones de posibilidad, se pasa a la anécdota. El 99% de las novelas históricas se escriben así, de donde resulta una mierda como un pandero salvo alguna curiosa excepción.

Lo guapo, lo meritorio, es saber empapar de historia el contexto de modo que en la anécdota transpira el momento histórico con naturalidad y de un modo iluminador. Esta es, para mí, la diferencia entre literatura y un ensayo-ficción de corte historicista. Y como ven, hay mucha relación con la ciencia ficción, donde lo literario es que el contexto fantástico fluya por empapamiento, no por empanamiento. (Y perdonen los patéticos juegos de palabras). Hacerlo mejor o peor nos da la medida de una mejor o peor novela histórica. En Donde se Alzan los Tronos simplemente lo clava y lo eleva a niveles magistrales.

¿Cómo? Eligiendo con mucho criterio el momento en que se presentan los personajes. Así, a Carlos II lo conocemos en sus indecisiones testamentarias, en medio de una misa de difuntos en El Escorial. El atrezzo es cosustancial a la crónica. A Luis XIV en la ceremonia del despertar regio, cuando el rey traza mentalmente los planes del día (políticos, gastronómicos, sexuales) en tanto se sucede el ritual. El Primer Ayuda de Cámara perfumando sus manos con espíritu de vino, el Gran Chambelán tendiéndole la jofaina de agua bendita para la persignación, el médico real inquiriendo por su salud en tanto le informa de los cotorreos de la víspera, todo lo cual, a la vista de los gentilhombres de cámara, la élite de Versalles con privilegio de asistencia al Despertar del Rey y que, a renglón seguid y por riguroso orden jerárquico, acompañan a Luis en el rezo matinal en la capilla de cámara. Ensamblar esto, que parece fácil, es técnicamente muy difícil. Y más difícil todavía es casar con perfecta armonía lo que piensa el rey y lo que sucede a su alrededor. Decorado y acción se complementan. Son dos caras de lo mismo. Si no fuera una gran novelista, Caso sería una estupenda directora teatral.

La prosa no me deslumbró, como sí me impactó la de Lino Novas o Bolaño, pero no le falta una cierta personalidad, lo cual vuelve a diferenciar a la autora de los escritores inanes que blablablá…. Cada vez estoy más convencido de que sin un estilo peculiar, propio, único, el objetivo literario de alumbrar una determinada visión del mundo queda incompleto. Quizá no es el plato fuerte de Ángeles Caso, quizá, pero desde luego está lejos de ser una prosa impersonal o de sota, caballo y rey.

Vean (contexto, partida de caza de liebres de Luis XIV en Versalles):
“Le gustaba -sí, tenía que reconocer que le gustaba- el olor de la sangre que emanaba de los cadáveres, pegajosa y densa, y que se deslizaba luego despacio sobre el exquisito terciopelo de las faldas de las damas, cuando con sus modales de viejo coqueto, el rey ofrecía a sus invitadas alguna de las piezas, que ellas colgaban de sus cinturas como prueba de la regia predilección y luego exhibían gritonas a la vuelta del palacio”.

Hay muchos más aciertos, la verdad. No hemos hablado del estupendo arranque de los dos primeros y fenomenales capítulos. No hemos hablado del ritmo (endiablado, tenso, que te lleva a devorar la historia). No hemos hablado de la erudición historiográfica (se nota que ha tenido tiempo y gusto para documentarse con precisión de espía).

En definitiva, un libro que, por su pericia literaria y potencia de la historia, hay que poner entre lo mejor de lo mejor del año y no entre lo mejor de lo peor o invariantes. Un libro que vale la pena.

Pero como aquí nadie se va de rositas y listo que es uno, dos puyas… Los guardainfantes. Lo que llevaban las Austrias era el guardainfante y en tiempos de Mariana de Neoburgo la prenda estaba ya en claro declive, al igual que las gorgueras, sustituidas por las valonas. Creo que no fue Maria Luisa de Saboya la que abolió el guardainfante, pienso que le corresponde el mérito a Mariana de Neoburgo. Item más, el precio, actualmente, 20 euros por una historia que se devora en cuatro horas es muuuucho dinero. Suerte que la historia vale la pena hasta el último céntimo. Suerte. Si no, te ibas a enterar, Caso...

Comprar el libro (9,50€, gastos de envío incluidos).

5 comentarios:

Frankie dijo...

Bien, el placer de una buena ambientación histórica es un ingrediente de primera. Te permite vivir en aquel tiempo mientras lo lees. A fin de cuentas, viajar en el tiempo no es patrimonio solo de la CF sino de toda imaginación bien documentada. Parece una propuesta interesante.

Pero le pierde a usted la fobia por las gorgueras.

Sr. IA dijo...

No es fobia... Es filia. Yo creo que le sentarían estupendamente a Mariano Rajoy y a Rubalcaba... Cuando menos impresionaría a la Merkel, que es lo que se trata.... Ya no hay clase ni estilo...

José Manuel Guerrero C. dijo...

Generalmente no leo nada actual en español. Me dio una época por leerme todo lo que publicó Umbral. Lo más novedoso y último leído en lengua castellana se debe a la vibrante prosa de Dª Emilia Pardo Bazán.

Impresionante y terrible la imagen de Mariano (por cierto, la gente comienza a llamar a Rajoy, Mariano, así, a secas. Lo que me recuerda que el bajón que sufrió y la degradación pública de Zapatero le llegó cuando to quisqui se dirigía a él como José Luís, a secas) y Rubalcalabrés -de Calabría- con gorgueras.

Como usted dice, ya no hay clase ni estilo en este pobre país, si no, volveríamos a llevar caballerosamente ese fino y bello paño.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Tengo en la estantería de los libros pendiente por leer, uno de un tal Luis Besa. ¿Usted conoce a este tipo, Sr.IA? ¿Qué opina de él?

Sr. IA dijo...

Bate, no sé como coño has sacado a colación a Mariano Rajoy. No estoy muy contento con él pero yo le daría medio añito más de cancha... Eso sí, cuando a un prime minester se le empieza a ningunear con si Felipe, José Luis o Adolfo.... Glups, date por follado. Bien visto.

De lo otro. Avui no toca. Sin comentarios. Ni siquiera se lo recomiendo, el libro. Yo recomiendo ala gente que lo compe, lo que haga con él....