[Adoro el discurso posmoderno, y no crean que me limito a adorarlo sino que también hago mis pinitos, y si no, vean cómo me ha quedado este estupendo artículo sobre la albañilería]
Afirmo que para entender la construcción arquitectónica hay que vectorizarla como un proceso asignacional del micro espacio (o tocho) en el macro espacio (pared). En efecto, la correlación intercalada de segmentos microscóscmicos debe fusionarse con el concepto macro de manera acorde al icono-guia, o versión virtual del espacio 3D que pretendemos morfologizar (la casa). Dicha intercalación se acomete con una capa intermediante (cemento) que por hidrorepélesis solidifica con lo intercalado, llegando el gran momento, -orgiástico me atrevería a decir-, de la fusión de lo micro con lo macro estabilizándose hasta el punto de aspirar a un cierto umbral de seguridad pre y postsísmica (muy importante en según qué zonas del planeta).
Ahora bien, nos preguntamos (todos, es decir, la totalidad) si no estamos caracterizando de ese modo una dialéctica plano/clase que obvia los aspectos habitacionales, a su vez, íntimamente vinculados a la resolución del binomio función/gusto.
En este sentido, Andreas Chic nos recuerda el necesario traslado prioritario a nuestro vector de un contraplano perpendicular a priori que a manera de frontera etérea impermeabilice nuestro contexto (techo) y caracterice así el espacio como metáfora del yo, es decir, en tanto ente contenido. Este contraplano horizontal en su disposición colmata radicalmente el vector, lo cual a su vez, impone la plasmación de argumentos de interacción hombre/hombre, o incluso hombre/cosa, tanto desde un foco visual como auditivo (ventana). Este nuevo elemento debe plasmar la capacidad comunicativa de la voluntariedad del acto, con un diálogo controlable desde el emisor a partir de un conmutado apodíptico on/off (o manecilla de la ventana). Al tiempo que, en dirección inversa, debe estipularse un argumento off/on controlable desde ambas partes para la perfectibilidad del proceso comunicativo (puerta con timbre).
Es entonces cuando procede resolver las incógnitas estamentales en nuestra organización espacial, aquí sí, aplicando el binomio función/gusto. Para lo que se recomienda un subescalado del espacio interno o un nuevo proceso asignacional del elemento micro, pero, y he aquí la clave, subsumido como interioridad de lo macro (habitaciones). Como sea que técnicamente se reemula en un bucle fractal intransigente el proceso epifánico anterior, conviene detener aquí nuestra construcción y sopesar los pros y contras.
Bibliografía
OKASAMBA MAKELELE N’TUTU. L’Arquitectura Catalana Sota el Franquisme, Repressió i Catarsi. (Quaderns d’Arquitectura, Nº189765)
JACS DERRIDA. ¿Por qué soy del Mallorca Fútbol Club? (Ediciones El Trompetero Ciego, 1988) OKASAMBA MAKELELE N’TUTU. La Arquitectura Riojana en la Posguerra, represión y catarsis. (Cuadernos Riojanos de Constructivismo. Consejería de Fomento de La Rioja.1999)
FRAY RENATO TARSICIO DE LIEPE O.A. Lirio cristiano del templo bien guarecido o guía digestísima para la elevación de las paredes (1708. Faccsimil, biblioteca de la ICPHAWE, de Margatown, Ohio, USA)
ANDREAS CHIC. Aprende el Vista. Publicaciones del Parlamento de Murcia, 2010
RAMIRO PERKINS. Thoug about methtalogics concepts in binology order or not. OUP, 1965
AGATHA CRISTIE. Tres Ratones Ciegos. (Ed. Molino. 1966).
BORIS IZAGUIRRE. Curso Práctico de Resistencia de Materiales (PPPC. 2001)
3 comentarios:
De hecho, resulta mucho más fascinante -en el entorno posmoderno- el discurrir del discurso y la aglomeración verborreica que tonterías como si la pared se aguanta o no.
Has hecho un tour de force espectacular pero no deberías haber mezclado a Derrida con Boris Izaguirre en la bibliografía, so blásfemo, que mira que tienes mala idea.
Boris a veces es divertido. A veces.
Un saludín. Ahora estoy en wordpress, por cierto, soltando los ladrillos de siempre y, como siempre, serás bienvenido.
(http://francissco1.wordpress.com/)
Se nota sr. IA que no es usted de la profesión, como puede verse al aseverar semejante afirmación: "llegando el gran momento, -orgiástico me atrevería a decir-, de la fusión de lo micro con lo macro".
El summum de la paletería no es, ni de lejos, la fusión de lo micro con lo macro. Un paleta ni se fija en semejante momento dejando el secado y la union al libre albedrío de las propiedades secantes del hidrófóbico elemento. El momento orgiástico se produce tras un ceremonial largo que se inicia con el removido del cemento mediante la paleta (de ahí el nombre coloquial de la profesión). Con posterioridad se recoge cemento con la pala y a través de un golpe de muñeca que solo el paso de los años permite perfeccionar, se arroja sobre el micro espacio (del que por cierto existen numerosas variantes con sus nombres y utilidades técnicas específicas). Acto seguido viene el verdadero momento orgasmático por el que se expande el cemento sobre la superfície del tocho, en un acto que une nuestra consciencia directamente a nuestro subconsciente del que salen nuestros recuerdos más primitivos en el arenal del colegio haciendo pastitas, o la obtención, elaboración y posterior masticación de nuestra primera comida, a saber pan bimbo con nocilla o tostadas con Tulipan, en función de nuestra clase social y número de hermanos.
El verdadero summun de la paletería es el untado y la limpieza del material sobrante.
Dicho proceso ceremonial culmina efectivamente con la unión entre lo micro y lo macro que por un lado nos produce ansiedad al obligarnos a terminar con la faena de untar, aunque por el otro nos llena de alegría ante la posibilidad de volver a empezar.
Por otro lado y como siempre en el resto del contenido y salvo la anterior objección arriba comentada, cumple usted a la perfección con su cometido de articulista postmoderno.
Sobresaliente en cuanto a la bibliografía y destacar la del sr. OKASAMBA MAKELELE N’TUTU
Fdo. Sr. Smith
Osea, Sr. Buho, que para usted el momento orgiástico es la recogida del sobrante para su reintegro en la cubeta, o en términos PM, la gestión del excedente para la contribución sostenible mediante un sistémico proceso de reciclaje preconsciente. Interesante, interesante... De todas maneras, y una vez más, el Sr. IA no se hace responsable de los comentarios de terceros.
Francissco. Tal cual, el PM -se entiende el PM cutrón, tipo tesis doctoral de humanidades- es retórica, un neoescolasticismo (desde luego sin la profundidad del tomismo) en el que el aparataje conceptual desplaza al concepto en un ejercicio de verborrea erudicionista apuntalada en la autoritas (supuesta) de todo bicho conocido. En otros términos, Fray Jerundio Campazas. Me encanta la retórica y prometo volver sobre el asunto bien pronto. Por cierto, enlazo al nuevo vortice (y como lector, me encantaría saber las razones del cambio).
Nota. Sé que es del todo imperdonable, pero se me olvidó empezar con la típica cita del tipo "La banalidad* del mal", de Arendt... Es del todo punto imperdonable no traer al caso la banalidad* del mal de Arendt, rejuntada con alguna cita de Tip y Coll, a poder ser. Si son ustedes doctorandos, ténganlo en cuenta.
*Banalidad, de banana, claro.
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