Pobres catalanes. Durante años y más años, los consejos de
administración de los peajes de autopistas catalanas y no solo catalanas estuvieron (y siguen
estando) en manos de políticos nacional-socialistas-independentistas. Peajes
que debían haberse amortizado en la década de los 80 fueron prolongados sinedie
con el beneplácito de la Generalitat. Más aún, cuando a mediados de los 80 el
socialista Josep Borrell impulsó la conversión en autovía de la A2, la Caixa,
beneficiaria del peaje de la AP2, financió todo tipo de grupúsculos que con sus
litigios demoraron y encarecieron la construcción de la autovía. Así hasta hoy.
La truculenta historia de los peajes…
¿Y si lo que sobra es Madrid? Detectamos una ofensiva
madrileña para refortalecer la administración central. El Mundo, ABC, La Razón…
consideran que el estado autonómico ha fracasado. Puede ser, pero desde luego
el modelo no es el centralismo madrileño, con sus cientos de chiringuitos
absolutamente inútiles donde indefectiblemente duermen el sueño de los justos
politicastros de todo pelaje. Capas y más capas de enchufados sedimentadas… Hay entidades (suelen empezar
por consejo de…) donde a modo de capas
de cebolla se solapan cargos de la época de Suárez, de FG-Guerrista, de
FG-Rubalcaba, de Aznar, de ZP, de Rajoy… Hay más directores generales que puertas… Federaciones
deportivas, confederaciones de esto y aquello, paracongresos y metasenados, fundaciones,
direcciones surreales sin competencias, consejos de todo pelaje, agencias
nacionales que no agendan nada… A la
hora de inventar garitos, las autonomías no son sino modestas aficionadas en comparación con Madrid (con la
probable excepción de la Junta de Andalucía, ya que ni ellos mismos saben a
quién pagan ni por qué).
¿Es viable la independencia de Cataluña? Sí, lo es en tanto
que el resto del Estado asuma las condiciones secesionistas. ¿Pero por qué
motivo La Rioja debería aceptar esas condiciones? ¿Por qué motivo no buscar su
propia secesión? ¿Por qué motivo Asturias, Castilla y Madrid deberían asumir
Andalucía y Melilla y su 50% de parados y su otro 50% de funcionarios y
pensionistas? ¿Quién se come el déficit? ¿Quién financia las pensiones de trabajadores
que han cotizado en diferentes comunidades? ¿Quién compensa a las empresas por
el impacto de la doble, triple, cuádruple contabilidad inherente a operar en
mercados jurídicamente fraccionados? ¿Cómo se vehiculizan los flujos fiscales
en un mismo mercado real sujeto a
distintos regímenes fiscales? La
condición de posibilidad de una república catalana pasa porque el resto del
Estado se mantenga impávido en el actual statu-quo. En otras palabras, la
independencia de Cataluña no depende de Barcelona ni de Madrid, sino de que
Zaragoza, Bilbao, Valencia, La Coruña, Valladolid… achanten y se coman por
patriotismo español lo que Barcelona rechaza.
¿Navarra y Pais Vasco sí y el resto no? Las razones para
negar la autonomía financiera a Cataluña (y a cualquier otra región) carecen de
sentido al contraponerlas a la realidad de Navarra y País Vasco. La cuestión es
aún más sangrante atendiendo al argumentario que se baraja para justificar lo
injustificable. El régimen foral –dice el centralismo madrileño- es una
particularidad histórica. Sí, es un pago de Madrid porque los vascos, a fin de
cuentas, tan castellanos como cualquier otro madrileño, pactaron su rendición al gobierno liberal
tras las guerras carlistas y volvieron a pactar con Franco en 1937. A todo
esto, Cataluña luchaba hasta desangrarse por su católica majestad primero y por
la legitimidad republicana después. ¡Y encima los valientes son de Vizcaya!
Una mentira cien veces repetida termina siendo una verdad.
No existe el déficit fiscal catalán. Como no existe el de Madrid. Tal como no se cansó de repetir en vida el
catedrático de Economía Ernest Lluch, las diferencias entre recaudación y
transferencias responden a la realidad de un superávit comercial que hace, por
ejemplo, que el IVA de un producto catalán vendido en Cuenca y consecuentemente
cotizado por un conquense tribute a efectos contables como “IVA” recaudado en
Cataluña (multiplicado por IRPF elevado a Sociedades).
Catalán sí. Los ataques a la lengua catalana son el
resultado de una concepción monolingüística del mundo y según la cual hay
lenguas de primera, de segunda y de tercera. Existe una abrumadora unanimidad
en Cataluña para la defensa de la lengua mediante su imposición como lengua
vehicular obligatoria en la enseñanza. Tal medida ha impedido la desaparición
del catalán y, lo que es casi mejor, la división de Cataluña entre
catalanoparlantes y otroparlantes.
Libertad lingüística por encima de todo. Lo que no quita
para que día tras día desde Cataluña se agreda gratuitamente a todo lo que
huela a cultura castellana. Vean sino las leyes por las cuales se prohíbe la
rotulación en castellano (no es una prohibición en rigor pero en la práctica sí
lo es), la razón de fondo no es otra que conseguir una identidad visual
callejera divergente a la de España. En eso Cataluña ha gastado sin
miramientos, en conseguir (vía multas si fuera menester) la desaparición del
castellano de sus calles y ciudades. De su vida pública. Un caro escaparate
destinado a persuadir a los propios catalanes de que viven en otro país: el
país donde “mercería” va sin acento.
1 comentario:
¿Es libre una persona de decidir a quien obedecer?
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