Mostrando entradas con la etiqueta Estudios groenlandeses. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Estudios groenlandeses. Mostrar todas las entradas

miércoles, 6 de febrero de 2013

Indeterminación de la economía



Hay dos Españas. Una desconoce los abrigos, vive a orillas del mar entre suaves y soleados inviernos. De vez en cuando entra fresco, humedad, y se enciende una estufa antigua. Alguien vuelve del ropero con chaquetas de lana y entre vahos de naftalina. Para la otra España, la factura del gasóleo o del gas no es cosa de broma. Si al exterior la temperatura se clava en 0 grados, mantener templada una casa de 300 metros cúbicos es cosa de unos 2.000 euros al año en gasóleo. Poca gente se instala a ver la tele en mangas de camisa.

Pero eso está cambiando a la velocidad de la luz. Si comparamos el poder calórico de los combustibles vemos que un kilo de madera (0,15 centimos) produce una energía  equivalente a unos 200 minutos de iluminación de una bombilla de 100 watios frente a los 420 minutos del gasóleo (0,98 céntimos). O sea, que con 0,40 centimos en leña calientas lo mismo (sobre 0,50 si usamos pelets) que con su equivalente en gasóleo. Total, los 2.000 euros quedan en menos de mil.

Conclusión, está siendo el invierno de las estufas de madera, de pelet, de biomasa. En los pueblos, en las zonas periurbanas donde impera el adosado y las familias no suelen tener problemas de acumulación, el aroma a leña ha vuelto a las calles. Es un cambio imparable,  inducido no por ninguna filosofía ecologista sino  por la mera inercia de la oferta y la demanda. En muchas urbanizaciones la pregunta de moda es ¿conoces algún deshollinador?

Este post está dirigido a todos los cenutrios malthusianos, empeñados en ignorar los mecanismos de oferta y demanda de la economía. Para ellos no se puede sustituir gasóleo con leña. Se hace un cálculo, consumo de gasóleo destinado a calefacción y equivalencia en watios. Luego se mira la madera y con sonrisita de suficiencia se nos dice. Se precisan X Hectáreas de bosque frente a las X-Y disponibles. No es viable. Les conminas a cotejar los datos con la realidad. Se recolocan las gafas, con gesto profesional hacen como que repasan los datos y fruncen el ceño: No es significativo, la muestra no es relevante.

Bueno, pues sí lo es. Lo es porque no se trata de un proceso de sustitución en bruto, instantáneo, de pasar la cuenta al otro lado de la =. Se trata de un flujo de mercado basado en la oferta y demanda. Solo una pequeña parte del mercado asume el cambio en un primer momento (la que está más penalizada), pero esa "pequeña parte" es la que marca la tendencia para el conjunto. Introduce nuevos elementos en la ecuación y desbarata el modelo. Introduce por ejemplo el "item" subproducto, elementos de valor cero en el anterior modelo y que repentinamente cobran ahora valor económico. Introduce por ejemplo el "item" desplazamiento de actividad, madera estockada destinada a papel o construcción se recicla para su uso como biomasa. La economía no es una mera agregación de factores en bruto. Es una agregación de factores ponderados y que interactúan constantemente entre sí.

Estoy harto de decirlo. La diferencia entre un modelo malthusiano y la realidad es que el primero parte de una foto fija teórica de imposible traducción al dinamismo del mercado. Y así como el físico carece de datos suficientes para determinar al 100% la situación de una partícula en un momento dado, así al economista le bailan los números para realizar predicciones más allá de un patético 50%.

lunes, 3 de septiembre de 2012

In memoriam

Siendo el único blog con una categoría sobre estudios groenladeses, un pequeño homenaje a Bernardo Bonezzi. ¡¡¡Fantástica canción!!


Este verano se ha puesto de modo Groenlandia por una chapucera historia acerca del licuado de sus glaciares. El estival proceso de fusión superficial de los mismos ha generado titulares del tipo ¡¡¡¡El 90% del hielo de Groenlandia, fundido!!! No estaríamos aquí, claro...

Al hilo de tamaña chapuza, no han faltado reportajes turístico-ambientales. En general predomina la nota amarga por la preocupación del invasor inuit. Resulta que Groenlandia es el territorio que reacciona de modo más cataclísmico al incremento de las temperaturas (en cambio, por más que baje la temperatura, se queda igual). Esto, a su vez, modifica lo apenas nada que sabemos de las variables climatológicas del Atlántico Norte.

El problema de fondo es el que sigue. Aunque ya nadie habla de eso en los vándalicos y acientíficos términos de Al Gore y el lobby nuclear, parte de la comunidad científica (esencialmente biólogos) alerta de un cambio climático de origen entrópico. Es una hipótesis bien fundada y convincente que ha tomado Groenlandia como una bandera. Ahora bien, está históricamente probado que Groenlandia registró durante el óptimo climático medieval (siglos del X al XIV) una suavización climática muy superior a las medias mundiales. En los años 60 se pensaba que el incremento podía rondar los 5 grados, cifra increíble.

Hoy sabemos que el OCM posiblemente no es extrapolable globalmente a la tierra, más bien parece que fue un fenómeno regional, aunque muchos pensamos que los cambios climáticos son regionales y carece de sentido hablar en términos de "calentamiento global". A fecha de hoy, y a pesar de la multiplicación exponencial de estudios, sigue faltando una hipótesis unánime para el OCM y para su extrapolación a Groenlandia. En la wiki se citan las siguientes hipótesis.

  •  No hubo OCM (simplemente estúpida y exclusivamente defendida por algunos realmente estúpidos apóstoles del cambio climático)
  • Coincidencia del OCM con el periodo de máxima actividad solar (siglos X al XIII) 
  • Cambios en la termosalinidad del Atlántico Norte 

A estos cabe añadir...

  • Actividad volcánica no documentada que vertiera ingentes cantidades de ceniza en Groenlandia. 
  • Otra actividad de posado de polvo de origen cataclísmico. 
  • (O la más razonable), un conjunto de factores interrelacionados derivados de los citados anteriormente. 


Personalmente pienso que efectivamente hay un impacto climático de las actividades humanas. Pero pienso que por si solo eso no justifica el actual periodo de bonanza térmica ni puede colegirse de ello un impacto catastrófico en las sociedades humanas. Al revés, muy posiblemente, más calor, mejor para todos (salvo regiones realmente ya muy apuradas). Pienso que este debate no puede seriamente mezclarse con otro, este sí de naturaleza catastrófica: la depredación de recursos limitados por parte del hombre y la necesidad de adaptar las necesidades humanas a un equilibrio energético sostenible.

martes, 5 de abril de 2011

Marinos vascos en Terranova

La presencia de los pescadores vascos en las costas de Terranova fue prácticamente paralela al “redescubrimiento” de la zona por Cabot (Caboto, por mejor decir), en 1498. El Padre René Belanger (“Los Vascos en el Estuario del San Lorenzo” 1971) ha documentado referencias al “bacalao de las tierras nuevas” en fechas tan tempranas como 1506. Entre 1520 y 1525, un hecho curioso: Un manuscrito de la universidad de Coimbra habla de una colonia portuguesa –posiblemente en el Cabo Bretón- que a través de marinos vascos que pescan por la zona piden socorros por haberse quedado sin embarcaciones. En cualquier caso, la cartografía ya incluye “Tierra Nueva” de manera sistemática partir de 1520, entremezclada, eso sí, con sugerentes leyendas como el País de Sagueney, la Isla Brasil, o las islas de los Demonios (Saint Pierre y Michelon, enclave fracés en Terranova).

En 1535, cuando Cartier a cuenta de la corona francesa penetra en el estuario de San Lorenzo y funda Quebec, las pesquerías vascas a la zona ya están harto estructuradas. Hasta el punto que los micmacs, los indios locales, utilizaban de forma común palabras vascas… ¿Qué pintaban allí los vascos?

La principal razón fue satisfacer la demanda peninsular de bacalao, muy apreciado en cuaresma por soportar la salazón y ser de los pocos pescados comercializables en Castilla. Ciertamente, la presencia vasca faenando en el Gran Sol es anterior, pero los vascos encontraron en las “tierras nuevas” posibilidad de puertos y materia prima para montar factorías de salazón y además… ballenas. La ballena (la ballena boreal, ballena de Vizcaya, entre otras) ya era pieza codiciada desde tiempos antiguos. Su grasa era especialmente demandada como sebo para vela, aceite de precisión y medicinal de los hígados, en tanto las barbas tenían mil aplicaciones. Las primeras capturas documentadas en el Cantábrico se retrotraen al 760. A lo largo del XV se produce una sobrepesca en el Cantábrico de la mano de vascos, gallegos, ingleses y franceses. Esto llevará a los vascos a protagonizar toda una epopeya siguiendo las concentraciones de reproducción que les lleva a señorear el San Lorenzo, Groenlandia, Islandia, así hasta el XVIII, en que Inglaterra impondrá sus flotas. Puede decirse sin exagerar que los vascos fueron los grandes especialistas en pescar ballenas hasta el siglo XVIII.

Los vascos dispusieron de diversas ventajas que explican su temprana presencia en Terranova. En primer lugar los barcos, mientras ingleses y rocheleses construían naves de 100 toneladas a lo más, los astilleros vascos, adoptando los avances introducidos por los portugueses, producían ya en el siglo XV naos de entre 200 y 500, cuasi galeones, más maniobrables que sus primas las altas carracas bálticas, más rápidos y menos volubles a las tormentas. Eso supone rentabilizar travesías de altura y embarcar grandes contingentes de pescadores; en el siglo XVII, se contaran campañas a Terranova que movilizaban a 3.000 vascos cada año. La lista de arribada del Saint Esprit (200 toneladas), de San Juan, datada en 1743 (ya en declive de la pesquería) refiere un oficial, tres oficiales marineros, 47 marinos y 6 grumetes, 59 almas en total, que se anotaron 200 barricas de aceite –“tres ballenas y media (sic) de bahía grande, 1 cachalote y 2 ballenas sardas-, así como 80 quintales de barbas.

La pesca de la ballena fue determinante en establecimiento, durante la primera mitad del XVI, de estaciones temporales vascas a lo largo del golfo de San Lorenzo. Aún hoy la toponimia nos traslada a aquellos remotos tiempos con asentamientos tal que Isla Mingan, Isla de los Vascos, Portuchoa, Plasencia, Bahía de los Españoles…. En su estudio, el padre Belanger recoge más de 30 puntos con presencia vasca, que en un primer momento motivaba la instalación de factorías para licuar la grasa y embarrilarla. Posteriormente, allá por el 1630, los vascos atinan con un método para fundir la grasa en alta mar, lo que a su vez amplia el rango de actuación de las pesquerías. El nacionalismo vasco, por otra parte, ha invertido grandes sumas de dinero en demostrar la penetración del euskera entre las comunidades aborígenes locales (así como en Islandia), sin resultados excesivamente desalentadores. Las campañas empezaban con la llegada de las golondrinas, en marzo, y terminaban en septiembre. No siempre de la mejor manera, tempestades, arrecifes y sobre todo, guerras y corsarios, convertían la pesca de la ballena en oficio de alto riesgo, muy reputado por los vascos (a diferencia de otras marinerías, que lo tenían por desempeño de desesperados), y pilar de verdaderas sagas, como los Araneder de San Juan de Luz o los Soppite. Inicialmente los vascos (franceses y españoles, mezclados, resulta muy difícil diferenciarlos), compartían aguas con rocheleses, bretones y eventualmente, ingleses. Cabe decir que durante el XVI el San Lorenzo fue una zona de libre pesca, aunque la hegemonía francesa terminó imponiendo monopolios y venta de derechos de explotación que, progresivamente, motivaron la desaparición de la presencia española de iure, que no de facto, los barcos eran de San Juan o Hendaya y la marinería de Lekeitio o San Sebastián. La pesca de ballenas tuvo por epicentro la desembocadura del Seguiney, en Tadussac, aguas ricas en kril norteño. La sobreexplotación y la inestabilidad política en la zona (pasó de ser un mar libre a ser monopolio de Francia, de ahí a Inglaterra y vuelta a Francia, y de ahí a Inglaterra) fue desincentivando la presencia vasca, que sin embargo, siguió cazando en Islandia, Gran Sol, Groenlandia... En líneas generales, cabe caracterizar el estuario como un inmenso frente de batalla en la expansión americana de Francia e Inglaterra, con guerras cada poco, deportaciones demográficas (la epopeya de los Acadianos) y una inestabilidad general que no concluirá hasta el fin de la presencia inglesa en Norteamérica.

*Otra colaboración alimentaria del Sr. IA. Breve contexto de la pesca del bacalao y la ballena en Terranova entre los siglos XVI y XVIII. La pongo en "estudios groenlandeses", abandonadísima sección.

jueves, 10 de junio de 2010

La reforma del sistema



Se atribuye a Zapatero la frase: “Íbamos a reformar el sistema y el sistema nos ha reformado a nosotros”. Lo primero que me vino al blufer fue un bosque desastrado. El ramaje campaba por doquier; aquí y allá, macizos de matorral reseco junto a pinos rezumando resina. Humedad del 30%, temperatura ambiente rozando los 38 grados y aproximadamente cada veinte pasos familias de domingueros encendiendo enormes barbacoas con gasolina (hay incluso unos turistas pasados de rosca y celebrando una despedida de solteros con traca y fuegos artificiales). Cerca del bosque y junto al camión cuba -que tiene las ruedas pinchadas- los bomberos han montado una piscina Toy. Enfundados en el bañador y con los pies en remojo, los bomberos fuman porros y vacían botellas. “Parece que la gente se lo pasa de puta madre, ¿no?”, comenta un bombero a otro mientras le tiende el cuarto porro de la tarde. “Sí, además viene un vientecito potente, ideal para refrescar”, contesta el otro mientras se acaba de un trago su sexto cubata. “Oye –salta el caporal, hasta el momento enfrascado en rayar coca mezclada con heroína-, ¿no será peligroso?, lo digo por el viento. Ya sabéis que el camión tiene las ruedas pinchadas y las mangueras pierden agua…”. Los bomberos del retén se ríen. “Anda, caporal, no te rayes tanto, que dices unas cosas… Además, ¿con qué te crees que hemos llenado la toy?”. El caporal chista y sonríe. Estos de la brigada son unos cachondos…

Naturalmente, se desató un incendio descomunal. Y es entonces cuando, desolados, los bomberos se dijeron “qué pena, justo ahora que íbamos a reformar el sistema y etc…”

¿Qué iban a reformar el qué?

¿Cuándo?
¿En 2004?
¿En 2005?
¿En 2006?
¿En 2007?
¿En 2008, cuando el humo empezaba a divisarse desde el valle?
¿En 2009, cuando las llamas se cebaron en el viejo camión?

No. Iban a reformar el mercado justo en 2010 cuando la gente salía despavorida con el culo envuelto en llamas. En realidad no iban a reformar nada de nada.

La izquierda hace años que perdió todo norte reducida a un populismo electoralista. La derecha se quedó en un liberalismo de cuento de hadas que se titula “reactivemos el consumo bajando los impuestos, lo demás no importa”, para a renglón seguido enzarzarse en desactivar el populismo electoralista con más dosis de populismo electoralista. Y en esas seguimos, no crean.

Recientemente, ZP, el jefe de los bomberos, consiguió poner a unos cuantos de acuerdo para bajarse la bragueta y mear sobre los matorrales. Disgustado, ve que los de protección civil (la oposición, les llama él) no están por la labor.
Y es entonces cuando ZP les dice.
- Caballeros, ¡picha española, nunca mea sola!

¡Ay pobres de nosotros…!

lunes, 19 de abril de 2010

La Penumbra de la Neblina



Podría ser peor. Volcanes y erupciones como la del Eyjafjalla marcan la apasionante historia de Islandia.

En 1783 el Laki entró en erupción. En los meses posteriores los efectos de la lluvia de cenizas se llevarían de este mundo a uno de cada cuatro isleños y al 80% del ganado en lo que se conoce como la Penumbra de la Neblina… Las cenizas presentaban altísimos contenidos de fluor, con la consecuente aparición de de fluorosis (huesos quebradizos) en bestias y hambruna en humanos.

La Penumbra de la Neblina marcó el punto de mayor decadencia de Islandia. Para hacerse una idea, de 80.000 habitantes que poblaban la isla en los “buenos tiempos vikingos” del siglo XI, se pasó a apenas 40.000 al inicio del siglo XIX. Los viajeros de la época cuentan la visión de alquerías abandonadas, gentes muy pobres y abandonadas y atisbos de civilización apenas en la capital.

La decadencia de Islandia abarca desde el XIV, al imponérsele la soberanía del rey de Kalmar (luego corona de Noruega) hasta el primer tercio del XIX, cuando inician los movimientos independentistas. En 1875, otra erupción, esta vez el Askja, destruye la economía ganadera forzando una ola migratoria hacia Canadá y Estados Unidos que afectaría al 20% de la población.

Grosso Modo, el periodo de decadencia viene a coincidir con un recrudecimiento de la climatología, y especialmente, con la pequeña edad glacial (de mediados del XIV a 1850, con tres momentos álgidos en 1650, 1770 y 1850), de donde desde el neomalthusianismo se pretende explicar la decadencia de Islandia por razones ambientales.

Actualmente se considera que ese mínimo climático no condicionó apenas la vida en la isla (como sí la condicionó a efectos de colonización el óptimo climático). Para empezar, la decadencia islandesa es ya patente en el siglo XIII. El monopolio comercial con Noruega y el declive comercial de los escandinavos no contribuirán a mejorar este cuadro. Pero sin duda, el mazazo vino por la confluencia de plagas y epidemias, cataclismos tal que el Laki con hambrunas recurrentes, y muy especialmente, la competencia de América. Y es que al descubrirse el nuevo continente Islandia pierde todo interés geopolítico. ¿Quién en su sano juicio se asentaría entre volcanes y glaciares pudiendo hacerlo en el estuario del San Lorenzo, por ejemplo?
Los vascos, claro.

Husmeando este intrigante periodo de tiempo me doy de bruces con la historia de los arrantzales náufragos de 1615. Parece ser que los balleneros y bacaladeros vascos empezaron a utilizar la isla como base estable en 1613. En septiembre de 1615 los vascos se preparaban para volver a San Sebastián cuando la banquisa penetró en el puerto y mandó a pique la flota de tres galeones. Los 81 supervivientes, sin armas ni provisiones, se dividieron en tres grupos. Los tripulantes al mando de Pedro de Aguirre y Esteban de Tallería pasaron el invierno en Vatnseyri y lograron volver a sus tierras en primavera, secuestrando un barco inglés. Por su parte, los hombres de Martín de Villafranca se dividieron en 2 grupos; 14 hombres intentaron “buscar” provisiones por las granjas nativas y el otro grupo (Martín y 17 hombres más) se instaló en la isla de Æðey dispuestos a pasar el invierno. El 5 de octubre, los islandeses tendieron una emboscada al primer grupo del que solo uno logró escapar para reunirse con los que estaban a salvo en Vatnseyri. El prohombre local Ari se enteró poco después del escondite de Martín en Æðey y la noche del 13 de octubre una “milicia” desembarcó en la isla y asesinó a los 18. Algunas fuentes señalan que los mataron mientras dormían, otras, que se les abrió el vientre y se les lanzó por el acantilado en lo que se conoce como Spánverjavígin que significa precisamente eso… “La matanza de los españoles”, posiblemente, el hecho de armas más luctuoso de la historia militar islandesa (postvikinga).

Aventuras de arrantzales podrán leer los pacientes lectores que se enfrenten a Ínsula Avataria, novela de mi albacea testamentario Besa y cuya edición se retrasa para otoño de este año. Se siente.

Entre tanto, les dejo con una fascinante canción de epopeyas boreales y marinos perdidos. Lord Franklin, una balada tradicional intepretada por Pentangle con concertina y guitarra acústica y eléctrica, grabada en Cruel Sistger 1970. Embarcó con cien marineros en mayo/Rumbo al oceáno helado/Y buscar ese pasaje por el Polo/Dode solemos ir los marinos pobres...



miércoles, 3 de junio de 2009

De piratas y apestados



(Il. Ciudad Iglú en Second Life)

La Peste Negra terminó con el 50% de los noruegos (probablemente son cifras exageradísimas, pero son las que suelen darse) en 1350. Constan focos en Islandia, lo cual es raro por cuanto en Islandia no hay ratas, y las ratas eran los reservorios de la pulga trasmisora de la peste. De donde los contagios fueron persona a persona (y consecuentemente, mucho más evitables). Muchas fuentes coinciden en que la peste pasó a Groenlandia, a falta de acceso a estudios sobre las necrópolis cabe dudar de que existan pruebas contundentes, pero si la peste llegó a Islandia, e Islandia mantenía un contacto estable con Groenlandia, no hay razones para pensar que Groenlandia fuera una excepción a la “muerte negra”. Pienso que un episodio epidémico a mediados del XV en Groenlandia, con ya un declive poblacional importante, es un factor más que explica la pérdida de masa crítica demográfica para viabilizar económicamente la colonía.


Piratas y un trágico error.

La razón de ser de Groenlandia, al menos en el XIV es comercial. En 1261 aceptan a la corona de Noruega como soberanos (siguiendo el ejemplo de Islandia). A cambio, el rey se obliga a fletar al menos un barco al año a Gardar –sede del obispado groenlandés, fundado a principios del XII-. Es importante señalar que este acuerdo obligaba a los groenlandeses a renunciar a disponer de una flota comercial propia. Esto es tan importante o más que la erosión. A mi juicio más (Jared no dice nada, claro). Pues marca el verdadero declive tanto de Islandia como Groenlandia (es importante, a continuación, destacar el impacto del endurecimiento climático).

¿Por qué los groenlandeses aceptaron la soberanía noruega? ¿Qué puede llevar a una comunidad a ceder su soberanía a un tercero?

Respuestas posibles (si se os ocurren más...) :Necesitaban desesperadamente importar bienes. Necesitaban una autoridad que mediara en sus luchas entre clanes. Necesitaban una autoridad vertebradota de la autoridad eclesial. Alguien que designara a la clase sacerdotal como árbitro político. Necesitaban protección para el comercio naval y necesitaban mercados en el continente (en aquella época el comercio no se basaba en la libertad de mercado, si llevabas un barco no autorizado a un puerto, simplemente te lo incautaban)

El caso es que la renuncia a mantener una flota propia será catastrófico. Más aún por cuanto Noruega, a lo largo del XIV entra en una profunda crisis hasta su absorción por Dinamarca (Corona de Kalmar). Para entonces, el centro geoestratégico de Escandinavia ha pasado al Báltico, donde, también como factor económico en contra de Groenlandia, hay un efectivo pasillo comercial (Liga Hanseática, la fundación de Alemania). Noruega queda en poco más que una plataforma pesquera. Al tiempo, las guerras navales siembran el atlántico norte de piratas (ingleses y castellanos). Ruego considerar que el comercio marítimo era en la época un “todos contra todos” (por ejemplo, los de San Sebastián pirateaban a los de Bilbao, y supongo que al revés). Como el clima es peor, la navegación de altura se limita a pocas semanas y a rutas más complejas, lo que facilita aún más la depredación naval.

Sabemos que el último barco del Rey fondea en Groenlandia a finales del XIV. En los años posteriores hay noticias de barcos privados que fondean en Gardar, aunque los capitanes (maestres) suele justificarlo como un “error de navegación”. Se acepta 1408 como el último testimonio válido de marineros que documentan haber convivido con los escandinavos. Por cierto, hablan de una sociedad completamente normal, con bodas, autos de fe por brujería, y pleitos por adulterios.

Hay quien habla de que los últimos escandinavos abandonaron Groenlandia en 1480. Desconozco los argumentos.Por aquella época Colón (sí, Cristóbal Colón, y en realidad sobre 1472) realiza un complejo viaje por el oriente de Groenlandia y no dice nada de escandinavos ni inuits. Habla más bien de una tierra despoblada. De todas maneras, sería interesante disponer de esa carta, que forma parte de la argumentación de Colón a los Reyes Católicos para documentar su conocimiento de las corrientes atlánticas. Por cierto, aquella expedición era un proyecto luso-danés para descubrir el paso del Noroeste. Poco después, la zona se convierte en un caladero de balleneros bien estudiado. Por cierto, de esta trascendental documentación Jared Diamond no dice nada, señal clara de anglocentrismo de las fuentes manejadas. ¡Obviar el testimonio de Colón, el más documentado que se conoce!. Fin del excursus.

El fin

Sin embargo, creo que la teoría de un final cuasi-abrupto del asentamiento (el último que quedaba, Gardar, como mucho cien familias) es correcta. En realidad, pienso en un golpe demográfico que los supervivientes no pudieron remontar, así que los cuatro que quedaron unos se fueron, otros murieron de hambre, sin descartar que los inuti se llevaran por delante a alguno que otro.

¿Pero cuál fue ese golpe?
Dado que no hay rasgos visibles de ataques (no hay destrucción –algunas de las iglesias de Groenlandia están entre las mejor conservadas del periodos-) (En alguna alquería aislada se ha encontrado un cadáver no enterrado, pero no decenas, sino uno) y antes que la tesis del ataque inuit o del conflicto civil, creo que es de sopesar la posibilidad de un asentamiento temporal pirata.

Piratas castellanos o ingleses, posiblemente pescadores de altura sobre 1430, se refugian a hibernar en Gardar tras alguna tormenta. En este tiempo la colonia debía ser de apenas decenas. Obviamente, los piratas saquean alquería en alquería los stocks familiares. Al llegar la primavera ponen a trabajar a los supervivientes para ellos. Al llegar septiembre parten a sus puertos, de donde los locales de Gardar se enfrentan, bien a la esclavitud de embarcarse con los piratas, bien a algún acuerdo de transporte, bien al homicidio masivo, bien a la hambruna del invierno. Me inclino a pensar en un acuerdo parcial, dado que había clérigos entre aquella gente. Me inclino a pensar que los piratas esclavizaron a parte de los supervivientes, y a otros los trasladaron a Shetland o a Islandia. Posteriormente, razones navales, conjugadas con ambientales, explican la relativa falta de atractivo de Groenlandia como plataforma estacional, al tiempo que la colonización de Terranova la anula como destino poblacional. ¿Para qué sentarse sobre una ortiga habiendo una hamaca al lado?

No me gustan los post tan largos. De donde me emplazo a explicar próximamente, por qué resulta tan interesante el estudio de Groenlandia. Adelanto una razón, era una sociedad muy aislada y con muy pocas variables sociales pero bien documentadas, una especie de laboratorio social histórico en el que contrastar teorías económico-sociales es más asequible.

lunes, 1 de junio de 2009

Respuesta: Salmón ahumado


La respuesta es que los vikingos sólo utilizaban los lomos del pescado. Los destazaban a la orilla del río/fiordo, lo ahumaban y se lo comían tan ricamente. Esta IA no puede opinar de gastronomía con conocimiento de causa, pero se pregunta:

¿Es que a ningún lector le gusta el salmón ahumado?

Pablo da en el clavo pero no remata… Los escandinavos no necesitaban las espinas, las echaban al mar. Esta es la clave.
¿Por qué?
Ahí Pablo se va por la tangente. La explicación clásica es:
¿Para qué quieres la cabeza y la espina si lo que te interesa son los lomos?
En consecuencia, si en un paleovertedero situado junto a ríos salmoniferos y zonas de pesca notables no se encuentran raspas, antes que postular ridículos tabúes (inconcebibles, por lo demás, entre cristianos practicantes del ayuno cuaresmal), hay que fijarse en las pautas de procesado.
La más simple, antigua y universalmente extendida en el caso del salmón y piezas con alto contenido oleico pasa por tajar la cabeza y cola; a continuación, seccionar longitudinalmente el cuerpo, extraer raspas y vísceras y quedarse con el lomo mondo y lirondo. Al objeto de aliviarse de carga, es importante señalar que el proceso se ejecuta, sino en alta mar, en la orilla del río o fiordo. De donde las raspas van directamente al agua (por lo visto, huelen fatal, aunque desde luego podrían aprovecharse para harinas de pescado).
A continuación se procede al ahumado, para lo que resulta especialmente idóneo contar con turba en abundancia, caso de los groenlandeses.
El proceso es antiquísimo y documentado ampliamente entre los Tinglit de América del Norte y las tribus alaskianas, supongo que los inuit también, pero si algún pueblo se ha hecho mundialmente famoso por ahumar salmones es el noruego. O sea los vikingos, o sea los groenlandeses.

No tendría mayor importancia sino fuera porque el autor de Colapso le da a la “incapacidad de los escandinavos para aprovechar sus recursos piscícolas” una importancia capital... Una y otra vez vuelve sobre lo mismo en defensa de sus tesis ambientalistas siendo su única prueba la inexistencia de raspas en los (dos) vertederos estudiados.

Pues bueno, como se ve, el proceso universal y más antiguo (y suculento, tengo entendido) para aprovechar el salmón pasa por la eliminación de las raspas. Un ejemplo más de que no se miran mientes cuando se trata de justificar una teoría y de una ligereza impropia del autor de Colapso.

Y es que es importante. Si los vikingos trabajaban el pescado, cazaban, disponían de metalurgia y, además, estabulaban ganado y realizaban pequeñas obras hidráulicas, ¿dónde está la supuesta superioridad inuit? Hay ciertamente razones para pensar que los vikingos cazaban peor… No disponían de kayaks ni trineos, pero eso posiblemente indica que no los necesitaban. Igualmente las prácticas ganaderas no resultaban sostenibles a largo plazo (por la erosión), pero cuidado, eso tendría un valor presuponiendo como hace Jared que los 4.000 colonos escandinavos se mantienen invariables a través de 450 años, lo cual es otra de las falacias de Colapso. Al contrario, sabemos y nos consta un decrecimiento poblacional sostenido a lo largo de acaso 200 años.

Propongo pues nuevos enigmas. ¿Qué otros dos factores no mencionados hasta la fecha pueden tener que ver con la desaparición de los asentamientos?
Recordemos los ya barajados. Declive del comercio con Noruega, invasión inuit, hambrunas derivadas del fin del óptimo climático y el incremento erosivo, y el definitivamente descartado tabú para comer pescado.

Hay al menos dos más (que Jared apenas cita), uno relacionado con cierta cosa que pasó en el XV harto luctuosa. Y por supuesto, no tiene nada de ambiental. ¿O sí?

viernes, 29 de mayo de 2009

El campanu vikingo


Les propongo un enigma.

Leo en Colapso, de Jared M. Diamond, un estudio del “colapso” de la población escandinava en la Groenlandia del XV. Como se sabe, Erik El Rojo, sobre 985, parte al mando de una flotilla desde Islandia para colonizar Groenlandia. La población aguantó 450 años y desapareció un tanto misteriosamente. Acertadamente, Jared aporta un cóctel de causas, el fin del óptimo climático y el endurecimiento de las condiciones de vida, la competencia con los inuit, y el aislamiento respecto a Noruega, la nave nodriza (a las que en próximas entregas yo añadiré unas cuantas más). Sin embargo, Diamond se desliza rápidamente hacia los factores maltusianos como más explicativos del colapso vikingo, hasta convertir Groenlandia en el primer caso, según Diamond, de la prevalencia de la comunidad no civilizada (los esquimales) frente a la “supuestamente” civilizada (los europeos). Moraleja, los vikingos no fueron ambientalmente listos y los inuit les ganaron la partida. A grandes rasgos, el autor preconiza que la incapacidad de los noruegos de retornar a un modo de vida cazador-recolector, y su adhesión “irracional” a los valores europeos impidió la formación de una sociedad europea en el subcontinente helado. (¡¡¡Como si 450 años de asentamiento en condiciones cuasi árticas fuera moco de pavo!!!)

Me gusta Diamond, me parece que aporta frescura a la divulgación histórica, rescatando del polvo un neo-marxismo maltusiano de corte liberal-ambientalista. Pero desconfío de los reduccionismos filosóficos, que pretenden explicar fenómenos tirando a caóticos a partir de pautas más o menos matematizables y recurrentes. Esa tonta pretensión de darle un viso determinista a la historia. Esa vuelta sobre un mecanicismo histórico que entusiasmará a según qué científicos pero que no se sostiene por ningún lado.

Es la maldición de la historia. Primero se teje una macro-teoría, apuntalada las más de las veces en criterios político-ideológicos, y luego se pica de aquí y de allí para abonar la tesis general. De igual modo, Diamond ejemplifica en los groenlandeses las desgracias que acarrea no ser “adaptable”, y si para ello tiene que sostener tesis como que, excepcionalmente, los escandinavos de Groenlandia del siglo XV no comían pescado, pues lo hace, y sin rubor.

Veámoslo de cerca.

¿Están preparados?

Este es el enigma que deberán responder. ¿Por qué apenas hay restos de pescado en los paleovertederos groenlandeses?

Los americanos son poco de pescado. Para abonar su tesis de que los escandinavos eran poco menos que unos reaccionarios, incapaces de modificar sus pautas vitales y adaptarse idóneamente al terreno (que no digo que no ni lo contrario, sólo trato de probar hasta donde llega uno a golpe de prejuicios), Diamond le concede grandísima trascendencia al hecho de que apenas aparecen raspas en los basureros de los asentamientos. Prueba clara, según él, de que aquellas pobres gentes–a diferencia de los inuit- carecían de tecnología pesquera. Diamond es honesto, reconoce que esto es paradójico puesto que él mismo, en Groenlandia estando, pudo ver salmones a punta pala, y más aún, presenció como un turista valiéndose de sus solas manos se sacaba dos grandes ejemplares “de más de un kilo” (sic) de un charco. A continuación Diamond se pregunta, “¿Cómo un turista pesca salmones con la mano y un rudo vikingo, con varias generaciones de aclimatación al medio, no?”. Aquí ya no hay tecnología que valga, de donde nuestro amigo se dice, hay gato encerrado.

Total. Diamond apunta a la tesis de que los groenlandeses no pescaban por tabú. Sí. En efecto. Algún tabú pesaba sobre aquellas pobres gentes que les privaba del pescado. ¿Será posible? ¿Una anticuaresma?. A renglón seguido Diamond nos cuenta que iniciar un tabú es fácil, basta que a alguien le pase lo que a él, que en cierta ocasión se indigestó con gambas podridas, luego lo cuentas en el poblado y, en lugar de reírse de ti, van y prohíben el pescado. Que conste que estoy citando a Diamond totalmente en serio.

En realidad, una visión sin prejuicios nos llevaría a una primera y fácil explicación de que no comían pescado porque no les apetecía. Lo cual nos llevaría a sostener, como me parece más que plausible, que aquella gente andaba ahíta de proteínas, ensombreciéndose la tesis del declive por hambruna. Pero no es eso. Precisamente la ausencia de raspas es la prueba de que aquellos escandinavos se hartaban a pescado (lo que ensombrece la tesis general del declive por hambruna y, de paso, la presunta superioridad inuit sobre los escandinavos).

¿Algún avispado lector (al menos más que Diamond) sabría decir porque los arqueólogos no encontraron raspas en los paleovertederos de Groenlandia?