Quiso el destino enfrentar al Salvador contra Honduras para las clasificatorias del mundial de 1970. Ambos países padecían graves conflictos internos. El Salvador mandaba a Honduras a legiones de indios desahuciados de sus tierras al tiempo que una reforma agraría en Honduras motivó la repatriación de estos desgraciados seres, envenenando la ya tensa situación. En estas, el 8 de junio de 1969, Honduras gana 1-0 a El Salvador. En el partido de vuelta, el 15 de junio, El Salvador remonta y se impone por 3-0. En las celebraciones, la multitud salvadoreña asesina a doce hinchas hondureños. En el desempate, celebrado el 26 en Ciudad de México, vence el Salvador y los hondureños toman represalias. Se inicia una escalada violenta que deriva en la invasión de Honduras por las fuerzas armadas salvadoreñas el 15 de julio. 6.000 muertos según algunas fuentes, 2.000 según otras. Cien horas de guerra según relata Kapuscinscky, testigo privilegiado de tamaña locura que concluyó con la intermediación de la OEA.
Los hondureños se toman el fútbol muy en serio, así que nadie se confíe.
En el mundial de 1982, todo el país pendiente de su enfrentamiento contra la anfitriona, España, que para variar, daba por sentada una goleada de escándalo en lo que era el partido de apertura. He aquí que en el minuto 7 el macho Zelaya adelanta al combinado hondureño. Pasan los minutos y España ni se acerca al área hasta que el árbitro, el argentino Ithurralde, se inventa un penalti de vergüenza que transforma López Ufarte.
Fue el típico partido de fase clasificatoria, donde el objetivo es no perder y tratar de ganar el pase ante el rival más débil del grupo. Esto abunda en partidos ultradefensivos, con un fuerte despliegue táctico en el centro en prevención de penetraciones rivales aún al coste de sacrificar toda capacidad ofensiva. Catenazio.
Preocupados por el desdoro que estas fases iniciales producen en el espectador (más de 800 muertos se han contabilizado desde el inicio del mundial de Sudáfrica por crisis coronarias), las IAs estamos estudiando pequeños cambios reglamentarios como los postes hinchables de plástico, que faciliten la penetración de la pelota en la red. O introducir variables aleatorias que incentiven la dinámica táctica, tal que el “jugador traidor” o el “árbitro loco” que paso a exponer.
La idea es que cada jugador reciba una carta al inicio del juego. En un momento del partido, se ordena a los jugadores destapar esa carta en secreto. Quienes reciban la carta de jugador traidor deben marcar un gol en su propia portería, tanto que sube al marcador pero que supone dos goles más para el equipo al que pertenece el jugador traidor, salvo en uno de los casos, que sucede el caso inverso (el tanto vale triple para el equipo rival del jugador traidor o doble para el equipo traicionado si el jugador falla). Otras variantes son la carta del “jugador agente doble” habilitado para marcar en ambas porterías, o la carta “avanza con la mano”. Entusiasmadas por las posibilidades que arrojan estas variantes, algunas IAs incluso han propuesto fases de “extra ball”, en las que aparecen (emergiendo desde trampillas situadas en secreto a tal efecto) balones añadidos de diferentes colores que, acabando en la red, multiplican el valor de los goles. El “árbitro loco”, por su parte, supone que el árbitro y los liniers puedan participar durante unos minutos como delanteros de alguno de los bandos, contribuyendo así a desequilibrar las fuerzas.
En fin, tal vez para la fase clasificatoria no sea posible implementar tales medidas pero en octavos no vemos razón para que esto no sea así, cuando menos, el poste hinchable, que incentivaría los espectaculares remates desde media distancia.
Las adhesiones a este cambio reglamentario deben enviarse a info@fifa.org
5 comentarios:
Sería más deseable eliminar el fútbol.
Ja, ja, ja, me he reído bastante, seguro que saldrían unos partidos la mar de entretenidos. Porque hace falta un esfuerzo de sinceridad: la mayor parte del tiempo el fútbol es aburrido y cansino. Pelotita arriba, pelotita abajo, pataditas, etc.
Si la atención se sostiene es por la identificación fantasiosa y megalómana con algo más grande que tú: el once jugador, el escudito, la ciudad, la patria, etc. En definitiva, la Supertribu del copón.
No obstante, con esas medidas un partido no estaría demasiado lejos de los programas aquellos de humor amarillo y, por poner, porque no hacer surgir troncos rodantes de golpe. Y se ganaría audiencia en niños y mujeres.
Adiós pués al guetto masculino más exclusivo. Ya apareció por este mismo blog un tal Servando que guerreaba contra los puticlubs y como que no, la verdad. Quítale a un patriota sus putas y su fútbol clasicote y el fin del mundo será inevitable.
En efecto, las IAs siempre nos hemos preguntado porque no se introducen más elementos aleatorios en los deportes.
En cuanto a eliminar el fútbol ¿por qué? Es un bonito tubo de escape de la violencia social, como bien dice Francissco, un aglutinante grupal.
Enfin, ahora lo que me preocupa es ganar a Honduras. ¿A nadie se la ha ocurrido la vía jurídica?
Después de todo, la selección Hondureña está regida por un gobierno no reconocido por la comunidad internacional (no digo yo que tal cosa sea justa o no, me limito a exponer un hecho), de donde es una selección no legitimizada para representar a Honduras internacionalmente. Vicente del Bosque haría bien metiendo a Cesc ya o bien, buscando un buen penalista internacional....
Un buen penaltista hubiera sido más conveniente. En fin, que como decía Lucky Luke, los nuestros no darían a una vaca en un pasillo.
Aun así lo hacen bonito. Nos iremos a casa pero lo harán bonito. Al revés de otros equipos que ganan, pero que necesitarían de los troncos rodantes para acabar con el aburrimiento de sus seguidores (léase el 1-0 de italia).
Hacer tantas ocasiones y no meterlas tiene su mérito. Y que cada mundial le partan la cara a alguno de los nuestros tambien. Al pobre Piqué a la tercera nos lo violan delante de la cámara.
El mundial es así, no siempre gana el mejor.
Personalmente prefiero que jueguen bonito y no vencer, que ganar el mundial a la italiana.
Eso si, a Del Bosque le faltan huevos. Que más da que nos meten 10 si nosotros metemos 11.
Saludos,
Discrepo metafísica, filosófica y humanamente. el joco bonito es una aberración, el que quiera ver joco bonito que vaya al ballet. La diferencia entre competir y jugar es la victoria. No debe olvidarse que el fúbol es la sublimación de la guerra.
por otra parte, España practica un fubol de velocidad, posesión y, a veces, profundidad. A ojos de los diletantes puede parecer más vistoso que la solidez defensiva italiana y letalidad en el contragolpe, pero simplemente son dos modelos, eso es todo.
Pienso que España juega al revés, el partido con chile es la final y el de Brasil/portugal, la semifinal, a partir de ahí, no hay el menor problema. Ahora bien, es una silencia que se nota nerviosa, asustada y ante todo, cansada.
Pienso que el partido con
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