Dentro de diez años dejaremos la crisis atrás. Pero
nuestro mundo ya no será el mismo. Los ciudadanos seremos enormemente
escépticos antes las políticas de gasto público y los políticos de todo signo pasarán
de prometer aeropuertos, AVES y universidades a prometer imposibles descensos de impuestos y masivos
despidos de funcionarios. No por ello nuestros salarios dejarán de ser parcos e inestables. Se mirará con lupa cada compra. El crédito será caro. El
consumo ya no será el motor de la economía y en su lugar la señora Eficiencia
regulará nuestras vidas con tanta o mayor crueldad, codicia y egoísmo que
nuestro Dios anterior, el señor Consumo. El sector público no será ni un pálido
reflejo de lo que fue. El sector servicios tampoco. Quienes tuvimos la suerte
de vivir el desenfreno consumista de los años del cambio del milenio entornaremos
melancólicos las miradas al hablar del pasado.
Posiblemente, la media en la edad de defunción
bajará en Europa Occidental, cuando menos habrá un estancamiento… Nuevos
protocolos sanitarios restringirán el acceso a tratamientos “no rentables” para
aquellos que carecen de una expectativa de vida razonable (¿razonable?). Muchos
segmentos culturales relacionados con el gasto público habrán muerto. Los
bancos serán exactamente igual de cínicos que hoy –acaparadores del beneficio y
socializadores de las pérdidas- todo lo más, tal vez no exista el Banco de
España, un organismo superfluo, otro de tantos chiringuitos que sostienen la
economía capitalina madrileña y con ella a toda una casta de parásitos incompetentes.
Algunos hablarán de involución otros de
sostenibilidad. Palabras que se las lleva el viento. La realidad hablará por sí misma. Y como siempre, será la experiencia
individual de cada uno de nosotros la que ponga los puntos sobre las íes… El
mundo no será ni mejor ni peor.
Esta crisis, esta involución, no es sino los
dolores del parto hacia un nuevo paradigma social y empresarial: la Eficiencia.
Aquellas actividades que sepan
posicionarse de acuerdo al nuevo paradigma continuarán, las que no, sucumbirán.
Igual que murió la economía de la productividad
tras la guerra mundial, ahora le toca el turno a la sociedad de consumo.
Y esto no es una buena o mala noticia. Es un
hecho.
Para conmemorarlo, nueva entrada en 50 grandesLPs posteriores a Dioptria. Le toca a Kiko Veneno, que con una acertada
estrategia está difundiendo actualmente el 20 aniversario de “Échate un
cantecito”. El discazo, impulsado por Santiago Auserón, sacó del malditismo a
José María López Sanfeliu, compositor eficaz y letrista portentoso,
posiblemente el mejor de su generación (a su lado Sabina es un tardoromántico tontaina,
los únicos que le pueden atisbar son El Zurdo y Antònia Font).
Tras foguearse en la estela de Camarón, tras
parir el revolucionario “Veneno”, la carrera de Kiko pasó por un impasse hasta fichar
por Ariola. Con la discográfica firmó el Échate un cantecito y el asombroso “Está
muy bien eso del cariño”, Lp con un empaque rockero que se sale. No tiene las
dos canciones estelares del anterior, “Joselito” y “En un Mercedes Blanco”,
pero lo compensa con una versión del Highway Blues de Dylan de la que baste
decir que supera –en todo- a la original, así como otras cuatro o cinco
canciones magistrales. En la duda estoy, Echate un cantencito o Está muy bien…
Me quedo con Joselito, homenaje al antaño niño-prodigio a quien Kiko sirviera ginlemons durante el tiempo que estuvo de camarero en Conil.
Se cuenta que por entonces Joselito era una
esponja. La vida, el salitre, había
convertido aquel trino de voz en un “tubo traqueado con rumor de altamar”. Ya
borracho, Joselito se lanzaba a por la Zarzamora… “y sube la atmósfera en el
bar”… Terminada la liturgia, es fama que al gran Kiko le tocó más de una vez cargarse
al tambaleante Joselito y devolverlo a su casa.
5 comentarios:
Sr. IA, de las mejores entradas que le he leído. Enhorabuena.
GRacias.
"Los bancos serán exactamente igual de cínicos que hoy –acaparadores del beneficio y socializadores de las pérdidas-". Excelente, Sr. IA.
Le creía un entusiasta del consumismo musculoso y del capitalismo providencial que siempre se recupera. No sé, no sé donde nos llevará esta deriva suya, crítica hacia el futuro que nos espera. Quien sabe si no se nos convertirá usted en un conservador-flauta (jajajajajja)
)))) caso de ser soy un "carlistaflauta"... Ya no sé lo que soy, Frankie, la verdad, hombre no me he pasado al PSOE y mantengo cierta coherencia y aún una vaga y anestesiada fe en Mariano Rajoy, pero evoluciono y cosas que hace 4 años tenía más claras, ya no las tengo... Lo que desde luego no creo es en modelos comunistoides, ecolatas o afines alternativos al capitalismo. No creo en ellos por pesimismo y por entender que toda sociedad es un precario equilibrio de intereses. No pq no me parezcan (en algunos casos) buenas y bienenitencionadas ideas. PEro es que de buenas intenciones está lleno el infierno. Saludos. Me gusta su avatar, algún día deberé dar el premio a los avatares más bonitos.
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